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En 2022, una pareja compró un pequeño apartamento de 28 metros donde poder tener su propio espacio y descansar entre viaje y viaje. El resultado fue tan exitoso que, poco después, decidieron invertir en un apartamento de 65 metros cuadrados, manteniendo el concepto de comodidad y practicidad que ya tenían, pero ahora con más espacio y personalidad. La propiedad, un antiguo apartamento de dos habitaciones con su distribución original, fue completamente renovada por el estudio Stal Arquitetura, que redujo el tamaño de una de las habitaciones, que ahora funciona como oficina, para ampliar la cocina y el baño de visitas. Además, la integración del balcón, la sala de estar, el comedor, la cocina y el lavadero creó una sensación de continuidad entre los espacios y aportó mucha luminosidad a las habitaciones, mientras que los dos baños fueron rediseñados para un mejor aprovechamiento del espacio.
El punto de partida fue "la comodidad combinada con una estética contemporánea", describe el estudio. "La carpintería en chapa de freijó natural llena de calidez los espacios, contrastando con el revestimiento mural Ipanema – Posto 10 de Portobello, aplicado al suelo y al salpicadero de la encimera de la cocina y en una de las paredes del balcón, una elección emotiva que rinde homenaje a Río de Janeiro y al estilo de vida de los residentes". El suelo vinílico, presente en casi todo el apartamento, garantiza practicidad y confort, mientras que el suelo cerámico predomina en las zonas húmedas, una decisión tomada pensando en la convivencia con Nina, la Golden Retriever de la familia, a quien le encanta tumbarse en el balcón.
Como este apartamento en realidad es una prolongación de aquel primero más pequeño pero que les hizo sentirse tan a gusto, parecía lógico que tuviera un poco de cada una de las vidas, la pasada y la presente con vistas al futuro, a través de objetos personales. De esta forma, piezas de diseño como las sillas Cyborg Club de Magis y la lámpara colgante 2065 de Astep se conservaron de aquel primer hogar, manteniendo así un vínculo con la historia familiar. Las obras de arte, que combinan piezas artísticas y recuerdos personales, crean una galería sentimental que refuerza el carácter íntimo del proyecto.
La nueva distribución abierta refuerza esa sensación de continuidad y permite que la luz natural recorra todo el apartamento sin obstáculos. La cocina, ahora ampliada, se organiza en un frente lineal donde conviven armarios superiores en blanco, módulos bajos en freijó y un salpicadero cerámico de geometría suave. El voluminoso mueble blanco que preside la entrada es, en realidad, la nevera integrada, una solución que unifica visualmente el acceso y la zona de trabajo. Frente a ella, la mesa de comedor actúa como pieza de transición entre cocina y estar, acompañada por sillas de estructura blanca y respaldos trenzados que suman ligereza y un aire veraniego.
El salón prolonga este lenguaje cálido con un mueble a medida que enmarca la televisión y funciona como vitrina donde conviven cerámicas, objetos de viaje y pequeñas piezas personales. Los tonos neutros de los sofás y la butaca azul ayudan a mantener el equilibrio, mientras que el dúo de mesas auxiliares, una en madera y otra tapizada, refuerza el carácter práctico del espacio. "Buscábamos un equilibrio entre practicidad y confort, respetando el estilo de vida cotidiano de la pareja", concluye Stella Teixeira, arquitecta responsable del proyecto.
Más información: stalarquitetura.com.br
