Consigue un bronceado bonito y brillante mientras cuidas y proteges la piel

El sol nos proporciona muchos beneficios: ayuda a sintetizar la vitamina D, mejora nuestro ánimo, etc, pero también produce efectos negativos en la piel si no se protege bien. A casi todos nos gusta tener una piel bronceada y radiante en verano, pero no hay que olvidarse de hacerlo de forma saludable y segura para nuestra piel. ¡Lo agradecerás!

Tanto si vas a ir a la playa como si sales a pasear por las calles de una ciudad, es necesario aplicarse un fotoprotector con factor de protección solar (FPS) adecuado a cada piel. El FPS, indicado con un número en todos los envases de los solares, dependerá del tipo de piel (cuanto más clara sea su dermis y su cabello, más alta será), pero también de otros factores, como la altitud, latitud y hora de exposición solar. Además, es importante echarse la suficiente cantidad de crema. Se recomienda aplicar 2 mg de protector por centímetro de piel, unos 30 ml en una persona adulta y en el caso de ser spray, unas 8 pulverizaciones en cada una de las partes del cuerpo: brazos, piernas, espalda, etc. Recuerda, repetir la aplicación del solar cada 2 horas.

¿Te gusta lucir una piel bronceada en verano pero te preocupa los efectos que el sol pueda causar en ella? Te contamos cómo cuidarte y con qué productos.

Presta atención a las zonas más sensibles

Hay que extremar la precaución en ciertas partes de nuestro cuerpo donde la piel es más fina como los labios, las orejas o las manos.

Al aplicarte tu solar en la cara, no te olvides de las orejas, una de las zonas que más duele al quemarse. Protégete también el cuello y la nuca, usa un producto específico para el contorno de ojos y bálsamos labiales con filtros solares. Otras zonas también muy delicadas y frecuentemente olvidadas son la cara superior de las manos y los pies, especialmente la zona del empeine.

Aplica tu loción de forma generosa: un adulto necesita unos 35 g y espera entre 20 y 30 minutos antes de ponerte a tomar el sol.

• Protege bien tus ojos de los rayos ultravioletas. Su exposición prolongada se ha relacionado con problemas como la queratitis, conjuntivitis e incluso las cataratas. Por ello es necesario usar gafas de sol homologadas con los filtros de absorción más adecuados a nuestra actividad exterior.
• Usa protectores para el cabello: Usa protectores capilares para que no se te queme el cuero cabelludo. Los sombreros y gorras son el accesorio perfecto para el verano, ya que actúan como un escudo frente a las radiaciones.
  
• Para un bronceado uniforme, exfolia la piel. Aplica siempre protección solar y, tras la ducha, un bálsamo.
  

Los rayos ultravioletas son los causantes de manchas en la piel, envejecimiento prematuro y enfermedades como el cáncer de piel. Por lo que el uso de protectores solares es de obligado cumplimiento.

Cómo tratar las quemaduras por el sol

El exceso de sol afecta a nuestra piel. Acelera el proceso natural del envejecimiento, aparecen manchas, pecas, cambios en la pigmentación, pérdida de luminosidad, descamación, etc. Si ya se ha producido la quemadura, aplica geles calmantes varias veces al día y bebe líquidos en abundancia.