Los 8 errores más comunes al lavar los platos y cómo evitarlos para mantener la vajilla como nueva
Lavar los platos puede parecer sencillo, pero hay errores que dañan la vajilla. Te contamos los más habituales y cómo solucionarlos fácilmente.

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La cocina es el corazón de la casa: allí preparamos los alimentos, compartimos momentos en familia y organizamos parte de la vida diaria. Sin embargo, también es uno de los espacios donde más bacterias y suciedad pueden acumularse. Por eso, mantener una correcta higiene en la cocina es mucho más que una cuestión de orden o estética; es un hábito clave para cuidar la salud y garantizar la seguridad alimentaria.
Uno de los aspectos fundamentales es la limpieza de los utensilios de cocina, la vajilla y los vasos. Estos elementos entran en contacto directo con la comida todos los días, por lo que, si no se lavan adecuadamente, pueden convertirse en focos de contaminación. Restos de grasa, partículas de alimentos o manchas de detergente mal aclaradas son caldo de cultivo para bacterias que después pasan a los platos que servimos en la mesa.
La importancia de la higiene en la cocina y la limpieza del menaje
A veces pensamos que pasar una esponja rápidamente es suficiente, pero la realidad es que una limpieza descuidada puede tener consecuencias. Por ejemplo, usar un estropajo demasiado gastado o no enjuagar bien los vasos puede dejar residuos invisibles que afectan al sabor y, lo más importante, a la higiene. Además, una vajilla o unos cubiertos mal lavados dan mala impresión a los invitados y restan brillo a la presentación de la mesa.
Mantener buenos hábitos de limpieza no es complicado, pero requiere constancia. Lavar los platos justo después de comer evita que la suciedad se incruste, usar agua caliente ayuda a eliminar mejor la grasa y elegir el detergente adecuado asegura un resultado más higiénico. También es recomendable cambiar con frecuencia las bayetas y esponjas o estropajos, ya que son uno de los objetos que más bacterias acumulan en la cocina.
Los vasos y copas merecen una mención especial: muchas veces pierden brillo por culpa de restos de cal o jabón. Un buen aclarado y, cuando sea necesario, un repaso con vinagre blanco, ayudan a que se mantengan transparentes y relucientes. Los utensilios de madera, como cucharas o tablas de cortar, también requieren cuidados específicos, ya que absorben líquidos y pueden retener olores o bacterias si no se lavan y secan correctamente.
En definitiva, la higiene en la cocina empieza por algo tan sencillo como lavar bien lo que usamos a diario. No se trata solo de tener platos limpios, sino de prevenir riesgos para la salud, alargar la vida útil de nuestro menaje y disfrutar de un espacio agradable y seguro. Aquí te vamos a desvelar los errores más comunes que cometemos al lavar los platos.

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