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Si eres galerista de muebles, lo más probable es que tu casa sea una oda a piezas icónicas del diseño. Y eso es precisamente esta bonita casa verde, blanca y azul en forma de L, de 158 metros cuadrados y proyectada sobre un solar vacío por el estudio Steven Holl Architects. Diseñada para los renombrados galeristas de muebles modernos Mark McDonald y Dwayne Resnick, funciona como espacio de vivienda y trabajo, además de ser un paraíso para coleccionistas del midcentury. De hecho, McDonald, a menudo considerado el "padrino" del moderno diseño midcentury, fue fundamental para revitalizar el interés por los muebles de Marcel Breuer, Alvar Aalto y Charles y Ray Eames. Esta casa "alberga piezas selectas de la colección de diseño del siglo XX del propietario, incluyendo una rara lámpara de Frank Lloyd Wright de 1910 y muebles de Rudolph Schindler", detalla el estudio.
Lo primero que llama la atención es su exterior, por el color, el material y la forma. La vivienda está revestida con un aluminio corrugado de ancho mínimo, un acabado "del grosor de un dedo" que el estudio describe como "económico y sin mantenimiento". Ese tipo de piel metálica, tratada con un recubrimiento en polvo, convierte la casa en una superficie viva, siempre cambiando, porque "interactúa de forma dinámica con la luz solar, creando un juego de sombras en constante transformación". Esa vibración lumínica se multiplica gracias al gesto geométrico de la propia construcción, una L que abraza un patio y que diferencia claramente sus dos caras: hacia el interior, la arquitectura se tiñe de un verde cerúleo suave; hacia el exterior, la envolvente se mantiene blanca. El sotabanco de los voladizos aparece pintado de un azul discreto que funciona como guiño cultural "a la tradición sureña del `Haint Blue´, que se cree que ahuyenta a los espíritus".
Esa forma en L organiza también la vida exterior y el día a día de los propietarios, generando un jardín orientado al oeste que conecta los dos extremos del volumen, el dedicado al trabajo y el destinado a la vivienda. La geometría se percibe desde cualquier ángulo y marca una manera muy particular de relacionarse con la luz. Un pasadizo elevado conduce hasta un pequeño sky monitor emergente que introduce todavía más luminosidad natural y que, además, permite acceder a la cubierta plana. Desde allí, los dueños pueden contemplar las montañas de los Catskills, un gesto paisajístico que el estudio relaciona con los pintores luministas de la Hudson River School.
Una vez dentro, la casa se recoge en un interior íntegramente revestido de madera. "El interior completamente de madera recibe luz natural desde todas las orientaciones", señala el estudio, y lo cierto es que las aberturas enmarcan perspectivas muy estudiadas. Una de las más llamativas es la del dormitorio orientado al sur, donde varios ventanales unidos componen una gran escena abierta hacia la histórica Mansión Terry Gillette. El acabado de todo el interior se resuelve en tablero contrachapado de abedul, un material continuo que actúa como fondo neutro para las piezas de McDonald y Resnick. La colección se integra de manera natural, y conviven la lámpara de Frank Lloyd Wright de 1910, muebles escogidos del siglo XX y los elementos contemporáneos que el estudio ha diseñado específicamente para el proyecto.
En la arquitectura aparecen gestos pequeños, casi juguetones, que rompen la rigidez del plano y articulan la transición entre zonas. Uno de ellos se concentra en el aseo de invitados, situado en el ángulo interior de la L y "girado 45 grados, actuando como bisagra entre las zonas públicas y privadas de la casa". Allí, la puerta colocada en ángulo recto y una ventana que envuelve la esquina refuerzan el juego geométrico. Sobre esta pieza, un panel de vidrio esmerilado suspendido desde el techo "conecta este espacio con una ventana exterior", aportando mayor sensación de apertura y superposiciones de luz. El estudio también diseñó un aplique especial en latón que interpreta la propia forma de la casa: "una luminaria de latón `Hudson L´, de cuerpo plegado e iluminación LED difusa". La vivienda, además, incorpora "un sistema geotérmico de calefacción y refrigeración de última generación, que reduce drásticamente el consumo energético", además de un estanque de recogida de aguas pluviales que completa ese ciclo.
Más información: stevenholl.com





























