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Un alojamiento en una situación privilegiada, sobre una roca a 23 metros del mar, y desde el que sentir la historia marinera de Asturias y la fuerza del Cantábrico. Así es el Faro de Cudillero, un pequeño hotel con solo dos habitaciones ubicado en esta construcción de más de 165 años que invita a que experimentemos algo parecido a lo que vivían los antiguos fareros (aunque con todas las comodidades). “Creo que los faros son mucho más que un lugar donde hacerte fotos bonitas: son espacios en los que puedes sentir una gran energía porque han significado muchas cosas para las personas durante toda la historia”, resalta Tim Wittenbecher, fundador junto a su socio Marc Nagel de Floatel, compañía especializada en reformar y convertir faros en hoteles que cuenta también con hoteles-faro en Ischia (Italia) y Punta Cumplida (La Palma).
La reforma de esta construcción, que estuvo a cargo de su socio, diseñador industrial, duró seis años y mantuvo ante todo el carácter icónico del edificio. Cuenta con dos suites, Farero Suite y Pixueta Suite, ambas con terrazas con vistas al mar y al puerto, cocina completamente equipada, bañera de hidromasaje y chimenea. En su interiorismo se ha conservado el aire sencillo y práctico del faro, antigua casa del farero y su familia, dotándolo de cierta imagen industrial y estilo marítimo. “Lo adaptamos a la cultura local. Pero la línea es la misma, una mezcla entre su uso histórico y la necesidad moderna de estar totalmente relajados”, señala. Aunque cada mañana el ama de llaves lleva a las suites una cesta con todo lo necesario para disfrutar del desayuno frente al mar, aquí lo más importante es dejarse llevar por la naturaleza y las vistas.
Un espacio completamente independiente del tiempo y la temporada que se puede disfrutar con lluvia y un vino en la mano, viendo el poder del mar en los meses de enero o febrero, pero también es ideal en verano. “Nuestros faros son lugares mágicos. No necesitan mucha decoración ya que son espacios donde menos es más. El huésped encuentra todo lo necesario para disfrutar de una estancia maravillosa en un lugar único”, afirma Tim Wittenbecher. Por cierto, su próxima apertura será un faro en Ribadesella (Asturias) y ya tiene el ojo puesto en el País Vasco o Galicia. “Es algo especial, sostenible y ayudamos a salvar estas infraestructuras que ya no hacen falta para la navegación”, concluye.
"Los faros son mucho más que un lugar donde hacer fotos bonitas: son espacios en los que puedes sentir una gran energía".
Farero Suite
En la Farero Suite destacan materiales como la madera y el metal y se ha apostado por líneas sencillas. "Hemos tratado de crear un entorno cálido, minimalista y moderno para los huéspedes", cuenta Tim Wittenbecher de Floatel.
En la Farero Suite, puede verse cómo en su interiorismo se mezclan elementos sencillos y de aire industrial con otros vintage procedentes de la zona, como la mesa de comedor.
Pixueta Suite
La Pixueta Suite cuenta también con jacuzzi, zona de office y chimenea para las épocas frías. "Queríamos que las habitaciones fueran algo puro porque la gente va a descansar: tiene que haber un jacuzzi, buenos materiales… pero no hay demasiados elementos para que no sea algo muy invasivo”, explica Wittenbecher.
"Es un lugar mágico. El huésped encuentra todo lo necesario para disfrutar de una estancia maravillosa en un espacio único".
Si quieres pasar unas vacaciones diferentes, aquí tienes otros faros por el mundo en los que puedes alojarte.
www.rusticae.es / www.floatel.de
Eduardo Infante es periodista especializado en estilo de vida, concretamente en temas de diseño, interiorismo, arquitectura, artesanía y decoración.
Desde hace casi una década ha centrado su carrera en seleccionar y escribir sobre las novedades más interesantes en estos campos: desde la reforma de una vivienda a la inauguración de un nuevo hotel, pasando por la última colección de muebles outdoor o el lanzamiento de un libro especializado.
Licenciado en Periodismo en la Universidad del País Vasco, antes de formar parte del equipo de Elle Decor España ha trabajado como redactor en AD España, la revista Tentaciones o la agencia Europa Press. Como colaborador, su firma ha sido habitual en medios como El País, Arquitectura y Diseño, Vanity Fair o El Confidencial.
Además de su trabajo como periodista, Eduardo Infante ha trabajado como consultor de comunicación y content curator para estudios de interiorismo y arquitectura y como copy creativo para marcas del sector. También ha impartido clases en varios cursos dirigidos a profesionales del interiorismo y es profesor de la asignatura de Comunicación de Proyecto en el Máster de Interiorismo de IED Madrid.
En sus ratos libres, se declara fan fatal de Los Simpson, los podcasts de true crime, la música Italo Disco y el vermut.