Inspírate en estos preciosos huevos de Pascua para decorar tu casa

Transferir dibujos impresos en seda a huevos es divertido. Humedece trozos de tela y envuelve con ellos cada huevo. Mételos en una olla y cúbrelos con agua, añade 4 cucharaditas de vinagre blanco y cuécelos. Baja el fuego y mantenlos durante 40 minutos. Déjalos enfriar, desenvuelve la tela y ¡descubre el atractivo dibujo!

Aquí los huevos ceden protagonismo a la huevera, decorada para la ocasión con una guirnalda de mariposas y plumas de faisán como preludio de la estación. Huevera de metal (10,15 €/juego de 2), de Ib Laursen.

Reutiliza las hueveras de cartón para convertirlas en animales, flores o como humildes depositarias de huevos decorados con estilo. Como éstos, de madera y pintados con franjas, banderines, cruces o topos jugando al contraste bicolor. Deposita cada uno en su hueco sobre un lecho de plumas de boa. Les dará un aire distinguido. Huevos Bunny (desde 0,60 €, según tamaño), de Affari.

Recicla una cesta de mimbre forrándola con musgo que encontrarás en floristerías. Rellena su interior con huevos pintados o al natural y decóralos con siluetas de cartulina en forma de flores, conejos o lunares. También puedes enrollar los huevos con un poco de cordel.

Realiza dos agujeros en cada extremo de los huevos para extraerles la yema (te ayudará soplar por uno de los orificios), aplica cola en las cáscaras y pega trocitos de papel de seda en diferentes colores hasta cubrirlas por completo. Coloca los huevos en una cesta.

Decora tus huevos de Pascua con papeles estampados: pínchalos con un palillo para sacar la yema y la clara, enjuágalos y déjalos secar. Recorta los dibujos impresos en las láminas de découpage y pégalos a la cáscara con cuidado. Coloca tus huevos decorados en pequeñas macetas de terracota sobre un lecho de rafia.

Cuece los huevos y déjalos enfriar. Con un pincel fino, pinta diferentes motivos sobre las cáscaras (rayas, topos, ondas...). Elige un mismo color de pintura pero en diferentes tonalidades, como este amarillo que va del pastel al chillón. En una huevera lucirán así de bonitos.

Crear tu particular mini granja será muy fácil: pinta con acuarela los huevos previamente cocidos de distintos colores. Mientras se secan, recorta papeles estampados en forma de cresta, alas, picos, orejas de conejo, bigotes... y pégalos en las cáscaras. Haz cubiletes de papel a modo de soporte y sitúa cada huevo sobre ellos. Coloca los pollitos y conejos en una bandeja forrada.

Hazte con unos huevos de madera para zurcir, que encontrarás en mercerías, píntalos y decóralos
esta vez con iniciales que habrás recortado previamente en cartulina o realizado con pasta Fimo y moldes de letras. Pégalas sobre la cáscara y ¡quedarán así de chulas!

De gallina, perdiz, codorniz... Consigue huevos de diferentes tipos, píntalos con las témperas de tus hijos y, con un pincel, haz pequeñas salpicaduras en la cáscara a modo de manchas. Introdúcelos en una huevera de metal y adorna ésta con flores de papel y cintas de colores. Utilízala como original centro de mesa.

Si se te da bien la costura, te encantará esta manualidad para decorar tu casa o para regalar. Solo necesitas tela de scrap, fieltro, hilo y aguja. Luego, rellena la gallina con huevos pintados, caramelos o dulces. La idea es de Eva Monleón, de Misako Mimoko. Consulta el tutorial en www.handmadecharlotte.com/author/eva

Pinta y decora con troqueles unos huevos de corcho blanco. Pínchalos en brochetas y colócalos en una maceta rellena de esponja para plantas, bien ordenados: abajo los pequeños y arriba, los más grandes. Decora la maceta con cinta de raso y un lazo, y deposítala en un porta-tartas adornado con velas en forma de conejo. La genial idea es de Ana, de www.celebraconana.com