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Convertida en símbolo de la Provenza francesa, la lavanda está muy extendida también en España, donde a menudo ofrece extensiones de verde intenso y lila azulado hasta donde alcanza la vista. Desde la libertad del campo, la planta pronto incursionó en el interiorismo y en el paisajismo de nuestros jardines, convirtiéndose en un complemento ornamental para aplicar en paredes, para colocar sobre la mesa de la cocina y, sobre todo, para colocar en balcones, terrazas o jardines. Además de su carácter decorativo, destaca por la facilidad con la que también se puede cultivar en casa con unas sencillas atenciones.
Así que vamos a repasar todo lo que necesitas saber para disfrutar de esta hierba aromática en tu casa: cuál es la mejor época para plantar la lavanda y cómo asegurar unas inflorescencias exuberantes año tras año.
Características de la lavanda
Conocida con el nombre científico de Lavandula, la lavanda debe su nombre a la acción depurativa del organismo que, en la antigüedad y sobre todo en la Edad Media, era su principal uso. Ampliamente distribuida en todas las zonas templadas y subtropicales del mundo, destaca por su forma arbustiva, su característico color lila azulado y sus propiedades fuertemente aromáticas que le permiten perfumar el aire con una fragancia envolvente y delicada.
Una vez colocada en el suelo, la planta desarrolla raíces carnosas y leñosas, de las que surgen tallos erectos que pueden ser ramificados o simples según la especie. Por lo general, de un tono marrón rojizo o perenne, de ellos surgen hojas verdes, agrupadas en la base y dispuestas de manera opuesta a lo largo del desarrollo. Sin embargo, lo que distingue a la lavanda son las inflorescencias agrupadas en largas espigas, a veces incluso en espiral. Cada una de ellas puede albergar de dos a diez flores que, concentrándose espesamente, confieren a la planta un gran poder decorativo tanto cuando se cultiva en el campo como cuando se utiliza para decorar los espacios interiores y exteriores del hogar. De hecho, puede crecer en el jardín o en una maceta, dando en ambos casos un arbusto denso y con mucho cuerpo que crea puntos de acento colorido en cualquier ambiente.
El mejor momento para plantar lavanda en el jardín
Perenne y muy ornamental, la mejor época para plantar la lavanda es el otoño en zonas donde el clima es menos duro, o la primavera en zonas donde las temperaturas son más bajas. Puedes comprar semillas de lavanda en viveros o pequeñas plantas en macetas para trasplantar en tu casa.
Quienes quieran decorar el jardín con lavanda, sin embargo, deben tener en cuenta precauciones específicas para permitir que la planta crezca exuberante y saludable. De hecho, la lavanda requiere grandes espacios y prefiere zonas con luz natural durante la mayor parte del día. No requiere grandes cantidades de agua, pero es importante asegurarse de que no se produzca encharcamiento del suelo, una hidratación excesiva podría provocar que las raíces se pudran. Por tanto, es recomendable seleccionar un suelo con materia orgánica para favorecer el drenaje. Además, la planta tarda unos tres años en alcanzar su pleno desarrollo, durante los cuales es importante realizar podas cada doce meses inmediatamente después de la floración. En cambio, la fertilización del suelo puede realizarse a partir del segundo año de vida, prefiriendo la aplicación de productos orgánicos al comienzo de la temporada de primavera e inmediatamente después del final del verano, para favorecer el nacimiento de las inflorescencias y preparar la lavanda para otoño.
Cultivar lavanda en macetas
La lavanda también se puede cultivar en macetas o jardineras y el mejor momento para plantar la lavanda dentro de un recipiente no varía de las indicaciones dadas anteriormente. También en este caso, además, puedes optar por partir de semillas o de esquejes. Sin embargo, dadas las características de sus raíces, es mejor usar macetas altas y espaciosas.
El suelo debe volver a estar seco y rico en materia orgánica para facilitar el drenaje. Luego será necesario trasplantar la lavanda y cambiar la tierra durante la primavera, para que la planta tenga siempre una tierra fresca y drenada. La poda debe repetirse al final del periodo de floración, retirando con cuidado las flores secas. Incluso en macetas, la lavanda necesita espacios abiertos y luminosos, como balcones y terrazas. Quienes, por las características estructurales de la casa, no tengan vistas al aire libre, deberán colocar la maceta cerca de una ventana bien soleada y ventilada. Por último, las necesidades de agua de la planta siguen siendo reducidas y es necesario un riego mínimo en cuanto la tierra se siente seca al tacto.
