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Ni fotografías, ni pinturas hiperrealistas, ni trampantojos, ni recreaciones digitales. Los óleos sobre lienzo del artista español Antonio Santín (Madrid, 1978) son tan inclasificables como deslumbrantes. Cada obra ejerce un poder hipnótico sobre el observador que, al verla, siente un impulso irresistible de acercarse y tocarla para así entender qué es lo que tiene enfrente.
Al desconcierto inicial sigue la fascinación, cuando la vista comienza a enfocar los intrincadísimos detalles y toques de color milimétricos superpuestos que forman las obras, y también el darse cuenta de que no se trata de pinceladas, sino de decenas de miles de ínfimos relieves de color que el artista introduce manualmente con una técnica única que él mismo ha inventado. De compleja ejecución, en ésta emplea un compresor y una jeringuilla para aplicar el óleo con una determinada presión en cada caso, medida con gran precisión.
Imposible no sentir cierto vértigo y admiración por el virtuosismo y la gran cantidad de horas que se intuyen detrás de cada obra. Un año de trabajo tarda Santín en la creación de cada una de estos lienzos de gran formato, que realiza con sus colaboradores en su estudio de Madrid. "Cada vez más pienso en estas obras como objetos. Y creo que son una intersección entre pintura y escultura. ¿Es un relieve escultórico, es una pintura con volumen...? No está nada claro", nos confiesa.
Durante las exposiciones y ferias donde exhibe obra, él suele poner atención a los gestos y a los comentarios del público. Y siempre, escucha esta frase: "Nunca he visto una cosa como ésta en mi vida". Unos cuantos la habrán pronunciado este año durante su exposición individual, desde el 10 de enero hasta el 1 de marzo, en la sede en Tribeca de Marc Straus Gallery, la séptima muestra individual que inaugura de la mano de esta galería neoyorquina que le representa desde 2012. En Bombay está Galerie ISA, que gestiona su obra en Asia.
Sus pinturas, que se han exhibido en muestras individuales y colectivas en EE.UU, Suiza, Alemania, Emiratos Árabes, Arabia Saudi y la India, y que se muestran también en colecciones públicas y privadas de todo el mundo, no dejan a nadie indiferente. "Es un trabajo bello y a la vez oscuro. Y es único, diferente. Lo ves en cualquier sitio y sabes que es mío. Es un lenguaje inconfundible", afirma. Se graduó en Bellas Artes en la Complutense de Madrid y continuó su formación en la Universidad de Atenas. Se le daba bien la pintura aunque le interesaba más la escultura. En 2004 se mudó a Berlín y allí, comenzó a hacer pintura figurativa, pero en sus lienzos de figuras humanas ponía más énfasis en los textiles, vestidos y ornamentaciones de tela. "Yo era un escultor, pintando. La forma en la que trataba el óleo era muy táctil, de alguien que está acostumbrado a hacer pátinas y texturas en las esculturas", cuenta. El último año que estuvo en Berlín, quiso abandonar la figuración, y lo hizo literalmente escondiendo las figuras bajo de la alfombra.
Ya afincado en Nueva York en 2012, comenzó una serie en la que se insinuaban volúmenes ocultos debajo. Con el sfumato renacentista y la pátina conseguía sombras y volumen. A su regreso a Madrid en 2018, continuó la serie con patterns de creación propia cada vez más complejos y minuciosos. Siempre está experimentando y "rizando el rizo", y para él, las alfombras son "solo una excusa elaborada para hablar de pintura y de lo oculto". "Yo entiendo el arte como las flores de cada momento social en el que vivimos. Y son flores que nos retratan, que hablan de lo que somos".
"Las alfombras son solo una excusa para hablar de pintura, hablar de lo oculto..."
Ana Rodríguez Frías es redactora especializada en temas de interiorismo, diseño, decoración, arquitectura y arte, y actualmente escribe sobre ellos en ELLE DECORATION y en NUEVO ESTILO COLLECTION. Le encanta rastrear las nuevas tendencias y los lanzamientos de productos innovadores, pateando ferias de diseño en lugares tan apasionantes como Milán, Londres, París, Estocolmo…
Le apasiona contar las historias de personas admirables, creativas y soñadoras, que buscan la belleza y quieren crear un mundo mejor. Y por eso ha disfrutado entrevistando a grandes diseñadores como Oki Sato de Estudio Nendo, Jasper Morrison, Piero Lissoni, Antonio Citterio, Patricia Urquiola, Rodolfo Dordoni, Jaime Hayon, Ross Lovegrove, Sabine Marcelis, Barber Osgerby, Piet Hein Eek… por nombrar solo a algunos. Y adora descubrir nuevos talentos entre artesanos, diseñadores, artistas y arquitectos emergentes.
En sus ratos libres, se entrega al yoga, práctica que empezó como un hobby y que se ha transformado en pasión. Voraz lectora desde la infancia, pertenece a un Club de Lectores desde hace una década. Cinéfila, prefiere saborear las buenas películas en las salas de cine y, por supuesto, en versión original.
Es periodista titulada en la Pontificia Universidad Católica de Chile, cursó un máster en Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid. Antes de dedicarse a la decoración y al diseño desde ELLE DECORATION y CASA DIEZ, trabajó en la revista de moda y estilo de vida DT.