Cambia el color de tu casa: Azul, verde y amarillo

Del amarillo soft al mostaza tostado, sus matices se multiplican. Utilízalos siempre que quieras iluminar, ampliar visualmente y dinamizar cualquier espacio.

La clave está en hacerlo en pequeñas dosis, en un jarrón sobre la mesa de comedor, unos cojines en el sofá, en la pantalla de una lámpara, un estor, unas flores...

ESTIMULA
Si quieres sonreír nada más entrar en casa, pon un toque de amarillo en ella y tu estado de ánimo será otro. Empléalo para revitalizar ese fondo neutro, total white, que impera en los ambientes. ¿Cómo? En el salón, renueva la tapicería del sofá o pinta una silla de amarillo. En las habitaciones infantiles, opta por muebles en tonos pastel. Y en tu dormitorio, coloca un plaid a los pies de la cama.

¿Y en la cocina o el baño? También. Sitúa unos taburetes en la barra de desayunos o un juego de toallas amarillo limón ¡y verás cómo lucen!

REALIZACIÓN: ALAINA BINKS. AYUDANTES: BEN KENDRICK Y CHARLOTTE MURRAY.

El mostaza ha sido uno de los colores top de la temporada, y todo apunta a que va a prolongar su reinado durante la primavera. Optimista como pocos, atrévete a perderle el miedo y combínalo con blanco, gris, morado y granate, tu deco quedará perfecta.

REALIZACIÓN: AMY NEASON.

Celeste, lavanda, cobalto, turquesa… Cada una de las tonalidades del color azul proyecta un halo infinito de frescura. Si los empleas en textiles, alfombras, cortinas o cojines, darás profundidad a las estancias; y si lo utilizas en el menaje, llevarás a la mesa un toque natural, divertido y espontáneo.

REFRESCA
A pesar de su aparente frialdad, el color azul transmite fuerza y sosiego. Si quieres dar una bienvenida en son de paz a tu casa, pinta el recibidor en un delicado azul claro.

Apunta los espacios donde siempre triunfa el azul: en los dormitorios, por esa sensación de tranquilidad que lleva implícito; en las zonas de trabajo, ya que invita a la concentración; y en el baño, por su conexión con el agua.

Antes de decidirte por un tono, piensa en el efecto que quieres causar. Y opta por pasteles para una deco vintage; decapados para ambientes rústicos y oscuros si buscas más sofisticación.

REALIZACIÓN: ALAINA BINKS.

Serenidad, calma, relax… Nada como el azul para evadirte del estrés y llevarte al ansiado relax. Si quieres que forme parte de tu casa, combínalo con blanco, su eterno compañero, para una decoración navy perfecta. Aunque también le gusta coquetear con la gama de los tierra y los grises. Utilízalo en textura lisa o, si prefieres ir a lo seguro, los estampados de rayas o flores son infalibles.

Verde que te quiero verde: musgo, helecho, menta, pistacho… El color de la naturaleza transmite buenas vibraciones y te transporta a un campo florido en un periquete. Mantiene magníficas relaciones con el gris, el naranja, los tonos tierra y los morados. Su carácter sencillo y sedante escala posiciones si le añades toques dorados. Es entonces cuando su gama roza la sofisticación.

¿Una sugerencia? Pinta puertas y ventanas de color verde y sentirás que das un paseo por el bosque.

RELAJA
Si quieres darle a tu casa un estilo country chic, el verde es tu gran aliado. Será por esa conexión con lo eco.

Una de las piezas donde mejor queda este color es en el sofá. Elige un tapizado verde y rodéalo de muebles y accesorios de madera para lograr armonía.

Las láminas con motivos naturales pueden ser un buen comienzo para introducir tímidamente este tono en algunos rincones de tu casa: en el salón, el dormitorio ¡e incluso en el baño! Enriquece los ambientes con plantas, naturales o artificiales, pero siempre verdes, que aporten serenidad y frescura al entorno.

REALIZACIÓN: BEN KENDRICK.

Su inmensa versatilidad hace que el color verde quede bien en cualquier estancia. Emplea sus tonos claros en paredes para dar un toque fresh. Su versión menta resulta ideal para lograr una atmósfera vintage, y si lo eliges tirando a grisáceo, aportará un plus de elegancia.

REALIZACIÓN: ALAINA BINKS. AYUDANTES: BEN KENDRICK Y CHARLOTTE MURRAY.