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Jesús Barranco, Ana Sara Hidalgo y Juan Gabriel Manrrubia, integrantes del estudio JAO Arquitectura, ya nos han ofrecido el mejor consejo para reformar una casa de 40 metros cuadrados: "Nuestra primera decisión no sería tanto decorativa como estratégica". En esta ocasión, este equipo de arquitectos profundiza sobre las ventajas e inconvenientes de instalar una cocina abierta en casa.
El interiorista Aitor Viteri tiene la convicción de que "una cocina integrada conversa con el resto de espacios, generalmente el salón" y los integrantes de este estudio de arquitectura almeriense lo certifican con sus buenas prácticas al aplicar la distribución abierta en su proyecto La Costura, situado en el puerto deportivo Almerimar, en la localidad de El Ejido.
¿Qué ventajas tienen las cocinas abiertas?
Somos poco dogmáticos en lo que respecta a cualquier aspecto del habitar, y el tema de la cocina no es una excepción. No creemos en soluciones absolutas: una cocina abierta no es necesariamente mejor que una cocina cerrada; simplemente, puede ser más adecuada o no en función de las personas que la habitan y de su manera de vivir.
Dicho esto, sí hay ventajas claras asociadas a las cocinas abiertas. En primer lugar, favorecen las relaciones y conectan este espacio con el resto de la vivienda, que, tradicionalmente, estaba relegado a un ámbito más cerrado y funcional, para ampliar las dinámicas cotidianas. En segundo lugar, transforman la cocina en un lugar de socialización, en un punto de encuentro natural alrededor del cual se comparte tiempo, conversación y vida. Y, en tercer lugar, se adaptan mejor a modos de vida contemporáneos, donde las fronteras entre cocinar, comer, trabajar o descansar tienden a diluirse.
¿Cuál es el mayor inconveniente que tiene integrar la cocina en una distribución abierta?
La desventaja más señalada, sin embargo, tiene que ver con los olores y el ruido que pueden propagarse con mayor facilidad. Aunque hoy existen sistemas de extracción muy eficaces que mitigan en gran medida este problema, sigue siendo un aspecto que hace que muchas personas prefieran mantener cierta separación entre la cocina y el resto de la casa.
Si tuviera que elegir para mi casa un diseño de cocina con isla, ¿selecciona unha barra con zona de cocción o con fregadero?
Probablemente, nosostros no optaríamos por ninguna de las dos opciones. Nos gusta pensar la isla no tanto como un elemento técnico, sino como un espacio polivalente, una superficie que amplía sus usos más allá de cocinar o fregar: un lugar donde trabajar, compartir una comida informal, charlar con amigos, leer, escribir o incluso hacer los deberes con los niños. Esa capacidad de multiplicar funciones nos parece uno de sus mayores valores.
En el momento en que incorporamos un fregadero o una zona de cocción, la isla pierde parte de esa versatilidad y se vuelve más especializada, más limitada en sus posibilidades. Dicho esto, y por no eludir la pregunta, si tuviéramos que inclinarnos por una de las dos opciones, probablemente elegiríamos la zona de cocción. Nos resulta sugerente la idea de otorgar a la acción de cocinar —tan cotidiana y tan cargada de significado— el lugar central y el protagonismo que merece dentro de la vida doméstica.
Para aprovechar el almacenaje en las cocinas con isla, ¿qué elementos son imprescindibles?
Cuando se proyecta una cocina, el almacenamiento se convierte en un aspecto clave para que el espacio funcione de forma eficiente y cómodo. La isla no debe entenderse solo como un plano de trabajo o un lugar de reunión, sino también como una oportunidad para ampliar la capacidad de guardado y mejorar la organización.
Por eso, creemos que lo imprescindible es aprovechar su perímetro en al menos uno de sus lados, incorporando cajoneras profundas para utensilios y menaje, armarios de gran capacidad para ollas o pequeños electrodomésticos, y módulos con organización interior flexible que permitan adaptar el espacio a las necesidades cambiantes de quien la habita.
Además, es importante pensar el almacenamiento no solo en cantidad, sino también en accesibilidad y jerarquía: reservar las zonas más cercanas a la superficie de trabajo para lo que se usa con mayor frecuencia, integrar soluciones ocultas que mantengan el orden visual y, si el diseño lo permite, incluir estanterías abiertas o nichos que aporten calidez y hagan que la isla dialogue con el resto del espacio. En definitiva, no se trata de llenar de armarios cada centímetro, sino de que el almacenamiento esté inteligentemente diseñado y se convierta en una extensión natural de la vida que ocurre en torno a la isla.
Más información: JAO Arquitectura.
Belinda Guerrero es redactora digital especializada en decoración, arquitectura e interiores en Nuevo Estilo, aunque también escribe contenidos sobre jardinería, bienestar o mascotas. Le interesa la economía circular y la ecología, pero también las tendencias del interiorismo y encontrar trucazos para ahorrar tiempo o energía y conseguir vivir todos mejor en un entorno más sostenible. En la web de Nuevo Estilo también hace guiños al star system cuando bucea en las casas de los famosos españoles y de las celebrities con más seguidores en redes sociales. Belinda tiene una larga experiencia como periodista y también ha sido diseñadora gráfica, así que puede decir que ha ejercido en casi todos los frentes de la prensa, desde agencias de noticias hasta diarios y revistas, donde ha tenido la suerte de participar en el lanzamiento de grandes proyectos brillantes en los grupos de comunicación más importantes de España. También ha trabajado en producciones de moda, organización de eventos y en el departamento Boutique Creativa de Hearst, donde se creaban productos branded content y coordinaba equipos para diseñar revistas de empresa y fidelización para El Corte Inglés, Repsol o Renfe. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid para dedicarse a la profesión más bonita del mundo y ha tenido la suerte de seguir en esta maravillosa brega capaz de saciar su curiosidad infinita sobre cualquier tema. Ha escrito artículos de decoración, cine, belleza, motor, consumo, salud, economía, cultura, moda, gastronomía o medio ambiente; en realidad, sobre cualquier ámbito, incluida una de sus grandes pasiones: los viajes. Como redactora de la revista DeViajes, tuvo la suerte de pasear por todo el mundo durante una década y recibir el Premio de Prensa Escrita de Turismo de Flandes.