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"Una de las cosas que más me entusiasma del papel pintado es cómo evoluciona sin perder su alma", así de apasionado se muestra el interiorista Alberto Torres con este elemento decorativo que puede llegar a ser transgresor, según se aprecia en estos 30 diseños de papeles pintados para renovar las paredes de la casa .
El decorador de interiores avanza que una de las tendencias en 2026 se decanta por la "naturaleza reinterpretada digitalmente. Ya no hablamos solo de hojas o flores, sino de líquenes ampliados, celulosa en escáner 3D o ramas que parecen renderizadas por una Inteligencia Artificial. Es muy poético".
Alberto Torres lo ha aplicado en alguno de sus trabajos, incluso "me recuerda un proyecto en el que un cliente me pidió que 'su salón respirara bosque, pero no oliera a cabaña'. Usé un mural que representa un follaje suspendido casi en suspensión líquida, como flotando en una niebla blanca. Lo instalamos sobre un soporte vinílico técnico en una pared de 5 metros y, con la luz natural, parecía que las ramas se movían. Lo transformó".
Como experto en decorar casas con papel pintado, ¿nos avanza alguna micro tendencia más que veremos la próxima temporada?
En 2026, veo otras dos líneas claras. Por un lado, las texturas monocromáticas con carácter. Papeles que no gritan, pero tienen presencia. Linos prensados, yeso desgastado, cerámica quebrada... los tocas y parece que el muro cuenta una historia. Son geniales para dormitorios o pasillos que necesitan calidez sin saturación.
Y, por otro lado, los papeles arquitectónicos, que simulan estructuras, paneles japoneses, pliegues textiles o celosías. Los estoy usando mucho en puertas, biombos y techos. De hecho, en una buhardilla que reformé este año, forré el techo inclinado con un papel que parecía caña entretejida. Nadie lo esperaba ahí y quedó espectacular.
¿Qué criterios usa en cada estancia de la casa para elegir entre diferentes patrones?
Siempre parto de una pregunta: ¿qué tipo de energía necesita esta habitación? En el salón, si hay buena luz, puedo atreverme con patrones envolventes. Me gusta que el papel aporte conversación, pero sin robar la escena, como en este piso de 40 m2 en Madrid, que he decorado con papeles pintados.
En el comedor uso el papel como escenografía. Por ejemplo, en una estancia larga y estrecha, un mural vegetal diluido en tonos ámbar puede hacer que la estancia parezca más ancha. En la cocina, soy prudente y solo uso vinílicos o papeles técnicos. Y en zonas muy concretas: frentes de isla, columnas, o incluso dentro de vitrinas. En pasillos y recibidores, me gusta jugar. Un papel bien elegido convierte un pasillo sin personalidad en toda una experiencia. A veces, un simple patrón de rayas verticales cambia toda la percepción del espacio.
En el dormitorio principal, el papel es piel emocional. Prefiero usarlo detrás del cabecero o incluso en el techo. Un techo abuhardillado con un mural de cielo anocheciendo puede conseguir que el cliente incluso duerma mejor. En habitaciones infantiles, busco papeles que crezcan con el niño porque no me gusta infantilizar el espacio en exceso. Prefiero patrones didácticos o de naturaleza abstracta, con tintas no tóxicas. Y en el baño, si es zona seca o protegida por cristal, sí uso papel. Los nuevos papeles con base de fibra de vidrio son muy fiables. Y visualmente, pueden transformar un baño pequeño en un spa.
En una habitación abuhardillada o una esquina, ¿qué diseño elegiría?
En esos espacios irregulares, hay que trabajar con respeto y nunca uso motivos grandes o muy gráficos porque se cortan mal y generan tensión visual. Prefiero patrones all-over sin jerarquía o texturas continuas que acompañen la geometría.
¿Cuál es el mejor acabado para evitar los brillos molestos en el papel?
Depende muchísimo de la luz y del uso del espacio. Los acabados mate los elijo cuando hay mucha luz natural o cuando quiero un fondo tranquilo. No refleja, es noble. Ideal en dormitorios.
Los satinados son el comodín. Tiene presencia sin ser brillante. Me gusta para salones o zonas de paso. Los acabados nacarados los uso con luz rasante, como en pasillos estrechos o recibidores porque reflejan sutilmente y aportan profundidad. Y los metalizados los uso solo como acento en hornacinas, biombos o fondos de vitrinas. Y siempre cuidando que no quede frente a ventanas o luz directa.
¿Cómo se integra el papel pintado con el uso de otros materiales o los elementos estructurales de la casa?
Siempre busco jerarquía visual. Si el papel es fuerte, todo lo demás debe acompañar en silencio. Si es neutro, puedo permitir más libertad cromática en textiles o madera. Me gusta trabajar con la regla del 60-30-10: 60% para el tono base (pintura o fondo del papel), 30% para dar contraste o en un material secundario (maderas, textiles) y 10% para poner el acento (cojines, arte, objetos). Así lo utilicé en este proyecto en una casa de Málaga decorada con papeles pintados.
Las molduras me encantan para enmarcar el papel, sobre todo si el patrón es rico. En un salón de un proyecto señorial, panelamos con molduras clásicas en formato de cuadrados y dentro de cada uno pusimos un papel diferente de la misma paleta. Fue como una galería textil.
Más información: Estudio de Interiorismo Alberto Torres.
Belinda Guerrero es redactora digital especializada en decoración, arquitectura e interiores en Nuevo Estilo, aunque también escribe contenidos sobre jardinería, bienestar o mascotas. Le interesa la economía circular y la ecología, pero también las tendencias del interiorismo y encontrar trucazos para ahorrar tiempo o energía y conseguir vivir todos mejor en un entorno más sostenible. En la web de Nuevo Estilo también hace guiños al star system cuando bucea en las casas de los famosos españoles y de las celebrities con más seguidores en redes sociales. Belinda tiene una larga experiencia como periodista y también ha sido diseñadora gráfica, así que puede decir que ha ejercido en casi todos los frentes de la prensa, desde agencias de noticias hasta diarios y revistas, donde ha tenido la suerte de participar en el lanzamiento de grandes proyectos brillantes en los grupos de comunicación más importantes de España. También ha trabajado en producciones de moda, organización de eventos y en el departamento Boutique Creativa de Hearst, donde se creaban productos branded content y coordinaba equipos para diseñar revistas de empresa y fidelización para El Corte Inglés, Repsol o Renfe. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid para dedicarse a la profesión más bonita del mundo y ha tenido la suerte de seguir en esta maravillosa brega capaz de saciar su curiosidad infinita sobre cualquier tema. Ha escrito artículos de decoración, cine, belleza, motor, consumo, salud, economía, cultura, moda, gastronomía o medio ambiente; en realidad, sobre cualquier ámbito, incluida una de sus grandes pasiones: los viajes. Como redactora de la revista DeViajes, tuvo la suerte de pasear por todo el mundo durante una década y recibir el Premio de Prensa Escrita de Turismo de Flandes.