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El año pasado fue el aceite de girasol el que, debido a la guerra de Ucrania, vio cómo se disparaba su precio; y este ha sido el turno del aceite de oliva. La falta de lluvias y las cosechas de baja producción han provocado un aumento exponencial de su precio. Según datos del INE, el precio del aceite de oliva se ha incrementado en el último año en un 38,8 %, si bien en el caso del virgen extra, la subida supera el 227%. Eso supone que en los lineales del supermercado podamos encontrar marcas cuyo precio por litro ronda ya los 10-12 euros.
Dado este panorama, no es de extrañar que muchos se hayan planteado buscar alternativas más económicas al aceite de oliva. Pero nosotros hemos decidido ir más allá y de paso, intentar sacar algo bueno de esta situación. Ahora que el precio no es (por desgracia para nuestros bolsillos) un factor tan diferencial, por qué no probar otros aceites menos conocidos para nosotros pero que se usan mucho en otros países y que pueden ser muy interesantes, ya sea porque permitan ahorrarnos dinero, o bien porque sean un aliado para la salud o le den un toque original y diferente a nuestros platos.
Lo importante con independencia de la variedad de aceite que elijamos es que lo usemos correctamente. No todos los aceites toleran bien el calor y eso se nota no solo a nivel organoléptico, sino que superada cierta temperatura (conocida como punto de humeo y que varía según el tipo de aceite), comienzan a emitir sustancias tóxicas para la salud.
Aquí tienes algunas claves por si te animas a probar otras opciones más allá de los clásicos aceites de oliva o girasol.
Cómo cocinar con aceite de almendras
Rico en antioxidantes, quizá te resulte más familiar como ingrediente cosmético (hace maravillas con el pelo y la piel), aunque también puede emplearse en cocina. Eso sí, no es barato.
Su sabor es delicado, con un sutil aroma a almendra tostada que se aprecia más cuando es prensado en frío. Para usarlo, ten en cuenta que al calentarlo pierde parte de su aroma, por lo que es mejor usarlo en frío; por ejemplo, añadiéndolo a las ensaladas. También se utiliza mucho en repostería al tener un sabor muy neutro.
Recetas sabrosas con aceite de semillas de calabaza
La calabaza tiene un alto contenido nutricional y es el ingrediente perfecto para recetas saludables y sanas. El aceite de semillas de calabaza un intenso color verde, una textura algo espesa y un sabor tostado semidulce, con matices de nueces y sus pipas. Proporciona gran cantidad de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, así como de vitamina E.
El aceite de semillas de calabaza es mejor utilizarlo en crudo para preparar aderezos o salsas o como toque final en cremas o verduras, por ejemplo; o, como mucho, en salteados rápidos o a baja temperatura ya que el calor reduce su valor nutricional y sus propiedades organolépticas. Lo ideal es que no supere los 120º.
Cocinar con aceite de nuez
Las nueces son ricas en Omega 3, así que su aceite incluye ácidos grasos poliinsaturados, tiene un sabor dulce e intenso, perfecto para dar un toque de nuez a todo tipo de platos, tanto dulces como salados.
Es bastante caro, por lo que no es para usarlo en grandes cantidades ni con frecuencia. Ten en cuenta que al calentarlo pierde propiedades y rápido se pone rancio y amarga, así que lo más aconsejable es emplearlo en frío: en aliños para ensaladas, vinagretas, marinados, platos de carnes frías…
El sabor puede resultar muy intenso, sobre todo si es un aceite de nuez tostada, y tapar el sabor del resto de alimentos del plato, por lo que es mejor usarlo con precaución y en pequeñas cantidades.
La mejor forma de utilizar aceite de soja en la cocina
Aunque en nuestro país no es demasiado popular, es el aceite que en mayor cantidad se produce en el mundo y muy típico en la cocina oriental. Se caracteriza por un color amarillo pálido, sabor neutro y bajo coste.
Si bien es rico en grasas poliinsaturadas (especialmente en ácido linolénico) y vitamina E, no conviene abusar de él ya que aporta más ácidos grasos omega 6 (en exceso pueden resultar perjudiciales) que omega 3 y algunos estudios lo han vinculado con problemas metabólicos. Evita comprar el aceite de soja refinado.
Para utilizar este aceite de soja, lo mejor es que lo emplees en salsas frías y aliñar ensaladas, ya que sus propiedades se ven fácilmente disminuidas con las altas temperaturas; de hecho, su punto de humeo se encuentra a solo 160ºC.
Dónde utilizar el aceite de sésamo
Es muy típico en las mejores recetas de la cocina asiática, sobre todo de la china y coreana. Se puede elaborar a partir de las semillas de sésamo tostadas o crudas, lo que hará que tenga respectivamente un color más o menos oscuro y que su sabor sea más pronunciado o más suave.
Se debe guardar en un lugar fresco, oscuro y seco para evitar que se ponga rancio. Además, no es aconsejable usarlo para freír o cocinar puesto que se oxida fácilmente. Además es utilizándolo en crudo como mejor se saca provecho de su sabor y aroma. Es perfecto para hacer vinagretas o para añadirlo en los platos (arroces, salteados…) justo antes de servirlos. Su sabor es intenso, por lo que con agregar solo unas gotas es suficiente.
Aliña las ensaladas con aceite de lino
Muy rico en ácidos grasos poliinsaturados (principalmente omega 3), es un aceite de sabor suave y precio elevado.
Se enrancia rápidamente, por lo que se ha de almacenar en un lugar fresco, seco y alejado de la luz y el aire; y una vez abierto, lo ideal es meterlo en la nevera.
La forma de uso es muy sencilla, aunque el aceite de lino se deteriora con el calor, por eso debes usarlo siempre en crudo. Es ideal para aliños, salsas, vinagretas e incluso, para añadírselo a batidos.
Cocina recetas con aceite de coco
Muy usado en la cocina asiática y caribeña, se diferencia de otros aceites por su textura mantecosa, ya que es sólido a temperatura ambiente. Es aconsejable elegir uno que sea virgen extra y una vez abierto, guardarlo dentro de la nevera, bien cerrado.
Tiene un alto contenido en grasas saturadas, por lo que según la Fundación Española de Nutrición, su consumo debe de ser moderado o de forma ocasional.
El aceite de coco aporta un sabor y aroma afrutados y dulces, por lo que es un aceite perfecto para preparar dulces y postres, granolas caseras o incluso, añadirlo al té o al café.
Hay que tener en cuenta que aunque el aceite de coco virgen es más saludable, si se va a usar para repostería habría que optar por uno refinado, ya que su punto de humo es más alto (230º frente a los 170º del virgen).
Cuándo utilizar en la cocina aceite de cacahuete
Se usa mucho en países del sudeste asiático y en algunos de África para elaborar recetas sabrosas y rápidas. Podemos encontrarlo con distintos niveles de refinado, lo que va a determinar tanto su color como su sabor final, más neutro o más marcado a cacahuete.
El aceite de cacahuete muy bien las altas temperaturas (de hecho, tiene una resistencia al calor similar al aceite de oliva) por lo que puede usarse sin problemas para freír o saltear. También le va muy bien a las ensaladas, vinagretas y mayonesas.
El aceite de colza es rico en Omega 3
Desde la crisis sanitaria de 1981, carga con una terrible fama en nuestro país, pero lo cierto es que es un aceite saludable con un perfil nutricional interesante ya que es rico en omega 3. Recordemos que el aceite de colza que provocó tantas muertes era en realidad un aceite adulterado, no apto para el consumo humano.
Y aunque en nuestro país no se comercialice como tal, es habitual en los países del norte de Europa; en Alemania, incluso, es el más utilizado a nivel alimentario.
El aceite de colza es adecuado para usar tanto en crudo como para cocinar, pero siempre que no se le someta a temperaturas demasiado altas o muy prolongadas.
Su sabor es neutro, por los que es perfecto si se quiere conservar el sabor o aroma del resto de ingredientes de la receta.
Cocinar en casa con aceite de maíz
Rico en grasas insaturadas, sobre todo omega 6, y fitoesteroles, destaca por su precio asequible. El aceite de maíz se usa con mucha frecuencia para freír, si bien su sabor poco pronunciado hace que sea ideal para ensaladas, salsas o mayonesas. Además su punto de humeo no es demasiado alto (180ºC-200ºC) por lo que es mejor reservarlo para cocciones cortas o uso en crudo.
Qué hacer con el aceite de aguacate
Tiene un aspecto verdoso, una consistencia espesa y un marcado olor. A nivel nutricional, tiene bastante semejanzas con el de oliva, superándolo incluso en algunos puntos; así es muy rico en ácido oleico y tiene una proporción baja de grasas saturadas. Hasta ahora lo que lo mantenía en gran desventaja con el aceite de oliva era su elevado precio, pero dadas las circunstancias actuales esto ya no supone un problema tan grande.
El aceite de aguacate se puede emplear sin problemas para freír o cocinar ya que tiene un punto de humo alto (270ºC). Al tener un sabor suave, es apropiado cuando se quiere combinar con otros ingredientes suyo sabor se quiera mantener o resaltar.
Araceli Herrero es periodista freelance especializada en temas de nutrición, bienestar y lifestyle. Estudió Periodismo en la Universidad Pontificia de Salamanca y después de hacer escala en Londres y de estudiar un posgrado en Nutrición, acabó mudándose a Barcelona para trabajar en varias revistas femeninas, de salud, cocina y también de decoración y diseño, sus otras pasiones.
Hace apenas un lustro llegó a Madrid y aún sigue ocupada descubriendo sus rincones.
No puede vivir sin café, se declara adicta al buen pan y aunque confiesa que es de esas personas a las que le gustan las verduras y hasta el tofu, como buena charra que es, siempre cae rendida ante una tabla de jamón ibérico.
Si no la encuentras comiendo, estará buscando platos, tazas y demás cacharrería para su siempre “escasa” colección.