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Es posible que no sea algo en lo que hayas pensado hasta ahora, pero la temperatura de tu refrigerador puede marcar una gran diferencia en la duración y la calidad de su comida. Y aquí el espóiler de este artículo: la temperatura de la nevera debe estar entre 3 y 5 °C.
Cuando la temperatura sube por encima de los 5 ºC, las bacterias tienen la oportunidad de multiplicarse y la comida puede echarse a perder más rápido. Y esto no solo supone una pérdida de dinero, sino que el desperdicio de alimentos también es malo para el medio ambiente, y somos responsables de 9,5 millones de toneladas.
Así que, si no está segura/o de si tu nevera tiene la temperatura adecuada, o si no sabes cómo enfriarlo, aquí te contamos todo lo que debes saber. Porque ahora en verano es crucial que tu nevera refrigere bien para mantener en buenas condiciones los alimentos.
Consigue la temperatura adecuada
Si tu frigorífico tiene una pantalla de temperatura digital, es sencillo cambiar la temperatura a los 5 °C recomendados o menos. Pero muchos modelos tienen un dial sin numerar, lo que significa que no hay forma directa de saber si tienes una temperatura adecuada en la nevera.
Si tu nevera es de este tipo, con ruedita de temperatura y sin display digital, en Chill The Fridge Out tienen online una práctica herramienta que te permite saber la temperatura según la marca de tu nevera. Y además, brindan consejos, según la marca de tu refrigerador, que te ayudarán a configurarlo a una temperatura segura por debajo de los 5 °C.
Comprueba la temperatura de la nevera con un termómetro
Una vez que haya ajustado los controles a lo que debería ser la temperatura correcta, usa un termómetro para frigoríficos para verificar la temperatura real dentro de la nevera. Si aún no tienes uno, puede comprarte uno en Amazon, hay opciones digitales muy económicas. Esto te ayudará a ajustar con más seguridad y precisión la temperatura del refrigerador hasta que logres el resultado correcto.
La temperatura en los diferentes estantes dentro del refrigerador varía, por lo que el termómetro de la nevera dará una lectura ligeramente diferente en las diferentes zonas. Esto significa que una organización cuidadosa de los alimentos dentro de la nevera también ayudará a garantizar que no se echen a perder antes de lo debido.
Sorprendentemente, la puerta de la nevera no es necesariamente el mejor lugar para guardar la leche, ya que suele ser el punto más cálido del frigorífico. Te recomendamos que guardes en la puerta bebidas enlatadas y conservas en frascos de vidrio como mostaza o mermeladas. La leche y zumos frescos deben guardarse en la rejilla para botellas.
Hazle un favor a tu nevera
La mayoría de los frigoríficos domésticos están controlados por un termostato que enciende el sistema de refrigeración cuando la temperatura es demasiado alta y lo apaga cuando el aire dentro de la nevera se enfría al nivel adecuado. Esto significa que cuanto más tenga que trabajar tu frigorífico para mantener una temperatura segura, más energía utilizará.
La mayoría de nosotros sabemos que no debemos guardar la comida caliente directamente en la nevera, pero es posible que no hayas considerado la temperatura a la que llegan a casa los alimentos refrigerados cuando llegas del supermercado. Un estudio realizado por WRAP descubrió que la temperatura de algunos alimentos podría aumentar hasta 11°C en el viaje de la tienda a la nevera, y podría tardar hasta 15 horas para volver a alcanzar una temperatura segura.
Usa una bolsa térmica para alimentos refrigerados, en lugar de una bolsa de tela o una bolsa de plástico, cuando hagas la compra semanal.
No llenes demasiado la nevera
Tu frigorífico necesita que el aire circule por su interior para mantener una temperatura segura. Guardar los alimentos en la nevera demasiado juntos significa que el aire dentro del refrigerador no puede moverse libremente.
Si acabas de hacer una gran comprar para una fiesta y la nevera termina demasiado llena, saca las cosas que no requieren un enfriamiento constante (como el vino, la cerveza o algunas frutas y verduras) hasta que se libere más espacio.
Cierra la puerta de la nevera
Abrir la puerta del frigorífico, aunque sea rápidamente, puede elevar la temperatura en el interior del frigorífico unos pocos grados. Cuanto más tiempo permanezca abierta la puerta, más energía utilizará la nevera para intentar que la temperatura vuelva a bajar por debajo de los 5 °C. Mantén la puerta abierta el menor tiempo posible para proteger los alimentos y reducir tu factura de luz.
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