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Ya sea para una comida entre semana o una cena elegante, las pechugas de pollo siempre son un buen recurso para montar un menú. Pero, ¿cuál es la mejor forma de cocinarlas y cómo evitar que se sequen? Sigue nuestra guía para preparar unas pechugas de pollo perfectamente cocidas. Ya sea que te apetezcan asadas, frritas o cocidas, aquí encontrarás todo lo que necesita saber sobre cómo cocinar las pechugas de pollo correctamente.
Cómo cocinar pechuga de pollo
Regla número uno: compra la mejor que puedas pagar
Un mayor bienestar animal significa una carne más sabrosa, pero tiene un precio elevado. En Micasa creemos que tu bolsillo tiene que tener la última palabra a la hora de comprar carne, así que sencillamente elige la mejor calidad que te permita tu presupuesto.
Regla número dos: ahorra
Gramo a gramo, la pechuga es el corte de pollo más caro. Compra un pollo entero y aprende a cortarlo (consulta nuestra guía de expertos sobre cómo despuezar un pollo) de esa manera obtendrás pechugas, alas, muslos, muslos y una carcasa para hacer sopa de pollo, todo por un poco de dinero, más de lo que pagarías por dos pechugas filietadas sin piel.
Cómo ablandar las pechugas de pollo
Utiliza una marinada para ablandar las pechugas de pollo. Un breve período (al menos 30 minutos) en algo ácido ayuda a que las fibras de la pechuga de pollo se descompongan y se vuelvan suaves. El zumo de limón o el yogur funcionan de maravilla como un simple adobo para pollo.
¿Cómo saber cuándo la pechuga de pollo está hecha?
Si necesitas comprobar si una pechuga de pollo está ya cocida sin utilizar un termómetro, aplica uno de estos ingeniosos métodos. La primera es sencillamente cortar la carne por la mitad. Comprueba que todas las fibras estén opacas y fijadas, y que no quede un color rosado gelatinoso en el centro. Pero claro, esta es una técnica invasiva y no tan útil si cocinas para invitados.
Un método que deja menos daño es introducir una brocheta de metal en la parte más gruesa de la carne. Mantenlo durante unos segundos, luego retíralo y toca inmediatamente con el interior de tu muñeca. Debes sentirlo tan caliente que no puedas mantener la brocheta sobre tu piel durante más de un momento.
Luego, haz la prueba número dos: presiona suavemente con una espumadera junto al agujero que has hecho; los jugos que escapan deben ser claros y sin tintes rosados. Si la brocheta no está caliente o los jugos salen de color rosado, cocina la pechuga unos minutos más y repite el proceso de prueba.
Si tienes un termómetro, el pollo estará cocido cuando alcance una temperatura interna de 70°C.
Cómo freír la pechuga de pollo
Calienta un poco de mantequilla y/o aceite en una sartén a fuego medio, luego sazona la pechuga de pollo y fríe por un lado durante 8-10 minutos hasta que esté dorada y opaca. Luego dale la vuelta, tapa la sartén y fría durante 8-10 minutos más. Trata de no mover el pollo mientras se cocina, o podría pegarse; deja que la carne se dore y se suelte de la sartén.
Consejo: rocía la pechuga de pollo con los jugos de la sartén durante todo el proceso de cocción para evitar que la carne se que fibrosa y reseca.
Cómo cocer o hervir pechuga de pollo
Hervir unas pechugas de pollo que puedes guardar en la nevera para desmenuzarlas en ensaladas o lonchearlas para hacer sándwiches, es un recurso súper práctico. Las pechugas de pollo cocidas se pueden conservar con seguridad durante unos días en el frío, y te apañarán más de una comida.
Calienta agua o caldo de verduras en una cacerola (lo suficiente para cubrir las pechugas por completo) y cocina a fuego lento. Añade las pechugas de pollo, tapa y hierve durante 10-15 minutos, hasta que estén bien cocidas. Puedes agregar aromáticos al agua, como laurel o tomillo para darle un poco más de sabor.
Cómo gratinar la pechuga de pollo
Ideal para quienes les encanta un poco de carbonilla en la carne. Precalienta el horno en función gril a fuego medio-alto. Forra una bandeja para hornear con papel de aluminio. Frota las pechugas de pollo con aceite y sazona. Coloca en la bandeja y hornea al gril durante 6-8 minutos por cada lado hasta que esté bien cocido.
Cómo asar pechuga de pollo
Asar en el horno es el método más fácil e infalible ya que requiere muy poco esfuerzo. Precalienta el horno a 200°C (ventilador de 180°C). Forra una bandeja para hornear con papel de aluminio. Frota las pechugas de pollo con aceite y sazona. Mete la bandeja al horno y asa durante 20-25 minutos, hasta que esté bien cocido. Las pechugas de pollo rellenas tardan un poco más, entre 30 y 35 minutos.
Cómo hacer una pechuga de pollo rápido
¿Necesitas tu pollo ya mismo? Toma nota. Coloca la pechuga de pollo entre dos trozos de film transparente o papel para hornear y aplánala con un rodillo, luego fríela o gratina según las instrucciones anteriores durante 3 a 5 minutos por lado.
¿Más rápido? Una olla a presión cocina pechugas de pollo en cuestión de minutos. Simplemente coloca las pechugas de pollo sazonadas en una olla engrasada y agrega agua hirviendo hasta el nivel mínimo que requiera tu olla. Tapa, lleva a presión máxima y cocina de 1 a 4 minutos y luego suelta rápidamente el vapor. Quizás tengas que probar para encontrar los tiempos óptimos para tu cocina, pero los resultados jugosos y rápidos valen la pena.
Cómo cocinar la pechuga de pollo congelada
Sí, puedes cocinar al horno una pechuga de pollo congelada. Solo necesitas duplicar el tiempo de cocción y luego verificar que estén bien cocidas. Se necesitan aproximadamente 50 minutos si son pechugas solamente y aproximadamente una hora si están rellenas.
¿Por qué se resecan las pechugas de pollo?
Es muy fácil pasarse de cocinado con el pollo y que quede muy seco, así que confía en los tiempos de cocción y utiliza los trucos que hemos mencionado antes.
Rellenar las pechugas y envolver el pollo con bacon o jamón ayuda a mantener la carne de pollo más jugosa.
¿Por qué las pechugas de pollo se ponen duras?
El pollo también queda un poco duro cuando sale directamente de la sartén. Un descanso rápido es importante para ayudar a que las fibras se relajen y mantengan la carne tierna y jugosa. Déjalo reposar en un lugar cálido, de 5 a 10 minutos después de cocinarlo, y no caigas en la tentación de cortarlo hasta que haya transcurrido el tiempo.
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