Una cómoda, cinco soluciones

Escoge muebles de madera oscura con cestos de fibra en lugar de los típicos cajones. Cómoda de teca y cajones de roten (en El Guardabosques). Mide 1,02 x 0,36 x 0,93 m.

Para tener a mano el servicio de mesa. También te resultará muy útil como superficie de apoyo extra. Si los cajones son profundos, organízalos con cestas más pequeñas, especialmente los que reserves para almacenar los cubiertos. Escoge un diseño cuyo acabado no desentone con el resto del mobiliario.

Basta con que forres el sobre con un muletón y una funda de tela a medida. Es importante que la altura del mueble que elijas te permita trabajar cómodamente. En sus cajones podrás almacenar el agua perfumada, el quitamanchas, el apresto, la ropa limpia en espera de plancha, etc.

Antes de decidirte por uno, ten en cuenta sus medidas, ya que, si no están en proporción con las dimensiones del recibidor, entorpecerá el paso y resultará incómodo. Por eso, si este último es pequeño, conviene que la cómoda no sea muy alta y que su fondo tenga unos 35 cm.

Sustituye una de las mesillas por una cómoda. Además, si completas el ambiente con un espejo, ganarás un rincón de tocador. Espejo, lámpara y maniquí, en Kiveka.

Éstas, además de ser muy decorativas, permiten que productos que se almacenan en ellas estén perfectamente aireados. Esto es especialmente importante en el baño, una estancia donde se acumula gran cantidad de vapor de agua y humedad. Complementos, de Kiveka.

En la que puedas guardar juntos todos los elementos necesarios para esta labor, y que puedas colocar en cualquier rincón cuando no la utilices. Al planchar, sitúala bajo una ventana. Cajonera de forja y mimbre (en Conforama).

Quedará mejor en un rincón del dormitorio; como mesilla no resultará práctico. Si las maderas tropicales se salen de tu presupuesto, existen otras más económicas, como la de pino, que simulan su acabado. Chiffonier (en Conforama) mide 0,80 x 0,38 x 1,30 m.