¿Qué es exactamente un colchón hundido? Si lo has sufrido, no necesitas que te expliquemos nada más. Te metes en la cama… y ruedas una y otra vez hacia ese pozo sin fin que se ha formado justo en el lugar donde sueles dormir. Un colchón deformado presenta una hendidura visible, prácticamente la huella de tu cuerpo, que con el tiempo se ha ido marcando bajo tu peso.
Cuando dormía sola apenas lo notaba, pero desde que comparto colchón con mi pareja, hemos sido víctimas de ese problema en todos los colchones que hemos tenido. Ahora parece que se nos desploma bajo el cuerpo cada vez que intentamos levantarnos de la cama.
Un colchón hundido y deformado ha perdido su firmeza y su capacidad de soporte y, en los casos más severos, puede llegar a afectar el sueño e incluso provocar dolor de espalda. Por eso hay que ponerle remedio. Antes de lanzarte a comprar uno nuevo, hay formas de mitigar la deformidad y el hundimiento y alargar un poco más la vida del colchón. Aquí tienes 5 maneras para arreglar un colchón hundido.
¿Por qué se hunde el colchón y se deforma?
El hundimiento se debe al peso constante y repetido que soporta la superficie. Solemos dormir en la misma postura y en el mismo punto cada noche, sobre todo si compartimos la cama. Con el tiempo, el soporte en esa zona cede y deja de sujetar como al principio. Cuando esto ocurre, el cuerpo se hunde y ya no recibe el apoyo adecuado. Que un colchón ceda un poco es normal, pero esa deformidad puede llegar a un nivel incómodo.
La deformidad de un colchón es un resultado natural del uso, y no se puede evitar por completo, aunque hay colchones que duran mucho más que otros. Si es leve, la superficie apenas se nota distinta cuando no hay peso encima, pero si es significativo, el colchón se ve claramente deformado.
Una vez que un colchón se ha deformado, no hay forma de devolverle a su estado original, pero si el hundimiento es ligero y está en fases iniciales, sí hay trucos para reducir su efecto. También hay pasos que puedes seguir para prevenir que el colchón se hunda.
1. Gíralo y dale la vuelta (si es posible)
En primer lugar, si tu colchón empieza a hundirse en un punto concreto (normalmente bajo la cadera o el hombro), girarlo y darle la vuelta puede ayudar a equilibrar la distribución del peso. Eso sí, no todos los colchones están diseñados para poder usarse por ambas caras o incluso girarse, por lo que conviene comprobarlo con el fabricante. Algunos modelos tienen un relleno en capas que solo puede colocarse de una manera, con la cabeza en un extremo específico.
Si tu colchón permite darle la vuelta y usarlo por las dos caras, es muy recomendable rotar los de espuma viscoelástica cada pocos meses, una vez se hayan asentado. En cambio, un colchón de muelles convencional debería girarse y voltearse cada 3 o 4 meses. Esto conviene hacerlo tanto si notas hundimiento como si no, ya que ayuda a repartir mejor el peso por la superficie. Sigue siempre las indicaciones del fabricante para no perder la garantía, y ten en cuenta que, cuando el colchón es nuevo, debería voltearse y girarse con más frecuencia: lo ideal es hacerlo una vez a la semana.
2. Invierte en un topper o cubrecolchón
Un topper de buena calidad puede ayudar, aunque conviene dejar claro que no solucionará la deformidad de un colchón hundido. Un topper es un colchoncillo o capa que se coloca directamente sobre el colchón y que está pensada para aportar más comodidad. Si imaginas un colchón con una hendidura pronunciada, el topper se adaptará a esa hendidura. No la eliminará, pero sí puede hacer que la cama resulte más confortable si el hundimiento es leve, al crear una superficie más uniforme y añadir algo de soporte (lo que incluso podría aliviar el dolor de espalda). En definitiva, es una solución temporal si todavía no crees necesario sustituir el colchón por completo. Aquí tienes los 15 mejores cubrecolchones, colchoncillos o toppers para todos los estilos de sueño, según expertos.
Lo recomendable es optar por un topper grueso y con diseño firme, que no dé la sensación de hundirse en la misma deformidad del colchón. Por eso es mejor evitar los de plumas o plumón. Las opciones de viscoelástica o lana son mucho más adecuadas. Y, si tu topper se puede girar, recuerda hacerlo también.
3. Cambia tus hábitos de sueño
Es difícil cambiar la forma en la que dormimos, pero entender por qué tu colchón se hunde puede ayudarte a modificar tus hábitos. Como hemos mencionado antes, los hundimientos suelen aparecer bajo las caderas y los hombros. Esto ocurre porque, al dormir de lado, el cuerpo sobresale más en esos puntos y concentra ahí el peso. En cambio, si duermes boca arriba o boca abajo, el peso se distribuye mejor por una superficie mayor del colchón. Eso significa que los hundimientos son menos probables o, al menos, menos evidentes.
Sabiendo esto, piensa en cómo duermes tú. Si compartes cama, observa también la postura de tu pareja y fíjate si coincide con las zonas hundidas. Puedes intentar cambiar tus hábitos de sueño para equilibrar la presión sobre el colchón.
Por ejemplo, si compartís cama y uno duerme boca arriba y el otro de lado, cambiar de posición puede ayudar a repartir mejor el peso. O si duermes solo, simplemente cambiar la zona o el lado de la cama en la que te acuestas podría ser una solución sencilla. Si dormir de lado te está causando dolor, entrenarte poco a poco para dormir boca arriba puede beneficiar tanto a tu cuerpo como a tu colchón. Coloca estratégicamente algunas almohadas a los lados para ayudarte a lograrlo.
- El método para dormir escandinavo que revolucionará tu descanso
- ¿Sufres de insomnio? Este libro cambiará tu vida (y no es broma)
4. Mejora la base o el somier de la cama
El somier o la base de la cama pueden influir directamente en que el colchón se hunda con más facilidad. Cuanto menos apoyo proporcione, más sufrirá el colchón con el peso y la presión. Lo primero es retirar el colchón e inspeccionar visualmente la base: no debería haber signos de daño ni listones doblados o deformados. Si notas algún problema, puede que sea momento de sustituirla por una base nueva.
Tu somier debe ofrecer una superficie sólida sobre la que el colchón no tenga espacio para hundirse entre los listones. Si tienes una base de lamas de madera o metal, asegúrate de que estén distribuidas de forma uniforme (idealmente separadas por no más de 7 cm) y de que haya un soporte central, como una viga, para evitar hundimientos. Esto es especialmente importante en camas con colchones grandes. También merece la pena invertir en una base fabricada con materiales resistentes como acero, roble o metal reforzado.
Si prefieres una base más firme que aporte máximo apoyo, un canapé abatible o tipo diván (que viene en dos piezas que se ensamblan) es una buena elección. Aunque es más caro, ofrece una plataforma plana y sólida para el colchón, sin riesgo de hundimiento, y además suele incluir arcón o cajones de almacenamiento incorporados.
Recuerda que algunos colchones están diseñados para utilizarse con tipos específicos de base, lo que incluso puede afectar a la garantía. Por eso conviene revisarlo siempre antes de hacer cualquier cambio.
5. Comprueba si está en garantía el colchón
Si tu colchón se ha hundido poco después de comprarlo, merece la pena comprobar si todavía está cubierto por la garantía. Muchas marcas ofrecen garantías de hasta 10 años, y la propia base de la cama suele tener también la suya. Aquí tienes una lista con los 10 mejores colchones de 2025: los más cómodos y recomendados por un experto.
Debes leer los términos y condiciones para ver si la deformidad o los hundimientos están contemplados y en qué medida. Algunas marcas establecen un tamaño mínimo de la hendidura para que la reclamación sea válida, lo que puede variar en función de la antigüedad del colchón. Si tu colchón cumple los requisitos y dispones del comprobante de compra, la marca debería ofrecerte un reemplazo o reembolsarte el importe.
Conviene recordar que muchas marcas también ofrecen periodos de prueba del colchón, normalmente de entre 100 y 200 noches. Si notas hundimientos en esta fase inicial, lo mejor es devolver el colchón e informar del problema a la marca. Un colchón que muestra desgaste tan rápido no está diseñado para durar.
Recuerda que no deberías acostumbrarte a dormir en un colchón hundido. Si la hendidura es lo bastante marcada como para interrumpir el sueño y provocarte dolor de espalda, deberías plantearte cambiarlo cuanto antes.



















