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Vivo en una casa más pequeña que grande. Así que, cuando tuve que decorarla y amueblarla, llevé por bandera una premisa: lo que me sirviese de decoración, me tendría que servir también para añadir espacio de almacenaje y me tendría que ayudar a guardar el orden en mi casa.
Puede parecer complicado si lo imaginas, pero cuando empecé a darme una vuelta por las mejores tiendas de decoración y almacenaje, me di cuenta que hay soluciones para (casi) todo.
Así que, las cestas y cestos de almacenaje se convirtieron en mis grandes aliados. Aunque tengo las cajas de almacenaje que triunfan en Lidl, es cierto que siempre que puede intento apostar por soluciones estéticas que, además de ayudarme a tenerlo todo ordenado y en su sitio, también eleven el look de la deco de mi casa.
Es algo que me tenía obsesionada, sobre todo, en la cocina. Una de las estancias en las que más tiempo pasamos y en la que hay cosas que pueden ser susceptibles de desorden (las bolsas de la pasta y la legumbre, las botellas de aceite, el papel de cocina, las latas de conserva, los repuestos de sal y azúcar, …).
Además, yo fui muy exquisita. Tenía claro que mi cocina tendría que parecerse lo máximo posible a las cocinas funcionales que tuvieron todas las abuelas en la España de los 60 y los 70. Así que intenté darle, a través de los complementos, un aire vintage a todo lo que hay en ella. Y lo he conseguido, de verdad.
Este secreto no quiero guárdamelo solo para mí, así que estos han sido los utensilios y organizadores que me han permitido mejorar el orden de mi cocina.
Escurrecubiertos vintage pintado a mano
Es una de mis últimas compras, una de las más especiales y también una de las más prácticas. Este organizador de utensilios de cocina es súper parecido a los cazos que mi abuela tenía en los años 60: de porcelana, con bordes verdes y dibujos florales a su alrededor.
Incluye un divisor para colocar las cucharas y cucharones de madera (o de silicona), pero también sirve para escurrir los cubiertos después de fregarlos y para usar como escurreverduras porque en el fondo tiene orificios por donde escapa el agua, así que no hay malos olores.
El separador que incluye para los cubiertos es extraíble, por lo que los usos son variados.
Yo lo tengo colocado justo al lado del fregadero y queda ideal.
Juego de cuatro cestas de almacenamiento
Estas cestas son de lo más versátiles (como todas las soluciones de almacenaje que me han salvado la vida en mi cocina). Creo que no he estado en ninguna casa que no las tenga, sino en la cocina, en el dormitorio o en el cuarto de baño. Yo tengo varios packs por varias estancias de la casa, pero en la cocina quedan preciosas encima de mis baldas flotantes de madera.
En una tengo guardadas las botellas de cristal, en otra las bolsas reusables y en otra los tuppers. Queda todo súper recogido, amplían mi almacenaje y aportan un aire entre retro y vintage que me encanta.
Frutero de pared en metal y madera
Admito que mi cocina tiene el espacio tan limitado, que apenas queda juego en ningún rincón para colocar un carrito para la fruta y la verdura. Así que, mi idea fue colgar un frutero en la pared. Así, decoraría y almacenaría al mismo tiempo.
Después de mucho buscar, di con este de Amazon. Tiene bastante agarre (aunque soy consciente del peso que puedo meterle), tiene una balda en la parte superior para colocar pequeños botecitos y su estructura tiene rejilla metálica, lo que consigue que las naranjas y las verduras sean parte de la decoración. Además, incluye unos ganchos para colocar tazas u otros pequeños utensilios.
Tarros de cristal con tapa
Soy consciente de que mi abuela utilizaba los botes de las legumbres en conserva para almacenar la pasta y las legumbres secas.
Yo prefería no meter ruido visual a la cocina con botes de diferentes tamaños, formas y colores, así que he optado por hacerme con este pack de seis botes de cristal en diferentes tamaños con cierre hermético.
Incluyen pegatinas para apuntar lo que hay en cada uno de ellos.
