1. Seleccionar un estilo antipático
Existe el riesgo de que tu nuevo invernadero quede completamente fuera de lugar dentro de casa. Para evitar esto, sé selectivo en el diseño y elige las características que se mezclen con el estilo de tu hogar.
2. Hacer caso omiso a la jardinería
Esa zona antes tiene que ser aprobada para las obras. Si no quieres que el espacio que
rodea a la nueva habitación se convierta en un triste solar, planifica el paisaje con antelación con el objetivo de crear un nexo perfecto de unión entre el nuevo espacio y el jardín.
3. Olvidarse de los muebles
Los muebles de gran tamaño necesitan sujetarse en una pared sólida así que asegúrate de incluir espacio suficiente en la pared cuando hagas el diseño si quieres incluir tu cómoda o estantería favorita en ella.
4. Olvidarse del resto de la planta baja
Los invernaderos interiores de mayor éxito fluyen a la perfección con toda la planta baja y proporcionan un espacio para la vida verdaderamente flexible. Ya que estás invirtiendo en el nuevo suelo, revestimientos y cableado eléctrico, merece la pena conseguir el máximo potencial en la inversión reconfigurando también las habitaciones adyacentes.
5. Realizar presupuestos erróneos
Nunca se puede saber con qué complicaciones te vas a encontrar y no vale la pena arriesgarse. Factores como la altura del invernadero en un barrio de casas colindantes cercanas determinarán más o menos planificación. Busca una empresa con experiencia que pueda asesorarte sobre las regulaciones y permisos necesarios.
6. Descontrolar la temperatura
Los invernaderos que se congelan en invierno y arden en verano no son del todo inevitables. El acristalamiento de control solar reducirá al mínimo la cantida ddd calor que pase en cualquier dirección, ayudando así a mantener una temperatura constante en la habitación todo el año. La calefacción, ya sea por el suelo o a través de radiadores, también asegurarán una buena climatización todo el año.
7. Subestimar las vistas
El diseño exterior del invernadero es importante pero una de las mayores alegrías que puede darte en invierno son las vistas. Una de las prioridades de planificación debe estar en considerar cómo colocar las ventanas y puertas para asegurar unas buenas vistas.
8. No tener en cuenta el mantenimiento
Cualquier edificio de jardín tendrá un mínimo mantenimiento. Para reducir su gasto al mínimo, elige canaletas de aluminio (no de plástico), un techo de aluminio, escoge madera resistente para su construcción y no te olvides de echar un vistazo a las garantías que da el fabricante.
9. Escatimar en el espacio
Puede ser más tentador de lo que crees aquello de ceder en el tamaño del invernadero cuando lo estés construyendo para ahorrar dinero pero una vez construido, un metro arriba o abajo puede resultar más frustrante aún. ¡Sobre todo si los muebles no te caben!
10. No hacer los deberes
Tomar decisiones rápidas sin investigar antes lo que ofrece el mercado actualmente puede llevarte a tener una gran decepción. Haz una lista de empresas y habla con algunos de sus clientes en persona. Averigua todo lo que ofrece en cuestión de garantías, seguros y atención al cliente antes de tomar cualquier decisión final.