El frigorífico es el electrodoméstico más común en las viviendas. Y es que desde que su uso se generalizara en nuestro país en los años 60 (la primera nevera eléctrica se creó en 1927, pero el elevado precio de este tipo de aparatos hizo que muchos hogares tardaran en acceder a él), se ha convertido en un elemento fundamental para conservar los alimentos en buen estado. Las bajas temperaturas del interior tanto de neveras como de congeladores evitan la aparición de hongos y bacterias perjudiciales para el ser humano; algo que a duras penas se conseguía con las fresqueras de antaño. Por eso, es fundamental que sepas cuál es la temperatura correcta del frigorífico para conservar mejor la comida.

Así que ya sea culpa de un temporal, de un fallo en la red eléctrica o de una avería del propio aparato, que la nevera o el congelador se queden sin luz durante un tiempo es una auténtica faena ya que se pueden echar a perder todos o parte de los alimentos que tengas guardados en ellos y no solo eso, sino que también puede provocarte una intoxicación alimentaria.

Qué hacer cuando se va la luz

Que no cunda el pánico, menos no durante las siguientes cuatro horas; y es que ese es el tiempo que la Agencia de Seguridad Alimentaria de Estados Unidos estima que, en general, los alimentos pueden mantenerse en buenas condiciones una vez se haya ido la luz; si se consumen alimentos pasado ese intervalo, se corre el riesgo de acabar con diarrea, vómitos, náuseas…

En cambio, el caso del congelador es diferente. Al tener de por sí una temperatura más baja y el hecho de que los alimentos estén congelados, hacen que el frío permanezca durante más tiempo y como resultado, la comida tarde más en deteriorarse. ¿Pero de qué margen estamos hablando? Esto dependerá en gran medida de cómo de lleno esté el congelador. Si está repleto, los alimentos pueden aguantar en perfectas condiciones hasta 48 horas; en cambio, si está medio lleno, solo se mantendrán bien 24 horas.

Cómo mantener el frío en el frigorífico

Para facilitar que los alimentos se conserven en buen estado lo ideal es preservar las bajas temperaturas dentro de la nevera durante el mayor tiempo posible. Para ello podemos colocar los alimentos lo más juntos posible ya que así el frío aguanta algo más que cuando están separados y una vez hecho eso, procurad abrir la puerta del frigorífico cuanto menos, mejor.

Es muy probable que se te pase por la cabeza la idea de meter hielo en la nevera. Te lo desaconsejamos. Conforme avance el reloj, el hielo se irá deshaciendo y convirtiéndose en agua; lo que sin una completa refrigeración supone un caldo de cultivo perfecto para que las bacterias aparezcan y se multipliquen. Lo que sí puede utilizarse son placas de frío como las que se emplean para las neveras portátiles, ya que estas enfrían pero no desprenden agua.

Bloques de hielo de congelador para neveras portátiles o cámping
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Qúe hacer cuando vuelve la luz a tu casa

Es el momento de analizar cómo ha afectado el apagón a los alimentos, sobre todo si se han sobrepasado las mencionadas cuatro horas. Si bien, antes de ponerse manos a la obra con la inspección, es recomendable dejar que transcurra un rato para que el frigorífico recupere algo de frío.

Al abrir la nevera, habrá alimentos que directamente por su aspecto o su olor denoten de forma clara que hay que tirarlos al cubo de la basura. Otros puede que a simple vista tengan una apariencia correcta, pero eso no significa necesariamente que no haya proliferado en ellos alguna bacteria y por lo tanto, no hay que fiarse. Lo suyo es evaluar cada alimento por separado y en caso de duda, tirarlo; eso sí, nunca probarlo para ver si está en buen estado.

En general, una vez pasadas cuatro horas, se aconseja tirar todos los alimentos perecederos como son la carne y fiambres, pescado, frutas y verduras cortadas, huevos, leche, mayonesa, guisos o quesos blandos.

En cambio, las frutas y verduras enteras, los quesos duros, la mantequilla, los aderezos a base de vinagre, las frutas secas… aún se pueden comer.

Respecto a los alimentos congelados, si presentan cristales de hielo o se notan todavía fríos (en concreto, deben estar a menos de 4°C), se pueden volver a congelar aunque su calidad puede verse afectada.

Después del apagón en casa reclama a tu seguro

En caso de haber tenido que desechar alimentos y de tener contratado un seguro del hogar, revísalo porque es probable que tengas derecho a una compensación económica. La mayoría de este tipo de pólizas incluyen una indemnización para reponer alimentos que se hayan echado a perder como consecuencia de un corte de luz; si bien, las condiciones varían según el caso. Lo habitual es que exijan que el apagón haya tenido una duración mínima (unas cinco horas) y que establezcan un tope en lo que se refiere a la cuantía de la indemnización.

Cómo saber si ha habido un corte de luz en casa

Cuando nos vamos de vacaciones o pasamos el fin de semana fuera, incluso mientras estmso trabajando, y dejamos la nevera enchufada y con comida dentro, es posible que a la vuelta sospechemos o tengamos la duda de si durante nuestra ausencia ha habido algún corte de electricidad que haya podido estropear los alimentos.

Un sencillo truco para poder saberlo es llenar un vaso de agua y meterlo en el congelador hasta que se congele. Entonces hay que poner una moneda encima del hielo y dejarlo así dentro del congelador durante nuestra ausencia. Si hay un corte de luz mientras estamos fuera, el hielo se deshará y la moneda se hundirá. A la vuelta, y según cuánto de hundida esté la moneda, podremos establecer si el apagón fue algo breve y no hay problema por consumir esos alimentos o si la comida llegó a descongelarse y por tanto, su ingesta podría implicar un riesgo sanitario.

Vía: Micasa ES