Las 15 mejores recetas con tofu súper ricas y fáciles de hacer
Lo decimos simple y llanamente: el tofu es versátil, el tofu es multifacético y el tofu es delicioso.
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Arrancamos este artículo con una de las recetas con tofu que más nos gustan, en el vídeo superior puedes ver cómo se prepara unos deliciosos tofu teriyaki noodles. Y es que con frecuencia y durante mucho tiempo, el tofu ha soportado la reputación de ser un ingrediente soso, aburrido e poco inspirador. Sin embargo es un alimento muy versátil. El tofu, procedente de la soja, es un gran sustituto de la carne y los huevos en las dietas vegetarianas. Si lo quieres usar para freír o saltear, usa el tofu firme, pero si lo empleas para salsas, cremas, purés o pasteles, opta por el blando o silken tofu.
¿Qué es el tofu?
Tofu, o dòufu (豆腐) en chino, significa literalmente "cuajada de frijol" o "fermento de frijol". Se elabora a través de un proceso de 3 etapas:
- Se ponen en remojo los frijoles de soja limpios, se trituran con el agua y luego se hierve la mezcla para hacer leche de soya cocida.
- Se le añade un coagulante de sal como sulfato de calcio (también conocido como yeso), cloruro de magnesio o cloruro de calcio (también conocido como nigari) para transformar la leche de soya en cuajada.
- Finalmente se presiona la cuajada para formar bloques de tofu.
El tofu es como un queso vegano. El primer paso se asemeja a muchas leches veganas caseras como la leche de almendras o la leche de avena; el proceso de calentamiento y coagulación es muy similar a cómo surgen los productos de leche de vaca como la ricotta y la mozzarella. Dependiendo de las variaciones en la técnica y el tratamiento al que se somete la soja, se materializan diferentes productos de tofu.
Es habitual pensar que el tofu solo se consume ya elaborado y que podemos comprar envasado, que va desde texturas frágiles y sedosas hasta bloques súper firmes. Y no es que sea malo, el tofu envasado es muy versátil, es relativamente bajo en grasas y calorías, alto en calcio (o magnesio, según el coagulante que se haya usado) y hierro, y muy asequible como proteína de origen vegetal. Sin embargo, la mayoría de los expertos en tofu nos alertan sobre el extenso mundo de los productos de tofu que están a tu disposición si quieres adentrarse en los beneficios de la soja.
Cómo cocinar el tofu
El tofu es suave como los quesos tipo mozzarella, ricota o como la mantequilla: el sabor es muy puro y matizado pero muy presente para paladares exigentes. Al igual que con todos los ingredientes, debes conocerlo y trabajar con él para conocer su carácter e incluirlo en las recetas que consumas habitualemnte.
Empezando por la variedad más suave, tenemos la sedosa. El tofu sedoso no está muy prensado, lo que le da una textura muy delicada. La cremosidad lo hace súper agradable para elaboraciones en crudo: refresca muy bien en un caluroso día de verano, rociado con aceite de sésamo, aceite de chile, salsa de soja o vinagre, servido junto con una sencilla ensalada de pepino, por ejeplo. También es el tofu perfecto para elaborar platos clásicos como mapo tofu o cuando se preparan versiones veganas de alimentos dulces como batidos o tartas de queso.
El tofu medio se prensa para eliminar parte del contenido de agua, dándole más cuerpo y definición. Todavía es bastante suave, lo que lo hace ideal para recetas que requieren una manipulación y cocción mínimas, como una sopa agridulce.
Finalmente, llegamos a la fase 3 en el que se consigue un tofu más sólido (más prensado). Hoy en día, en la sección de refrigerados puedes encontrar tres tipos de tofus firme: firme, extra firme, súper firme. Como sugieren sus nombres, los tofus firmes son sustanciales y se pueden desgranar un poco durante el proceso de cocción. Son excelentes al horno, salteados en salteados, marinados y luego a la parrilla, o desgarrados y revueltos.
Un buen truco: Envuelve el tofu con un paño y déjalo unos minutos con algo encima. Al eliminar el agua sobrante, quedará más firme y absorberá mejor las salsas.
Cómo mantener el tofu fresco
Para mantener el tofu fresco, refrigéralo después de comprarlo. Una vez abierto, guárdalo en un recipiente tapado en el frigorífico y utilízalo en un plazo de 4 a 7 días. Hay quien prefiere guardarlo sumergido en agua para mantenerlo más fresco, como lo harías con el queso feta.
Para un almacenamiento más prolongado, congélalo. Aunque debes tener en cuenta que congelar el tofu altera mucho su textura: una vez congelado y descongelado, deberás exprimir gran parte del contenido de agua restante y transformar el tofu en una esponja que puedes usar para añadir sabor a tus platos o para espesar el líquido de tus guisos.
RECETAS RÁPIDAS CON TOFU
Acelgas con tofu y garbanzos. Cocer 500 g de acelgas, escurrir y reservar. En una sartén, dorar 200 g de tofu; reservar. Dorar 200 g de garbanzos cocidos. Añadir las acelgas y saltear. Servir con el tofu.

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