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No es raro que los decoradores e interioristas utilicen sus propias casas como un laboratorio experimental, probando nuevos materiales e ideas a medio cocer que aún no se sienten listos para ensayar con clientes. Y cuando llegó el momento de que la interiorista Heather Peterson pusiera bajo la lupa su propia casa familiar, la experimentación no fue el único objetivo.
Lo que empezó como una rápida renovación en plena pandemia —las sesiones fotográficas estaban en pausa, y Heather pensó que sería buena idea fotografiar su casa para publicarla— se transformó en una reforma total que llevó su creatividad al límite y abrió la puerta a la participación de los miembros de su firma, donde todos fueron invitados a idear e innovar.
“Como estudio, teníamos muchas ganas de mostrar un proyecto más ecléctico, con espíritu y modernidad, diferente de algunos de los trabajos para clientes que estábamos realizando en ese momento”, explica Heather sobre cómo su casa se convirtió en parte tarjeta de presentación, parte experimento creativo. “Volvimos a poner el foco en mi casa, y todo el equipo ayudó a comprar y planificar. El mayor reto fue, sin duda, diseñar para mí misma, especialmente porque mi gusto es idiosincrático —sé lo que me gusta cuando lo veo— y tiendo a conservar las cosas durante mucho tiempo. También me di cuenta de que, aunque la cocina y los baños no eran lo que yo habría elegido, no quería eliminar instalaciones relativamente nuevas y de buena calidad, así que el trabajo consistió en lograr una transformación a través de intervenciones más pequeñas”.
Construida originalmente en 2007, la casa se situaba entre lo que Peterson define como “moderno escandinavo” y “contemporáneo tipo A-frame”, con una estructura sólida que funcionaba para la vida familiar moderna, pero con poca personalidad para satisfacer la necesidad y el gusto de Heather por lo singular y lo divertido. Junto a algunas mejoras cosméticas (incluida una reforma de baño que implicó lidiar con hasta cinco bañeras dañadas), Heather y su equipo incorporaron colores intensos, formas gráficas y una gran cantidad de piezas vintage, todo con el objetivo de reflejar el gusto del estudio por un diseño atrevido, con mucho carácter y personalidad.
SALÓN
Una zona acogedora y cálida, decorada con tesoros vintage.
Encontrar la distribución ideal para el salón fue una verdadera lección de perseverancia para Heather, quien tuvo que enfrentarse a varios puntos de acceso distintos y a particularidades arquitectónicas. "Fue complicado organizar el salón", admite. "Se ve desde la entrada, las escaleras y el comedor, además de estar conectada con la parte trasera de la casa —la puerta trasera prácticamente se abre en ella. La gran ventana no está centrada en la habitación; desde allí se ve la sala de estar extra y el baño de visitas, y hay un elemento estructural de forma extraña a un lado. Para contrarrestar toda esta rareza, recurrimos a la simetría".
Los muebles vintage también desempeñaron un papel fundamental a la hora de equilibrar el espacio, incluyendo varias piezas que la interiorista “pre-heredó” de sus padres. "Esta es una de las habitaciones que más historias cuenta", añade. "La mesa de centro de raíz de secuoya roja es de mis padres: la compraron de recién casados, y me encanta que puedan verme disfrutarla en mi casa mientras aún están vivos".
SALA DE ESTAR
Un espacio sin una función específica, esta habitación “extra” se adapta a los intereses siempre cambiantes de la familia.
Junto al salón se encuentra la creativamente bautizada “Sala de los Menesteres”, un lugar que Peterson asegura “satisface nuestras necesidades permanentemente”, en referencia al espacio homónimo de Harry Potter. “Ha sido una oficina en casa, la primera sede de mi estudio de diseño, una sala de Lego, un cuarto de piano y música, una biblioteca y, actualmente, un acogedor espacio multifuncional donde trabajo desde casa, mi hija hace arte y celebramos noches de juegos en familia”, añade.
Para reforzar ese atractivo envolvente y acogedor, Heather pintó la habitación en un tono marrón personalizado, añadiendo piezas blancas en contraste y mucho espacio de almacenamiento, de manera que la familia pueda convivir entre los numerosos libros, objetos y piezas de arte que les sirven de inspiración.
COMEDOR
Las paredes revestidas de corcho aportan textura y un encanto vintage.
Mientras que algunos comedores solo reciben visitas ocasionales en fiestas y cenas especiales, el espacio de los Peterson funciona como el eje central de la casa, con vistas directas a la cocina, la entrada, la sala de estar, el baño de visitas y el dormitorio principal. No hace falta decir que era el lugar natural para anclar la filosofía de diseño del hogar, una oportunidad que Peterson aprovechó plenamente mediante una mezcla matizada de colores, texturas y siluetas.
“La mesa es pequeña para la habitación —mi suegro la construyó para nuestra cocina mucho más reducida en Brooklyn—, así que el objetivo aquí fue añadir volumen en otros elementos y dar solidez al espacio para evitar que se convirtiera en un simple lugar de paso”, explica Peterson. “La gran escala de la lámpara colgante (mide 36 pulgadas de diámetro), el armario y la obra de arte aportan mucho, mientras que la profundidad del revestimiento de corcho en las paredes y la alfombra bordada completan el conjunto.”
COCINA
Un sueño en verde ácido, completo con tiradores en forma de abalorio.
Contenta con la distribución y la funcionalidad de la cocina, Peterson decidió evitar una reforma invasiva en este espacio y optó, en su lugar, por un impecable lavado de cara que transformó la modesta zona de cocción en la pièce de résistance de la planta baja.
“La cocina, técnicamente, comparte una gran estancia con el comedor, con una ventana al fondo; en esencia es una cocina de pasillo con isla y despensa”, explica. “Funcionaba bien, así que, en lugar de arrancarla por completo, decidimos vestirla.” Un atrevido verde inspirado en los años 70 (mezclado a medida) recubre los muebles existentes, mientras que unos tiradores cerámicos sobredimensionados aportan un aire lúdico, y una lámpara de sobremesa añade ambiente. “Soy una gran fan de las lámparas en la cocina y esta no está solo para lucir,” añade Peterson. “Es la primera luz que enciendo por la mañana y la última que apago por la noche.”
ASEO
Una atrevida paleta en rojo y azul aporta energía al pequeño espacio.
Peterson trabajó dentro de los límites del tocador previo a la reforma, revitalizando el lavamanos de estilo tocador existente con una nueva capa de pintura (Preference Red de Farrow & Ball) antes de combinarlo con el icónico papel tapiz Raphael de Sandberg. “Me di el gusto con este papel tapiz hace una docena de años y aún me encanta”, añade. “¡Se siente mágico en el espacio!”
LA HABITACIÓN DE THEO
Antigüedades eclécticas y una paleta sofisticada se combinan para un dormitorio infantil que ha madurado.
A la hora de diseñar un refugio para su hijo mayor, Peterson combinó estampados atrevidos con una paleta refinada anclada en azul marino y rojo sangre de buey, logrando un espacio con la dosis justa de desenfado. “Dado que esta es la habitación más grande de la casa, me gusta cómo el falso boiserie ayuda a reducir la escala del ambiente, y cómo la cama alta y el sistema de pared ayudan a ocupar parte del espacio”, añade.
DORMITORIO PRINCIPAL
Capas de estampados y texturas crean un telón de fondo sorprendentemente sereno.
“El gran objetivo era hacerlo acogedor y bien asentado, y también que ofreciera una línea de visión muy atractiva desde estos espacios públicos de la casa”, dice Peterson del dormitorio principal, que puede verse desde la calle, la entrada y la cocina. Para lograr un aspecto que aumentara el factor de calidez pero se mantuviera a la altura del resto de la casa, cubrió las paredes con tela con respaldo de papel. “La tela de William Morris tiende un puente entre mi gusto y la estructura de la casa; es histórica y a la vez moderna”, añade. “Me encantan los ritmos lúdicos de los tres estampados florales y los dos patchworks en este espacio: la combinación es dinámica, pero la paleta cromática acotada la mantiene a raya.”
EL CUARTO DE ELERI
Los azules y verdes tonales hacen que una habitación reducida se sienta más amplia.
Aunque gran parte del espacio está ocupada por piezas tapizadas, el dormitorio de la hija de Peterson conserva mucho interés visual gracias a estampados sutiles y a una paleta apagada de azules empolvados, verdes y mostaza. “Me encanta lo tranquila que se siente la habitación a pesar de la cantidad de elementos en un espacio pequeño”, dice Peterson. “Todos los distintos matices de verde pálido realmente refrescan el ambiente.”
BAÑO PRINCIPAL
Un grifo rojo llamativo se roba el protagonismo.
Decidida a conservar muchos de los acabados existentes en el baño principal, Peterson recurrió a unos pocos cambios estratégicos (como el revestimiento de la ducha y la grifería del lavabo) para lograr un espacio más cohesionado y acorde con su visión. “Los azulejos Rosemary de Fireclay son mucho más vivos que los anteriores cuadrados blancos de 12 x 12 pulgadas, y la variación en el esmalte hace que los tonos mezclados del suelo de mármol parezcan intencionados”, explica. “Añade mimbre para aportar calidez y grifos rojos para dar vitalidad y, como tantas veces, deja que los textiles rematen el conjunto.”
SOBRE LA INTERIORISTA
Heather Peterson es la propietaria de Heather Peterson Design, con sede en Minneapolis, EE.UU. A través de un enfoque colaborativo, ella y su equipo trabajan con los clientes para traducir su gusto y estilo de vida en casas personales y funcionales, decoradas con una elegancia sin esfuerzo. El trabajo del estudio abarca una amplia variedad de estilos, cada uno de los cuales refleja una pasión por el diseño de interiores. Sobresalen en el desafío de integrar todo lo que los clientes aman, desean y valoran en un diseño cohesivo.