Un dormitorio de verano decorado en blanco, azul y amarillo
El verano se cuela en este dormitorio, a través de colores fríos que ponen fondo a un espacio muy estimulante. Los chispazos cromáticos cálidos crean un contraste súper alegre.

Azul y blanco: ¡qué refrescantes! Un cielo celeste con nubecillas blancas, un mar turquesa en calma, la luz que lo inunda todo... ¿Hay una imagen más veraniega, más relajante y fresca? ¿Cómo no utilizar esos colores en un espacio reservado al descanso? En el dormitorio quedan fantásticos, mucho más si es el de una casa en la playa. El color azul en sus tonos claros y oscuros queda reforzado por un blanco luminoso que lo intensifica, y que pinta paredes y muebles auxiliares.


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