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El sueño, que ocupa aproximadamente un tercio de la vida de cada uno de nosotros, es crucial, ya que garantiza que estemos mental y físicamente activos. La falta de sueño puede causar fatiga crónica, disminución de la atención y la concentración e irritabilidad.
El insomnio prolongado puede tener efectos perjudiciales para la salud. A la luz de estas consideraciones, ¿cuántas horas debemos dormir cada noche para que nuestro organismo pueda funcionar de forma óptima y cumplir sus funciones metabólicas y regenerativas? Teniendo en cuenta que el sueño puede tener una connotación subjetiva, existen, sin embargo, criterios objetivos que pueden ayudarnos a comprender cuántas horas debemos dormir cada noche.
El lado de la cama en el que duermes dice mucho de ti y determina la calidad de tu sueño, aunque solo sea por hábito. También existen otros criterios objetivos para descansar por la noche, por ejemplo, la edad. Una investigación llevada a cabo por la Fundación Nacional del Sueño, y publicada en la revista Sleep Health, ha identificado las horas de sueño recomendadas para determinados grupos de edad, indicando los momentos adecuados, recomendados y no recomendados.
De 6 a 13 años. Los niños en edad escolar necesitan más horas de sueño que el resto de la población. Para este grupo de edad, los investigadores de la Fundación Nacional del Sueño recomiendan de 9 a 11 horas de sueño, con un mínimo de 7 u 8 y un máximo de 12. Deben evitarse menos de 7 y más de 12 horas.
De 14 a 17 años. Los adolescentes de este grupo de edad deben dormir entre un mínimo de 8 y un máximo de 10 horas, pero también son aceptables horarios que oscilen entre las 7 y las 11 horas. Sin embargo, los científicos no consideran adecuado dormir menos de 7 y más de 11 horas.
De 18 a 25 años. Lo ideal es que estos jóvenes duerman entre 7 y 9 horas, pero también se considera adecuado descansar entre 6 y 10-11 horas. No se debe descansar menos de 6 ni más de 11 horas.
De 26 a 64 años. El sueño recomendado para este grupo de edad es de entre 7 y 9 horas. También se considera adecuado dormir un mínimo de 6 horas y un máximo de 10. Menos de 6 y más de 10 horas no es recomendable.
Mayores de 65 años. Para las personas de este grupo de edad, entre 7 y 8 horas de sueño son suficientes. Sin embargo, el estudio de la Fundación Nacional del Sueño también considera aceptable un máximo de 5 a 9 horas. No se recomienda dormir menos de 5 horas ni más de 9.
Ahora que hemos establecido cuántas horas necesitamos pasar en los brazos de Morfeo para afrontar el día con la energía adecuada, surge una pregunta. ¿Cómo podemos dormir bien, plácidamente, felizmente, sin el riesgo de despertarnos de repente y encontrarnos contando innumerables ovejas que saltan la valla? Hemos preguntado a los expertos de Dalfilo, una startup del sector de la ropa de hogar que pone al alcance de todos productos italianos de calidad, hechos a mano.
Separar la zona de dormitorio de la zona de estar
Un dormitorio en el que se duerme bien está situado en una zona de descanso bien definida, por eso debes revisar que no haya estas 15 cosas en tu habitación, según recomendaciones de expertos. Sea cual sea el tamaño de la casa, incluso en un espacio abierto de pocos metros se pueden separar las habitaciones de forma clara y agradable para dormir. Además, es muy importante intentar que la zona menos iluminada de la casa se destine a la zona de dormir, que está destinada a la zona de estar. Nuestro cerebro necesita descansar por la noche y, por tanto, refugiarse en un espacio más recogido y retirado, lejos de los estímulos de la vida diurna.
Orientación de la cama
La orientación de la cama también influye en la calidad del sueño. Lo ideal, según el feng shui, es que el cabecero esté orientado hacia el norte, para favorecer un sueño más profundo. Sin embargo, hay teorías que defienden que es mejor una orientación hacia el sur, porque asegura el descanso pero al mismo tiempo la energía.
Algunas personas optan por utilizar la aromaterapia para dormir mejor, pero tenemos otra sugerencia: colocar la cama lo más lejos posible de la puerta de entrada a la habitación y de la ventana, para garantizar una sensación de recogimiento y protección durante el sueño.
Materiales naturales
Todo en el dormitorio, un lugar donde pasamos al menos un tercio de nuestras vidas, debe ser natural. ¿Un ejemplo? Las mesillas de noche, que están justo al lado de la cama, deben ser de madera, preferiblemente sin tratar. En cuanto al cabecero de la cama, siempre es mejor que sea de madera o tela que de plástico o materiales sintéticos, así que te regalamos estas ideas para hacer tú mismo un cabecero DIY fácil y barato.
Fibras naturales
Lo primero, te recomendamos que elijas con mimo un buen colchón para tu cama con esta nuestra completa guía. Siguiendo con los materiales naturales, es esencial que el cuerpo esté siempre en contacto con fibras naturales, como el algodón y el lino, para garantizar un sueño de calidad. Además, para dormir bien, es muy importante elegir tejidos transpirables. Un tejido transpirable es aquel que permite una mayor circulación del aire, favoreciendo una menor concentración de humedad y, en consecuencia, reduciendo la sudoración. Esto incluye el algodón, en sus diversos procesos. El percal es ideal por su versatilidad. Perfecto en todas las estaciones porque es muy transpirable, termorregulador y ligero sobre la piel (permite que el cuerpo respire y crea un microclima perfecto para cualquier estación). Mientras que el satén, gracias a su textura aterciopelada al contacto con el cuerpo, es excelente para las quemaduras del verano.
Minimalismo
Menos es más es la regla de oro, en la decoración del dormitorio para descansar, pero también en la vida. Nada de grandes muebles, imponentes lámparas de araña y grandes mesillas de noche. Sin espejos ni biombos delante de la cama, que alteran la tranquilidad y el buen descanso. Además de que una habitación menos cargada es un ambiente que se mantiene más fácilmente ordenado (el orden ayuda a la relajación) y limpio.
Limpieza
Entorno limpio y sábanas limpias. Para dormir bien, es muy importante que el entorno esté limpio. El polvo y los ácaros son enemigos de un descanso saludable. Por eso es importante lavar las sábanas una vez a la semana, como mucho cada diez días, sobre todo en verano. Y es que no hay nada más agradable que irse a dormir en una cama que huele a limpio.
No a los dispositivos electrónicos
Otro tipo de limpieza que hay que hacer es la de la contaminación electromagnética. Televisores, ordenadores, tabletas y teléfonos no son bienvenidos en el dormitorio. Además, las notificaciones nos mantienen despiertos y su luz es enemiga del sueño.
Luz
Por una cuestión de energía, se recomienda que el sol entre en el dormitorio y que, durante las horas de luz, la habitación se ilumine de forma natural, aprovechando los rayos solares. Es bueno elegir bombillas en tonos cálidos, y evitar la clásica lámpara de araña sobre la cama. Son mejores los puntos de luz regulables, para crear una iluminación suave.
Colores
En el dormitorio deben preferirse siempre los colores neutros, para un buen descanso y para crear un ambiente equilibrado, como beige, crema, marfil, grises, marrones. También están bien los colores pastel, como el rosa, el verde o el amarillo, siempre muy suaves. El azul es el color de la relajación, el color del cielo y del mar, por eso siempre es bueno para relajar la psique y favorecer el sueño. Siempre es bueno introducir elementos de madera, un elemento natural y relajante, que aporta una sensación de paz y tranquilidad.
Temperatura
En el dormitorio, la temperatura nunca debe ser alta. 18 °C es la temperatura ideal para conciliar el sueño. De hecho, un edredón de buena calidad siempre es mejor que tener la calefacción encendida por la noche. Otro punto al que hay que prestar atención es la humedad: un ambiente demasiado seco puede facilitar la tos y las enfermedades respiratorias, mientras que uno demasiado húmedo puede favorecer la formación de moho y ácaros, que también pueden causar problemas broncopulmonares. Por eso se recomienda mantenerla entre el 30% y el 60%.
