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Las patatas son una de las hortalizas más resistentes que puedes tener en tu cocina. Son resistentes, asequibles y, bien almacenadas, pueden durar varios meses. Así que comprarlas a granel y tenerlas a mano siempre que te apetezcan unas patatas es una obviedad, aunque tienes que descubrir la respuesta definitiva sobre guardar las patatas en la nevera. Pero, ¿pasa lo mismo con las cebollas germinadas?
Hasta que al meter la mano en la despensa encuentras las patatas cubiertas de extraños brotes y hay que decir que las patatas germinadas tienen un aspecto poco apetitoso es quedarse corto. Pero, aunque sean feas, ¿se pueden comer las patatas con raíces? Hay opiniones contradictorias, algunas personas las tiran, mientras que otras siguen utilizándolas. Así que si tienes patatas con brotes y no sabes qué hacer con ella, estamos aquí para ayudarte. Aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre por qué germinan las patatas, si debes o no cocinar con ellas y cómo evitar que tus patatas broten en el futuro.
Qué pasa si le salen raíces a las patatas
Las patatas suelen cosecharse del suelo, pero eso no significa necesariamente que necesiten tierra para crecer. De hecho, la humedad y el calor son los únicos factores necesarios para que las patatas empiecen a brotar. En realidad, la temperatura ideal para que crezcan las patatas es más baja de lo que se piensa, alrededor de los 20ºC. La agricultora Jenny McNally confesó en The Irish Times que la temperatura interior de muchos hogares es lo bastante cálida como para hacer creer a las patatas que es primavera.
Nos surge otra pregunta: ¿qué pasa con los ajos germinados y cómo utilizarlos en la cocina? Por otro lado, la parte de la patata que comemos es la raíz, y su función principal es facilitar el crecimiento de la planta y la floración. Por eso, con el tiempo y en ambientes cálidos y húmedos, los nutrientes de la raíz ponen en marcha el proceso de germinación. La raíz es comestible, pero el resto de la planta es venenosa.
Cuando las patatas tienen brotes, ¿se pueden comer?
Los propios brotes tienen un alto contenido en glicoalcaloides, un tipo de compuesto químico que puede ser tóxico para el ser humano y que también se encuentra en las patatas frescas, aunque en cantidades insignificantes. Cuanto más germinan las patatas, más glicoalcaloides se desarrollan, tanto en los brotes como en la propia raíz. Las altas concentraciones de estos compuestos confieren a la patata un sabor desagradablemente amargo y pueden causar graves problemas estomacales. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, consumir un alto contenido de glicoalcaloides puede provocar molestias gastrointestinales, vómitos, dolor abdominal, diarrea, dolores de cabeza, fiebre.
Pero pongamos cordura, porque unos pequeños brotes no son necesariamente suficientes para enviarte a urgencias. Si la patata está empezando a germinar y la raíz sigue firme y sin arrugas, basta con cortar los brotes y cocinar las patatas como de costumbre. Pero si los brotes miden más de dos centímetros o las patatas están arrugadas, es mejor que las tires o las utilices para hacer compost casero.
Qué hacer para que no le salgan brotes a las patatas
La mejor forma de evitar que las patatas germinen es emplear técnicas de almacenamiento adecuadas. Así que procura mantener las patatas en un lugar fresco y seco, que puede ser una despensa bien organizada o un armario, ralentiza el proceso de germinación y las mantiene en buen estado durante más tiempo.
Para que las patatas no tengan brotes es fundamental reducir al mínimo su exposición a la luz solar. Si las patatas venían en una bolsa de malla o de plástico transparente, pásalas a una bolsa de papel. El material opaco no sólo bloquea el sol, sino que también mejora la circulación del aire y reduce los niveles de humedad. Este consejo es especialmente importante si vives en un clima húmedo.
Además, si tienes en la despensa más verduras, procura no poner cerca las patatas, porque los compuestos de vegetales, como la cebolla y el ajo, se acelera la germinación de las patatas, así que asegúrate de mantener tus reservas de hortalizas bien separadas.

Belinda Guerrero es redactora digital especializada en decoración, arquitectura e interiores en Nuevo Estilo, aunque también escribe contenidos sobre jardinería, bienestar o mascotas. Le interesa la economía circular y la ecología, pero también las tendencias del interiorismo y encontrar trucazos para ahorrar tiempo o energía y conseguir vivir todos mejor en un entorno más sostenible. En la web de Nuevo Estilo también hace guiños al star system cuando bucea en las casas de los famosos españoles y de las celebrities con más seguidores en redes sociales. Belinda tiene una larga experiencia como periodista y también ha sido diseñadora gráfica, así que puede decir que ha ejercido en casi todos los frentes de la prensa, desde agencias de noticias hasta diarios y revistas, donde ha tenido la suerte de participar en el lanzamiento de grandes proyectos brillantes en los grupos de comunicación más importantes de España. También ha trabajado en producciones de moda, organización de eventos y en el departamento Boutique Creativa de Hearst, donde se creaban productos branded content y coordinaba equipos para diseñar revistas de empresa y fidelización para El Corte Inglés, Repsol o Renfe. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid para dedicarse a la profesión más bonita del mundo y ha tenido la suerte de seguir en esta maravillosa brega capaz de saciar su curiosidad infinita sobre cualquier tema. Ha escrito artículos de decoración, cine, belleza, motor, consumo, salud, economía, cultura, moda, gastronomía o medio ambiente; en realidad, sobre cualquier ámbito, incluida una de sus grandes pasiones: los viajes. Como redactora de la revista DeViajes, tuvo la suerte de pasear por todo el mundo durante una década y recibir el Premio de Prensa Escrita de Turismo de Flandes.