el hogar del cambio de ikea

La buena convivencia no es casual. Lograr una relación positiva con la familia con la que compartes el entorno íntimo y un contacto diario supone, en ocasiones, un reto difícil de afrontar.

Cada espacio, cada miembro de la familia tiene sus propias necesidades y exige tanto libertades como pequeñas obligaciones. Una organización eficiente es la mejor garantía para lograr paz y amor de forma cotidiana. Pon en práctica las claves que IKEA propone en su proyecto El hogar del cambio y comprobarás hasta qué punto, a través de sencillas pautas, tu vida y la de tu familia pueden mejorar.

Orden y concierto

el hogar del cambio de ikea
Cortesía de IKEA

Un entorno ordenado conduce a una mente ordenada. A veces puede ser incluso lo contrario, pero lo que está claro es que el desorden tiene una implicación física y psicológica sobre nosotros, que a veces no somos capaces de percibir de forma consciente.

Un famoso estudio de los investigadores Darby E. Saxbe y Rena Repetti analizó los niveles de estrés en distintos hogares, conectándolos con la liberación de cortisol que provocaban en quienes allí vivían. Concluyó la gran influencia que existe entre cómo sea tu tiempo en casa y cómo sois tú y tu vida.

Incluso yendo algo más allá, sus colegas de la Comunidad de Psicología publicaron un impactante estudio sobre cómo influye psicológicamente sobre las personas sin hogar el hecho de comenzar a disfrutar de uno. Todos los ámbitos de la vida se vieron fuertemente afectados, pero curiosamente el principal fue la creación de un entorno de paz y relajación que condujo a una mayor facilidad para la consecución de objetivos.

Mantén cada cosa en su sitio con la ayuda de armarios, cajas, cestos o baldas, separa ambientes y momentos con la ayuda de cortinas o sábanas recicladas y disfruta más de la vida dentro y fuera del hogar.

Tareas asignadas

El trabajo, a partes iguales. Aunque el paso del tiempo es amigo del progreso doméstico en lo que se refiere al reparto de tareas, es muy difícil alcanzar el equilibrio. Un estudio reciente de la Comunidad de Madrid basado en más de 500 entrevistas analiza en detalle esta evolución, que mejora y alcanza ya una implicación femenina del 96,4% en las tareas domésticas, frente a una masculina del 84,3%.

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Cortesía de IKEA

En pareja o con compañeros de piso también es imprescindible acotar las funciones y repartir el peso. Hacerlo mejor no significa tener que hacer más. Hay que aprender, compartir, incluso disfrutar de participar en lo que haga falta para mantener la casa y la vida dentro. No se ayuda: se coopera.

Todos somos responsables de que la balanza entre el tiempo libre y el que se dedica al nido familiar se mantenga en niveles justos para todos los que conviven.

Organizar los cables para que no supongan un incordio a la hora de hacer la casa, mantener los productos químicos y las medicinas fuera del alcance de los niños o almacenar los objetos en contenedores duraderos y fáciles de limpiar, ayudarán a que las tareas domésticas sean más fáciles y seguras para todos.

Juntos, pero no revueltos

Convivir es compartir tiempos y espacios, y crecer es aprender a manejarlos. Contar con un espacio privado desde el que interactuar con el resto de las personas es imprescindible para desarrollarnos como adultos, para ubicarnos y encontrar nuestro sitio en la familia y también en la sociedad.

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Cortesía de IKEA

Un estudio de la Universidad de La Rioja incide precisamente en esta consideración del espacio como hecho social, y en su influencia sobre los jóvenes marginados, que no disponen, en sus pequeñas casas llenas de familiares, del sitio suficiente para poseer su propio espacio doméstico individual. Estos grupos marginados trasladan su hogar a la calle o a la escuela, sumiéndose en la confusión.

Comer o cenar juntos ayuda a encontrar ese momento para compartir lo que ha ocurrido o va a ocurrir en el día. De hecho, hay estudios que identifican esta práctica con una reducción de los niveles de estrés. La doctora Anne Fishel, que imparte su doctrina psiquiátrica en la Universidad de Harvard, ha puesto en marcha el proyecto The Family Dinner para convertir estas cenas en una herramienta terapéutica.

Compartir mesa une a pequeños y mayores y ayuda a crear un buen clima en casa. Es importante caber todos, participar activamente en colocarla, decorarla, limpiarla y claro que sí, satisfacer el apetito.

Conexiones y desconexiones

Ya en 2021 el 96% de los hogares españoles tenía conexión a Internet, según el Instituto Nacional de Estadística.

Disponer de internet supone una ventaja, tanto en lo que respecta al acceso a una nueva dimensión laboral, como formativa, de entretenimiento o comunicación. Eso sí, separarse de lo digital en el momento oportuno es también un privilegio, y un derecho reconocido por el Parlamento Europeo. En casa, debería garantizarse que también se dedica un tiempo a la intimidad de la familia.

el hogar del cambio de ikea

Dejar a un lado el smartphone, la tablet, el ordenador y la televisión supone centrar la atención en nosotros y en los que nos rodean. Disfrutamos de internet pero sabemos parar sin caer en la adicción. Según la Xunta de Galicia, hace cinco años 900.000 personas en España ya se sentían incapaces de controlar su uso compulsivo de la red.

Es bueno para nuestra creatividad y también para conocernos un poco más a diario, hablar, compartir y crear momentos juntos que poder recordar con alegría. Marcarse un tiempo límite, cada día, del uso de internet es un buen truco que ayuda a niños y mayores a hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías.

¿Estudias o trabajas?

El trabajo y la formación a distancia cada vez ganan más protagonismo, pero hay que saber ubicarlos y acotarlos para que no se entrometan en la vida familiar. También, en la medida de lo posible, separarlos físicamente en casa.

Estudiar y trabajar en remoto suponen trasladar una actividad exterior a la vida doméstica y hay que trazar una línea que las delimite muy bien, aunque ocurran en el mismo espacio. Es imprescindible trabajar por la conciliación: tanto, que hasta el Ministerio de Hacienda ha creado su propia guía con la que orientarnos.

Es importante respetar los horarios de cada actividad, marcar bien cuándo se empieza y cuándo se termina. No se come frente al ordenador ni se trabaja viendo una película. Confundir todo puede pasarte factura por duplicado, alterando la vida en casa y bajando tu productividad fuera. Un estudio desarrollado por la Universidad de Montevideo acusa precisamente a esta desdibujada línea entre el descanso, el empleo y el ocio de causar estrés crónico y fatiga, y especialmente a las mujeres.

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