Las casas césped más espectaculares

El uso de la turba como material de construcción tiene sentido en climas fríos y ventosos como el de Islandia. No sólo sirve como aislante natural, estando siempre disponible -una ventaja teniendo en cuenta que tendría que reemplazarse periódicamente. 

Los islandeses tienen una relación de amor-odio con su sencilla arquitectura. Vista desde siempre como una forma arcaica y atrasada de aislamiento, las casas de césped, sin embargo, están experimentando una nueva apreciación. En esto, sin duda, ha ayudado la reciente popularidad de Islandia como atracción turística. 

Las primeras casas de césped islandesas eran simples túneles - cuevas- que guardan pocas semejanzas con las de hoy en día. Con el tiempo, se han añadido frentes de madera para la luz. La forma de construcción también evolución hasta convertirse en casas conectadas por un pasillo central, como es el caso de esta granja de césped en Skagafjörður, al norte de Islandia, conocida como Glaumbær.

Los techos y paredes de las casas en Glaumbær están compuestas por césped, mientras que la piedra actúa como una base. Estallidos de color amarillo mantienen el estado de ánimo alegre. 

Las casas reconstruidas con césped en el popular museo Skógar demuestran cómo los islandeses vivían hace mucho tiempo. 

Las brillantes fachadas rojas de estas casas de césped en Djúpivogur destacan sobre la naturaleza cruda del paisaje de Islandia. 

El uso de turba como material de construcción en Islandia no se limitó a las casas. La Iglesia Hofskirkja, en la región de Öræfi, data de 1884 y es una de las últimas iglesias de turba que quedan en el país. 

Las sencillas casas de césped de la ciudad de Hólar se yuxtaponen con el espectacular paisaje montañoso del fondo. 

Vía Country Living