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Un interior confortable y personalizado es ideal para nuestra casa. Cuando acertamos con el mobiliario e instalamos los materiales adecuados para lograr armonía y eficiencia es cuando sabemos que, en el fondo, hemos hecho una elección adecuada. Al fin y al cabo, queremos mostrar modernidad y no quedarnos desfasados en la decoración; por eso, queremos presentarte cuáles han sido los pasos para elaborar el diseño de una cocina rústica y moderna en color blanco.
Este proyecto de reforma e interiorismo es un claro reflejo de la renovada imagen de un interior. Los propietarios de la casa, un matrimonio con cuatro hijos que ya no conviven con ellos, deseaban darle un lavado de cara a la vivienda y, de paso, transformar las zonas comunes para crear espacios abiertos que pudieran disfrutar en su día a día, pero también durante las visitas de sus hijos.
La casa de una sola planta, ubicada en Maryland y construida con el típico estilo rancho de los años cincuenta, contaba en origen con techos bajos, paredes revestidas con paneles de madera en tonos oscuros y estancias cerradas. Los arquitectos decidieron derribar varias paredes para concebir nuevos espacios abiertos y fluidos en las zonas comunes. También optaron por reemplazar las ventanas, pintar de blanco las paredes y cambiar los suelos: porcelánico gris en el área de cocina y baños y, por otro lado, roble blanco en el comedor y el resto de estancias.
Fusión de estilos en la cocina
En este caso, nos encontramos una cocina con isla de estilo rústico y moderno diseñada en blanco. Se plantea una estética sencilla sin complicaciones, con una apariencia básica y elegante sin perder la funcionalidad. A su vez, se disponen los muebles necesarios y el espacio suficiente como para deambular cómodamente, teniendo en cuenta que es un prototipo de cocina open concept.
Para dar lugar a esa fusión de estilos rústico y moderno, se mantuvieron tres vigas vistas de madera a juego con dos estantes. La elección de los tiradores de latón envejecido y la cocina con fogones de aires retro, también influyeron en el estilismo. Por otro lado, para darle mayor funcionalidad a la estancia, se optó por una isla central con encimera de mármol, un material que también toma presencia en el resto de encimeras de la cocina.
Tres taburetes de madera permiten a la familia utilizar la isla para desayunar y reunirse de manera informal.
Para dividir el ambiente entre la cocina y el comedor, se eligió un pavimento de roble blanco que, en realidad, queda muy bien a la hora de decorar cocinas rústicas. En esta zona, la mesa de comedor redonda sobre de mármol se suavizó con las sillas de fibras y la lámpara de techo modelo SINNERLIG de IKEA.
Un diseño sofisticado, diáfano y actual
Hay que señalar que este tipo de cocinas abiertas al comedor son muy acogedoras. Se logra amplitud visual, mayor funcionalidad y podemos disfrutar de una atmósfera plácida que transmite sensación de diafanidad, algo muy propio de las cocinas open plan. Incluso, no influye en este sentido el hecho de ser una cocina con isla central.
La casa también dispone de una elegante sala con bar. Tanto las paredes como el mueble bar se pintaron en un tono azul grisáceo que hace resaltar los tiradores dorados. Además, la encimera de mármol conecta con la mesa del comedor y la isla de la cocina, y el espejo del fondo refleja la estancia duplicando el espacio.
En definitiva, este tipo de cocinas blancas son muy interesantes para diseños actualizados y contemporáneos. Bien es cierto que se hace un guiño al ámbito rural y rústico, pero, en general, se ha logrado modernizar la cocina. No cabe duda que se ha acertado con el diseño y el tratamiento del mobiliario.
Arquitectura: Thomson & Cooke. Interiorismo: Zoë Feldman.
Aránzazu Díaz Huerta es experta en decoración en Nuevo Estilo, por eso ha convertido su hogar en una especie de pop up store de las últimas tendencias, y por eso disfruta tanto elaborando contenidos sobre interiorismo. Además, se lo pasa genial buscando los hoteles más originales del mundo para sorprender a sus lectores. Le apasiona todo lo que tiene que ver con el hogar, pero también la moda, la belleza, el lifestyle y las mascotas, y aunque no tiene cuenta en TikTok, no se pierde ni un solo trend.
Se graduó en Comunicación Audiovisual en 2016 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y continuó sus estudios con un máster en Periodismo Cultural por la Universidad San Pablo CEU. En el verano de 2017, hizo el curso de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid. Y cuando llegó la pandemia, se refugió en el Curso Online de Periodismo Especializado en Moda, Belleza y Estilo de Vida de la revista Vogue en Condé Nast College Spain. Además, como buena cinéfila que es, ha colaborado en el libro ''El clasicismo en el cine. Una mirada intergeneracional'', de D. Pedro Sangro Colón y D. Miguel Ángel Huerta Floriano.
Antes de comenzar su trayectoria en el mundo del periodismo freelance, pasó por la Cadena Ser de Oviedo y la revista cultural El Duende. También tuvo su propia columna de opinión en el periódico Salamanca RTV al día.
Desde el año 2017, colabora como redactora de contenidos online en Mi Casa, Nuevo Estilo y otras revistas del Grupo Hearst, incluyendo el departamento de Branded Content. En su tiempo libre, escribe relatos de ficción y no ficción, habiendo publicado en la revista literaria Fábula, y hace fotografías de paisajismo (especialmente, de lugares donde haya flores).