6 Recetas de verano con alimentos que echaste de menos en invierno

Con un pincel, pintar cada una con un poco de mantequilla. Incorporar la mezcla de espinacas. Poner otras tantas láminas de pasta filo encima también pintadas con mantequilla.

Pintar la última capa de pasta filo con el poco de huevo batido, anteriormente reservado. Meter al horno precalentado durante 25 minutos, hasta que esté dorado y crujiente. Servir templado o a temperatura ambiente.

Pelar las alcachofas quitando las hojas externas hasta llegar a la capa en la que tienen un tono verde más claro y son más tiernas. Cortar y pelar el tallo. Frotar con un limón para que no se oxiden.

Batir en un bol los huevos, una cucharada de aceite de oliva, harina, sal y pimienta. Coger las alcachofas de una en una y abrir sus hojas ligeremente. Rebozar las alcachofas en la mezcla de harina y huevo.

Poner una sartén al fuego con el resto de aceite. Cuando esté bien caliente, añadir las alcachofas de una en una boca abajo y freír hasta que se doren. Salpimentar al gusto y servir con limón.

Salpimentar las costillas y meterlas en el frigorífico 12 horas. Colocar en una bandeja de horno y añadir 1 dl de agua. Tapar con papel de aluminio y hornear hasta que la carne esté muy tierna.

Picar los ajos, el perejil y los rabanitos. Hacer zumo de un limón y rallar su piel. Mezclar todo en un bol y añadir el pan rallado, un chorro de aceite de oliva virgen, sal y pimienta. Reservar.

Caramelizarlos en una sartén con una gota de aceite y azúcar moreno. Servir la carne con la mezcla de ajo, perejil y rabanitos del paso anterior y decorar con los limones.

Poner en un bol la harina, una pizca de sal y una cucharada de aceite de oliva. Mezclar y añadir el agua. Amasar hasta que la pasta quede bien suave. Cubrir con un paño y dejar reposar unos 30 minutos.

Cocer las patatas peladas y troceadas. Sofreír la cebolla. Añadir las especias, los guisantes, las patatas, agua, vinagre y sal. Dejar 2 minutos más. Reposar. Añadir unas hojas de menta picada.

Hacer bolitas con la masa. Aplastarlas con el rodillo en círculos finos. Poner en el medio de cada círculo una cucharada del relleno. Plegarlos por la mitad. Freír en una sartén con abundante aceite.

Hacer zumo de limón y rallar su piel. Poner en un bol el zumo de limón, la piel y la leche condensada. Remover muy bien. Añadir los yogures griegos y batir hasta obtener una mezcla uniforme.

Separar la pulpa, quitar las pepitas y trocear. Picar la sandía con cuchillo hasta reducirla casi a puré. Poner en un recipiente de plástico hermético y meter en el congelador.

Repartir la crema de limón en cuatro vasos. Una vez la sandía esté semi granizada, echar en los vasos sobre la crema de limón. Decorar con unas hojitas de hierbabuena.