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¿Alguna vez has querido recrear una apetitosa receta y al ver entre sus ingredientes las hierbas aromáticas has decidido prescindir de ellas porque "no son tan importantes y, total, para que se estropeen..."? Discrepamos profundamente con la primera parte (¡los detalles marcan la diferencia también en la cocina!), pero entendemos desafortunadamente la segunda.
Conservar las hierbas aromáticas en perfecto estado es tan complicado que, en ocasiones, evitamos consumirlas, perdiéndonos una parte muy importante de la gastronomía mediterránea. A continuación, te dejamos el mejor truco para mantenerlas frescas el mayor tiempo posible.
Cómo conservar las hierbas aromáticas
En primer lugar, es importante tener en cuenta que las especies aromáticas se venden sin lavar (como los frutos rojos) para no acelerar su descomposición. Por ello, antes de utilizarlas (única y exclusivamente cuando las vayamos a consumir) debemos limpiarlas.
Lógicamente, es esencial que se guarden en la nevera, tal y como se venden en el mercado. Las iremos sacando a medida que las vayamos necesitando, guardando el resto refrigerado, pero evitando zonas extremadamente frías.
Papel y agua: esto es todo lo que necesitas
Es ahora cuando entra en juego el pequeño truco que te salvará de brotes pochos y sorpresas desagradables. Solo necesitas tres o cuatro trozos de papel de cocina absorbente humedecidos y bien escurridos. Moja los papeles y apriétalos en un puño, formando bolas. Una vez que ha dejado de gotear y se ha retirado el exceso de agua, deshacemos la bola con cuidado, abrimos las hojas de papel y las disponemos de tal forma que quepan en su interior todas las hierbas que queremos proteger. Hacemos un rollito con ellas, intentando no apretar demasiado para que no se rompan los tallos y la hierba respire. A continuación, guardamos en un envase, preferiblemente en una bolsa de cierre hermético.
El manojo se conservará fresco y lozano durante más tiempo, pues la humedad y el embalaje cerrado ayudarán a retener la humedad. Este es uno de esos tips que, una vez aprendes, te servirá toda la vida, incluso para otros alimentos diferentes y fácilmente oxidables, como el aguacate o la manzana. Pruébalo y descubre la magia.
Lucía Ruiz estudió Relaciones Internacionales y Comunicación y ahora continúa formándose con un Máster de Marketing de Moda. Escribe para aterrizar, para recordar, para existir. Es su manera de dar forma a la vida, de hacerla real. Por eso anota todo aquello que le hace feliz: la comida, los viajes y las nuevas experiencias no pueden faltar en la lista.
