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Francia está llena de lugares preciosos. Desde París hasta la Provenza, alberga algunos de los mejores lugares de vacaciones de Europa. Y si ya has visitado el país vecino más de una vez en tu vida, es posible que estés buscando un nuevo lugar para explorar, y hemos descubierto el destino perfecto. Carcassonne es una ciudad en la cima de una colina en la región de Occitania, en el suroeste de Francia, en la margen derecha del río Aude, y es sencillamente mágica. Su mayor atractivo es un castillo de cuento de hadas, que forma parte de la magnífica ciudad medieval fortificada y que, según se dice, inspiró las románticas torretas de La bella durmiente de Disney después de que Walt la visitara en 1957.
Más recientemente, la autora Kate Mosse se inspiró en este escenario ideal para la fotografía y ambientó su exitoso libro Laberinto en Carcassonne y sus alrededores, tras enamorarse de la ciudad medieval en cuanto la vio. Si esa es razón suficiente para tentarte a visitar este encantador lugar, sigue leyendo para descubrir más para tu próxima escapada.
Qué ver en Carcassonne
El primer lugar al que se dirige la mayoría de la gente en Carcassonne es su ciudad medieval fortificada, en lo alto de una colina en un sitio que ha estado habitado por varias fortificaciones desde tiempos prerromanos. Desde las enormes defensas hasta las calles laberínticas y la bella catedral gótica, hay mucho para explorar en este intrigante lugar, y una de las mejores partes es que todos los barrios de Carcassonne son fácilmente accesibles a pie o en bicicleta.
Más que una reliquia histórica, la ciudad medieval de Carcassonne es un monumento vivo, repleto de tiendas, restaurantes y hoteles. Para sumergirse por completo en este espectáculo atemporal, así como en la escena cultural y artística de clase mundial, no te pierda nuestro recorrido.
Además del casco antiguo, otra visita obligada en cualquier viaje a Carcassonne es la Bastide Saint-Louis, que se encuentra a solo 10 minutos a pie de las famosas murallas medievales. Construida en 1260, la Bastide Saint-Louis no es precisamente una zona "nueva", pero tiene un dinamismo y una vitalidad que la convierten en un lugar ideal para explorar; además, las vistas del castillo de Carcassonne son inmejorables desde aquí. Un mercado al aire libre llena de sonido y aroma las bonitas calles y plazas algunos días a la semana, mientras que la catedral de Saint Michel ofrece un valor histórico para los amantes de la cultura.
Hoteles en Carcassonne, Francia:
Gastronomía en Carcassonne
Otro punto destacado de unas vacaciones en Carcassonne será la comida y las bebidas típicas. Ubicada en una región famosa por su vino y sus ricos y abundantes platos franceses, esta encantadora ciudad siempre va a ser un éxito entre los gourmets. Estarán desesperados por probar un cassoulet, uno de los platos típicos de Carcassonne, en los numerosos y amigables restaurantes de barrio que bordean las encantadoras calles, o comprar trufas recolectadas localmente en los numerosos mercados y tiendas.
En cuanto a las opciones más sofisticadas, en Carcassonne no faltan restaurantes excepcionales y elegantes. En particular, está La Table de Franck Putelat, con dos estrellas Michelin, donde el chef crea versiones refinadas de la tradición utilizando productos de su huerto. Entre sus platos más famosos destacan el parmentier con higos marinos, el cassoulet con suprema de pichón y salchicha de pata de pichón, y la bullabesa con foie gras de pato, por lo que podemos decir con seguridad que disfrutarás de una comida inolvidable si consigue una mesa.
Otro de los restaurantes destacados de la gastronomía en Carcassonne que se menciona en la guía Michelin es La Barbacane, parada imprescindible en nuestro recorrido gourmet por la zona. Ubicado en el corazón histórico de la ciudad, este codiciado restaurante se encuentra en el Hôtel de la Cité, una joya de la arquitectura neogótica construido en 1909. Todo lo que se cocina aquí defiende el abundante terroir de la región, desde la caza y las setas en otoño hasta el pescado y el marisco mediterráneos en los meses más cálidos.
Actividades en torno a Carcassonne
Los amantes de la buena comida que quieran disfrutar de lo mejor de la región pueden combinar el viaje a Carcassonne, con visitas a Toulouse, Burdeos y Dordoña. Podrán disfrutar de todo, desde la búsqueda de trufas en Sarlat hasta la degustación de ostras frescas de Archachon, pasando por la degustación de quesos locales cremosos y la degustación de deliciosos vinos locales.
Aquellos que quieran pasar más tiempo en Carcassonne explorando la fascinante arquitectura medieval, pueden hacer un crucero por el Canal du Midi y quizás participar también de una cata de vinos en Aviñón, Provenza o en el mismo Carcassonne (¿quién dice que no se puede tener todo?).
O puedes combinar la ciudad medieval de Carcassonne con otros castillos de cuento y las delicias de la Dordoña.
Este castillo del siglo XV está en un parque de 160 hectáreas lleno de árboles con piscina exterior, en la campiña de Dordoña, a 5 minutos en coche de Brantôme.
Las luminosas habitaciones gozan de vistas al montañoso campo y se han decorado de forma individual con muebles de época. Todas tienen baño privado con secador de pelo y artículos de aseo. Algunas disponen de cama con dosel y de chimenea original.
El Château de la Cote cuenta con zona grande de césped, jardín de rosas y numerosos parterres. El hotel alberga un jardín, una terraza junto a la piscina y una sala de juegos.
El restaurante ofrece cocina tradicional y gourmet francesa para el almuerzo y la cena en el restaurante. El cocinero utiliza productos frescos locales de temporada para preparar la comida, que se sirve en el comedor con paneles de madera o en la terraza que da al jardín.
En los alrededores se puede montar en globo o a caballo, hacer ciclismo o jugar al ping pong, al bádminton y al voleibol. También se puede hacer escalada de árboles y explorar numerosos yacimientos prehistóricos.
