Cuando compras tu primer piso y tienes la gran suerte de poder reformarlo a tu gusto, la emoción que sientes es inexplicable. En mi caso, imagino que por haber pasado todos los veranos desde mi niñez en la casa del pueblo de mis abuelos, siempre había soñado con tener una gran cocina de estilo rústico, pero chic. Ya sabes, como esas cocinas que aparecen en series como Big Little Lies, donde las protagonistas lidian con sus problemas en compañía de una copa de chardonnay.

Al principio, mi idea era una cocina abierta con isla central, pero dada la distribución de la vivienda y lo que implicaría una reforma de tal magnitud, no me quedó más remedio que bajar de la nube. Se trataba de una cocina abuhardillada –el piso es un ático–, muy luminosa –gracias a la orientación sur y a un ventanal que da a un patio de manzana– y bastante amplia, así que enseguida di con la distribución perfecta.

Claves de la distribución

Por un lado, para facilitar el uso diario, decidí distribuir la zona de preparación de alimentos y cocinado, fregadero, lavavajillas, lavadora y rincón de desayuno en L, con armarios arriba y abajo, salvo en la parte de la bajante. Enfrente, para sacar el máximo partido a la bajante, opté por situar el frigorífico, el armario escobero y el horno y el microondas en torre. Todo ello, con muebles a medida que no dejasen ningún hueco visto. Por último, el ventanal estaba ubicado en una especie de pequeño pasillo, así que lo utilicé para poner una barra de desayunos con taburetes enfrentada a la pared, aprovechando la generosa luz natural.

ANTES

cocina antes de la reformapinterest
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DESPUÉS

cocina con armarios blancos y frente de azulejos rosas
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Muebles de cocina, de Cocinas San Lorenzo. Encimera, modelo Rovere Buckskin, de Sapienstone. Azulejo cerámico metro rosa brillante, de Artens, en Leroy Merlin. Papel pintado, modelo Hydrangea, de Rifle Paper Co., en Papeles de los 70.

Estilo rústico chic en rosa

En cuanto al estilo de la cocina, como ya te adelantaba, me decanté por el rústico chic. Tenía clarísimo que quería introducir el rosa –sí o sí–, pero sin que quedase ñoño o cursi. Además, también me apetecía jugar con los aires retro de las cocinas cincuenteras. Con todo esto en mente, lo primero que elegí –antes incluso que los muebles–, fueron los azulejos. Me enamoré nada más verlos por su tono rosa suave y sus aires vintage. Los muebles de cocina debían ser blancos, pero no un blanco frío, sino cálido, con molduras en las puertas, tiradores dorados y pomos para los armarios superiores (esto último, para que no resultase aburrido o monótono). Aunque al principio había valorado la posibilidad de poner la encimera de mármol, me di cuenta de que se vería mucho más cálida si la escogía en madera, y así fue. También de estilo retro es el fregadero de granito blanco, con un grifo de latón cepillado de caño alto. Ah, y respecto al suelo, seleccioné un porcelánico efecto madera para despedirme por siempre jamás de esas baldosas frías y anticuadas.

cocina con armarios blancos y frente de azulejos rosaspinterest
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cocina con armarios blancos, fregadero con grifo dorado y frente de azulejos rosaspinterest
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Fregadero sobre encimera de granito blanco, de Veravent. Accesorios, de Zara Home.
ramo de flores en el fregaderopinterest
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Flores, de Doña Cúrcuma.
accesorios de fregaderopinterest
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Accesorios, de Zara Home. Bandeja, de Casa Viva.

Pero como en todo proyecto de reforma, en el mío también hubo un percance: la caldera no se podía cambiar de sitio y los tubos quedaban a la vista, así que desde la tienda de muebles, me propusieron hacer ese armario más largo que el resto. ¿El problema? Que tengo un TOC como un templo con el orden y la simetría, así que después de darle muchas vueltas, en una de esas noches que no puedes dormir ni aunque te pongas cánticos chamánicos, se me ocurrió una idea: colocar una balda con plantas que tapasen los tubos. Y vaya si funcionó. ¡Mira!

ANTES

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DESPUÉS

repisa con plantas en la cocinapinterest
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repisa con plantas en la cocinapinterest
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Como lo quería todo simétrico, la campana la elegí integrada por completo. Además, en lugar de optar por la típica placa de inducción negra, aposté por el cristal blanco (y no podría haber quedado mejor).

cocina con armarios blancos y frente de azulejos rosaspinterest
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Placa de inducción, de Balay.

Siguiendo por la cocina llegamos al rincón que destiné a la preparación del desayuno. En los cajones extraíbles guardo los cereales y demás alimentos en botes herméticos, y arriba tengo el tostador y una superficie para trabajar (y para qué engañarnos, también para decorar).

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cocina con papel pintado con motivos floralespinterest
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Ahora pasemos a la zona de la ventana. Uno de mis deseos era decorar mi cocina con un papel pintado que me había robado el corazón hacía tiempo, con motivos de mis flores favoritas: las hortensias. Aunque al empapelador le costó sangre y sudor, logró colocarlo en ambas paredes de un modo impecable, siguiendo la línea de la bajante. A continuación, después de hacer las mediciones pertinentes, coloqué una mesa alta en blanco y madera, y la acompañé de un par de taburetes de fibras. Y aunque quedaba espectacular, faltaba algo: un estor para la ventana. Lo escogí en un tejido efecto lino precioso, con caída hacia delante.

ANTES

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DESPUÉS

barra de desayunos con taburetes altospinterest
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Mesa, de Amazon. Taburetes, modelo Gouda, de Sklum.
barra de desayunos con taburetes altos
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El último hándicap de la decoración lo encontré en el espacio vacío que quedaba en el medio de la cocina. Era como si pidiera una zona de comedor, pero ya tenía la barra de desayunos y el comedor en el salón. ¿Qué podía poner? Una isla central acapararía demasiado espacio y me pasaría el día dándome golpes en la cabeza. La solución la hallé en un carrito con ruedas que uso principalmente como espacio de almacenaje.

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cocina abuhardillada con carrito con ruedaspinterest
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Carrito, modelo FÖRHÖJA, de IKEA.

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DESPUÉS

cocina abuhardillada con armarios y electrodomésticos blancos y carrito con ruedaspinterest
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Electrodomésticos, de Balay.
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¡Y hasta aquí llega el recorrido de mi querida cocina! A día de hoy, cada vez que entro en ella, sigo sin creerme que sea mía. Puede que para algunos sea too much, que para otros parezca la cocina de una casa de muñecas, pero a mí, sencillamente, me encanta y me define. Aunque nada habría sido lo mismo sin la ayuda de Albañilería Pelayo, quien además de hacer toda la obra en poco más de un mes, también se convirtió en un gran amigo para mis perretes (y teniendo en cuenta que Sito es como un mafioso en miniatura, es algo digno de admirar).

dos chihuahuas en la cocinapinterest
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Mis chihuahuas, Brownie y Sito.

Interiorismo y estilismo: Aránzazu Díaz Huerta.

Headshot of Aránzazu Díaz Huerta

Aránzazu Díaz Huerta es experta en decoración en Nuevo Estilo, por eso ha convertido su hogar en una especie de pop up store de las últimas tendencias, y por eso disfruta tanto elaborando contenidos sobre interiorismo. Además, se lo pasa genial buscando los hoteles más originales del mundo para sorprender a sus lectores. Le apasiona todo lo que tiene que ver con el hogar, pero también la moda, la belleza, el lifestyle y las mascotas, y aunque no tiene cuenta en TikTok, no se pierde ni un solo trend.

Se graduó en Comunicación Audiovisual en 2016 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y continuó sus estudios con un máster en Periodismo Cultural por la Universidad San Pablo CEU. En el verano de 2017, hizo el curso de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid. Y cuando llegó la pandemia, se refugió en el Curso Online de Periodismo Especializado en Moda, Belleza y Estilo de Vida de la revista Vogue en Condé Nast College Spain. Además, como buena cinéfila que es, ha colaborado en el libro ''El clasicismo en el cine. Una mirada intergeneracional'', de D. Pedro Sangro Colón y D. Miguel Ángel Huerta Floriano.

Antes de comenzar su trayectoria en el mundo del periodismo freelance, pasó por la Cadena Ser de Oviedo y la revista cultural El Duende. También tuvo su propia columna de opinión en el periódico Salamanca RTV al día.

Desde el año 2017, colabora como redactora de contenidos online en Mi Casa, Nuevo Estilo y otras revistas del Grupo Hearst, incluyendo el departamento de Branded Content. En su tiempo libre, escribe relatos de ficción y no ficción, habiendo publicado en la revista literaria Fábula, y hace fotografías de paisajismo (especialmente, de lugares donde haya flores).