El otro día estaba organizando mi habitación cuando vi algo escondido en el fondo: una maleta entre mis dos cómodas. De alguna manera, sin darme cuenta, se había instalado en ese hueco, contribuyendo a un desorden que ni siquiera sabía que tenía.

Fue entonces cuando me di cuenta: me había vuelto ciega al desorden. Aunque mi apartamento está bastante organizado y ordeno con frecuencia, había dejado que esa maleta de mis últimas vacaciones (de hace semanas, debo añadir) ocupara su lugar en el suelo por mi propia pereza de deshacer la maleta. Paso horas en mi habitación todos los días, y ni una sola vez se me ocurrió guardarla en el armario con el resto de mis cosas de viaje. Sencillamente se había convertido en parte del espacio, tan natural como mi mesita de noche o mi escritorio.

Te va a ser muy útil conocer los errores más comunes de decoración que crean sensación de desorden.

La ceguera al desorden puede ser tan leve como acostumbrarse a esa maleta fuera de lugar en el suelo o tan grave como no darse cuenta de que todas las superficies de la casa están llenas de cosas. Independientemente de la gravedad del caso, puede ser difícil aceptarlo.

¿Qué es la ceguera al desorden?

"La ceguera ante el desorden ocurre cuando te acostumbras tanto al desorden en casa que dejas de notarlo. Tu cerebro se adapta al entorno y el desorden se funde con el resto en lugar de destacar como algo que requiere atención", afirma Victoria Tran de Sorted.

Cheryl Russo, de Organizing by Cheryl, aconseja pensar en una nevera llena de imanes o en un cajón desastre: cuando lo miras, no procesas bien lo que hay y facilita olvidar lo que tienes.

Cómo saber si te has vuelto ciego al desorden

Ser un ciego al desorden significa que no puedes ver tu propia desorganización. Aunque esto sin duda supone un desafío, no te preocupes. Hay formas que los expertos nos cuentan para lograr desarrollar una nueva perspectiva de tu espacio y saber si te has vuelto ciego al desorden.

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Os Tartarouchos//Getty Images

Haz una foto: "Saca una foto del espacio y míralo como si lo vieras por primera vez", dice Holly Blakey de Breathing Room. Ver tu casa desde una perspectiva diferente suele ofrecer un nuevo punto de vista. Es posible que empieces a detectar que algunos objetos no están en su lugar y no te habías dado cuenta.

Invita a un amigo: "Una buena forma de evaluarte es pedirle a un familiar, amigo o alguien que no te visite a menudo que te dé su primera impresión sincera de un espacio. Una mirada nueva y diferente puede detectar cosas que has dejado de ver hace mucho tiempo", dice Victoria Tran.

Evalúa tus emociones en casa: ¿Buscar las llaves antes de salir de casa te resulta más agotador de lo que debería? ¿Sientes una sensación de agobio en casa sin poder identificar la razón exacta? El desorden invisible podría ser la causa de tu malestar. Te contamos por qué recoger y limpiar la casa te relaja.

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Cómo combatir la ceguera ante el desorden

Lo más difícil de perder la perspectiva del desorden es darse cuenta. Una vez que lo hayas logrado, hay muchas maneras de combatir la desorganización en casa y crear nuevos hábitos de orden.

✔️ Programa sesiones de orden: "Recomendamos programar tiempo mensualmente y organizar tus objetos más personales semanalmente, hacer renovaciones en las habitaciones principales y limpiezas rápidas diarias de 10 minutos para mantener todo ordenado día tras día", dice Christie Childers de Imagine It Done. Puede que te sirva mucho el método Power Hour o cómo limpiar tu casa rápido si solo tienes una hora.

✔️ Empieza poco a poco: "Incluso los pequeños cambios marcan una gran diferencia: dedicar un poco de tiempo cada semana a ordenar zonas de mucho tránsito, como las encimeras de la cocina o los recibidores, te ayuda a anticiparte al desorden total antes de que vuelva a ser abrumador", dice Tran.

✔️ Date un capricho: "Puedes crear pequeños ritmos: programar un temporizador de 10 minutos para dedicarte a una superficie o elegir una 'base' (como la mesa de la entrada o la encimera de la cocina) para mantenerla despejada. Poco a poco, la consciencia vuelve, no a través del juicio, sino a través de la atención amorosa. Cuando vemos nuestros espacios con ojos nuevos, empezamos a sentirnos más tranquilos en ellos", dice Blakey.