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Adela Cabré & Son, en colaboración con BCA Arquitectura, firma esta reforma integral como un ejercicio de contención estética y sensibilidad espacial. Concebida como una casa familiar donde prima el bienestar, la intervención parte de una premisa clara por parte de los propietarios: crear un refugio sereno, funcional y coherente, sin recurrir a lujos ostentosos ni a gestos grandilocuentes. La elegancia se expresa aquí a través de la sutileza, los materiales nobles y la atención al detalle.
Desde el primer vistazo, la casa transmite una atmósfera de reposo. La paleta cromática es serena, construida a base de tonos tierra, piedra y fibras naturales, y reforzada por una iluminación cálida y bien dosificada. En el espacio principal, una zona de estar de generosas proporciones se abre hacia el exterior mediante un gran ventanal sin perfilería visible, que enmarca las copas de los árboles como si se tratara de un lienzo natural. Las cortinas de lino filtran la luz y refuerzan la sensación de quietud. El mobiliario se ha elegido con una lógica de mínima interferencia a través de volúmenes bajos, líneas depuradas y tapicerías neutras que no buscan protagonismo, sino que contribuyen al conjunto. El sofá en forma de “L”, apoyado sobre una base metálica que sirve al mismo tiempo de soporte y estantería, estructura el espacio sin romper su fluidez. Las mesas auxiliares y de centro, todas de formas puras, acompañan sin recargar.
Una de las decisiones más destacadas del proyecto es el uso del vidrio como recurso tanto espacial como decorativo. Las mamparas de vidrio tintado en tono bronce, enmarcadas con perfilería metálica, permiten dividir sin cerrar, matizando la luz y aportando profundidad. En uno de los casos, se ha incorporado una malla metálica en el interior del vidrio, generando un efecto visual sofisticado que se percibe solo en la proximidad. Este tipo de detalles refleja una mirada precisa y atenta al diseño artesanal.
El comedor se sitúa a continuación de la zona de estar, organizado en torno a una mesa redonda de madera con base escultórica. Su proximidad al jardín exterior, visible a través de una puerta de vidrio transparente, refuerza la relación fluida entre dentro y fuera. A nivel compositivo, destaca la integración de estanterías empotradas con iluminación indirecta, resueltas en madera cálida con traseras tapizadas o paneladas. Algunas de estas estanterías ocultan puertas invisibles, integradas en el ritmo de la pared. La cocina, de carácter más funcional, mantiene la misma paleta matérica del resto de la vivienda: armarios de frente liso, sin tiradores, en tonos neutros, encimeras claras y superficies de fácil mantenimiento. El recorrido entre la cocina y el comedor está resuelto con una puerta de vidrio que permite que la luz circule y garantiza la continuidad visual.
En el dormitorio principal se ha priorizado la sobriedad cálida. La pared del cabecero se ha diseñado como un frente continuo de madera con una hornacina retroiluminada, que actúa como repisa funcional y elemento de ambientación. Las mesitas flotantes y las lámparas negras de sobremesa refuerzan el contraste con la ropa de cama, manteniéndose dentro de la misma lógica estética del conjunto: líneas simples, sin adornos superfluos, materiales honestos.
El tratamiento del mobiliario a medida y la transición interior-exterior son también claves en la intervención. Un ejemplo elocuente lo encontramos en la bancada de piedra que atraviesa la vivienda: en el exterior funciona como asiento en el jardín, mientras que en el interior se convierte en base para el mobiliario, generando una continuidad visual que unifica ambos ámbitos. Esta pieza sintetiza el espíritu del proyecto: sobriedad, conexión y armonía.
Finalmente, en el espacio exterior se ha dispuesto un porche con cerramiento parcial de paneles de hormigón visto, que dan privacidad sin aislar completamente. El pavimento continuo, la vegetación autóctona y la elección de sillas tejidas en tonos neutros completan este ambiente que prolonga hacia el exterior los valores del interior: calma, sobriedad, precisión.