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Con solo 62 m², este apartamento condensa una idea potente: cómo convertir una casa compacta en un refugio urbano multifuncional y profundamente alineado con el estilo de vida de su propietario. El proyecto, firmado por Fylo Arquitetos junto a la productora de ambientes Gabriela Almeida, responde a la petición clara del cliente, un joven profesional del sector tecnológico y DJ aficionado: crear “un refugio urbano que proporcione tranquilidad y funcionalidad sin renunciar a un diseño que refleje su personalidad”. Para ello, la primera decisión fue acabar con las divisiones interiores. “Se eliminaron todos los elementos de estanqueidad que separaban los ambientes internos, incluidos los cierres de los balcones y los muros de mampostería, conservando únicamente los del aseo y parte de la suite”, detalla el estudio. El resultado es una planta abierta y continua que permite una organización completamente fluida, estructurada en tres ejes paralelos conectados por “islas” multifuncionales.
Uno de los ejes de la casa articula la circulación desde el hall hasta la terraza, otro desde la sala hasta el dormitorio y el último conecta la cocina con el área íntima. “Esta lógica de circulación permite que el mobiliario funcione sin frente ni dorso, lo que favorece la interacción constante entre el habitante y sus invitados”, explica el estudio. Buena muestra de ello es la mesa central, diseñada específicamente para este proyecto, que actúa tanto como escritorio como cabina para el set de DJ y archivo de vinilos.
El hall de entrada actúa como un umbral dramático. Una tela de acero remite a las ventanas encendidas de los edificios de São Paulo, creando un efecto casi escenográfico. La marquetería en ébano refuerza ese juego de luces y sombras que se prolonga hacia el lavabo, revestido también con Velvet Coral. La zona social, compuesta por estar, cocina y terraza, se concibe como un espacio único. Las paredes y techos comparten un acabado homogéneo en Velvet, que aporta una textura aterciopelada de aire industrial. En contraposición, el paisajismo denso y exuberante introduce notas verdes que equilibran la sobriedad del interiorismo.
La cocina se integra en este entorno sin fisuras, con electrodomésticos ocultos y una isla de trabajo en cuarzo. Frente a ella, una barra suspendida en estructura blanca funciona como comedor o puesto de trabajo, dependiendo del uso. La terraza, completamente abierta, enmarca las vistas sobre la Ponte Estaiada. Aquí se ha instalado un bar y una chimenea en Limestone Baiteg Blue, una elección que suma brutalidad matérica y sutileza formal. La ausencia de elementos fijos permite transformar este espacio según el momento, reforzando la versatilidad del conjunto.
El dormitorio sigue los mismos códigos: marquetería negra de vetas marcadas, venecianas oscuras y una cama diseñada a medida por el estudio con cabecero en bouclé. Además, cuenta con un sistema de cerramiento compuesto por paneles pivotantes metálicos perforados en color negro, que permite abrir o cerrar completamente el ambiente dependiendo del uso. Este sistema flexible fue diseñado para brindar privacidad o integración según las necesidades del momento. La iluminación de neón con la frase “Bem-vindo ao meu delírio” resume el tono personal, irreverente y sofisticado que atraviesa el proyecto.
A nivel técnico, se actualizaron todos los sistemas eléctricos para implementar un sistema de iluminación programable con escenas adaptadas al ritmo del usuario: funcional de día, relajado de noche y dinámico para sesiones de DJ con sincronización sonora. “El proyecto nace de una idea de simplicidad elevada”, concluyen desde Fylo. “Los materiales, el mobiliario, la iluminación: todo está pensado para dialogar con el estilo de vida del cliente sin imponerse”.





























