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Es probable que ayas oído que la sal de Epsom es una gran aliada natural para mejorar la calidad del suelo de tu jardín y tener las plantas más bonitas. Durante generaciones, los jardineros han afirmado que es beneficiosa, especialmente para las rosas, pero también para los tomates o los pimientos si lo tuyo es tener un huerto urbano.
Se dice que la conocida como sal inglesa sirve para todo, desde aumentar la cosecha hasta mantener alejadas a las babosas de la tierra de tu parcela. Las sales de Epsom son un producto natural, lo que significa que debe ser bueno para su jardín o así lo han determinado tus abuelos y vecinos durante generaciones. Sin embargo, las sales de Epsom tienen sulfato de magnesio, que es un ingrediente poco recomendable en la mayoría de los jardines domésticos.
En este sentido, "la mayoría de los supuestos beneficios de la sal de Epsom para los huertos domésticos no se basan en la ciencia y estas afirmaciones proceden de relatos anecdóticos, no de la investigación", según Linda Chalker-Scott, profesora y horticultora urbana de la Universidad Estatal de Washington.
Qué es la sal de Epsom
También se le llama sal inglesa, ya que la región británica de Epsom tiene balnearios históricos ricos aguas con un mineral natural que se disuelve fácilmente en el agua. El uso de este producto químico, porque se trata de química aunque se produzca de forma natural, se remonta a los años 30 y 40, cuando los investigadores agrícolas descubrieron la mancha foliar en los huertos comerciales, una enfermedad que provocaba que las hojas tornaran en amarillas, rojas o moradas para luego morir.
El problema se atribuyó a una carencia de magnesio, así que los cultivadores aprendieron que si aportaban sulfato de magnesio al suelo y a las hojas, incluso lo inyectaban en las ramas, se producía un rápido reverdecimiento que resolvía temporalmente el problema, asegura Linda Chalker-Scott.
Por desgracia, esta técnica no tuvo un éxito consistente. Muchos estudios se contradecían en cuanto a su eficacia y,lo que es más importante, a pesar de que los cultivadores utilizaban el producto químico con frecuencia, no hacía nada para aliviar los desequilibrios de nutrientes en el suelo, confirma la experta.
Cómo utilizar sales de Epsom en el jardín
Quizá no es una buena idea, afirma Lisa Chalker-Scott, porque "los suelos de los jardines domésticos y los paisajes rara vez son deficientes en magnesio. La única manera de saber con seguridad si su suelo carece de algo es obtener una prueba de suelo". En este sentido, lo más recomendable es realizar un análisis del suelo antes de añadir cualquier tipo de fertilizante orgánico.
Lo mismo puede decirse del uso de las sales de Epsom en el césped. "Los céspedes rara vez tienen un nivel bajo de micronutrientes, como el magnesio. No es un problema para la mayoría de los propietarios. Necesitarías un análisis de suelo para saber si te falta algún nutriente específico antes de empezar a echar nada", afirma Clint Waltz, especialista en césped e investigador de la Universidad de Georgia.
La lógica manda: añadir productos químicos al jardín o al césped cuando no son necesarios es un despilfarro y puede ser perjudicial para las plantas. De hecho, la investigación ha descubierto que el uso excesivo de sulfato de magnesio puede empeorar la salud de las plantas en las plantas y provocar deficiencias de otros nutrientes esenciales para las flores, como el boro, el hierro y el potasio. Por eso, debes conocer las calidades y características del suelo de la parcela de tu jardín para saber si puedes alimentarlo con sales de Epsom.
Conclusión: ¿Es buena la sal de Epsom para las plantas? A menos que su jardín sea bajo en magnesio, según lo determinado por una prueba del suelo, las sales de Epsom no son beneficiosas para tus plantas o jardín, confirma la experta Lisa Chalker-Scott.
Entonces, ¿para qué se usa la sal inglesa con sulfato de magnesio en jardinería? Por supuesto, puedes utilizarlas para darte un baño relajante en la bañera. Y, aunque no están asegurados sus beneficios si la espolvoreas sobre tus plantas, la cultura popular apuesta que aglunas bondades de las sales de Epsom que te vamos a argumentar:
- Ayuda a germinar las semillas. Sin embargo, te recordamos que para germinar sólo necesitan agua y oxígeno.
- Hace que las plantas crezcan más tupidas y produzcan más flores. No hay ninguna prueba de que las plantas tratadas con sal de Epsom tengan más hojas o flores.
- La sal de Epsom previene que se pudran las flores. Normalmente, la podredumbre se produce por un riego irregular, que conduce a la deficiencia de calcio; la adición de más magnesio en realidad puede inhibir aún más la absorción de calcio por la planta, empeorando el problema.
- Las sales alejan las plagas de insectos y las babosas. No son pesticidas registrados, así que no es recomendable utilizarlo como tal.
- Reduce la cantidad de fertilizante necesaria. Como la sal de Epsom no contiene nitrógeno, potasio, fósforo ni otros nutrientes esenciales, ¡no reducirá la cantidad de fertilizante que necesitas!
