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Ubicada en un edificio catalogado de 1902, esta espectacular casa dúplex de 577 m² combina la prestancia histórica de una fachada de época (se trata de un edificio eduardiano catalogado de Grado II) con una intervención contemporánea de interiores que respira lujo sobrio, confort y sofisticación. El proyecto, concebido por MSMR Architects en colaboración con Bergman Design House, es un ejemplo de cómo reinterpretar el patrimonio sin perder ni un ápice de funcionalidad, adaptando el espacio a las exigencias de una vida urbana cosmopolita.
"El ambiente que queríamos crear es el de una elegancia serena con comodidad moderna", explica Marie Soliman, fundadora de Bergman Design House. Esa premisa recorre cada uno de los ambientes de la casa, donde la nobleza de las maderas cálidas, el mármol, cuero encerado, o textiles como el lino o cashmere, genera una atmósfera de sofisticación sin artificios. La intervención apuesta por un lenguaje contenido y refinado, con detalles que aluden al universo ecuestre de Hyde Park, a solo unos pasos de la casa.
La distribución en dos plantas de la casa permite jerarquizar funciones sin renunciar a la fluidez. En el nivel principal, un gran espacio social acoge cocina, comedor y varias zonas de estar integradas. El trazado abierto refuerza la convivencia de usos y potencia la entrada de luz natural, que inunda los ambientes gracias a los techos altos y los ventanales de proporciones generosas. El mobiliario, gran parte diseñado ad hoc por Bergman Design House, mantiene un diálogo coherente con la arquitectura: sofás rectilíneos en tonos neutros, mesas de mármol y madera, lámparas escultóricas y arte contemporáneo.
Los acabados responden a un criterio de calidad indiscutible, tal y como asegura Soliman: "nos encantó el contraste del azul hielo con los marrones intensos y los tonos moka en todo el espacio, especialmente alrededor de la chimenea negra. Una de mis combinaciones favoritas es la del cuero color tostado y gris oscuro en el dormitorio, que aporta profundidad y calidez de forma sutil y refinada".
El piso superior alberga cinco dormitorios y una zona de estudio que bien podría pasar por un club privado. Cada dormitorio ha sido tratado con una identidad propia, manteniendo una paleta de colores serena y materiales de alta gama. Destacan los cabeceros tapizados en terciopelo, las alfombras a medida, los espejos ornamentales y las luminarias elegidas específicamente para realzar cada ambiente. El dormitorio principal incluye vestidor, baño en suite y acceso a una terraza privada con vistas sobre los tejados de Londres. La bañera, estratégicamente ubicada, ofrece la mejor panorámica de toda la casa.
El estudio también ha tenido en cuenta las zonas exteriores. El piso dispone de varias terrazas ajardinadas, equipadas con mobiliario de exterior. En estos espacios se recupera el espíritu doméstico más pausado, propicio para disfrutar de un desayuno al sol o una velada tranquila con vistas a Hyde Park. Tal como señala Soliman, "hay una cualidad casi etérea en el conjunto, que resulta glamuroso y elitista, pero también lúdico".
La integración entre tradición y contemporaneidad se manifiesta también en los elementos ornamentales. La inspiración ecuestre se traduce en detalles como costuras tipo montura, cueros encerados, latón sin lacar y maderas nobles, en clara alusión a la herencia de la talabartería británica. "Celebramos esa tradición con una mirada sutil y contemporánea, que añade textura y profundidad sin caer en el cliché", subraya la diseñadora.
Con un plazo de ejecución ajustado a solo diez meses, el proyecto se completó sin comprometer ninguno de sus estándares. "Algunos podrían verlo como un reto, pero nosotros lo entendimos como una de las características que hacen que esta vivienda sea diferente a cualquier otra", concluye Soliman. El resultado es una residencia de lujo sin ostentación, una casa que puede ser tanto refugio permanente como pied-à-terre sofisticado en el corazón de Londres, y que demuestra que la elegancia auténtica no necesita alardes.
