Un apartamento con encanto bohemio
Una estudiada reforma ordenó el espacio y lo transformó en este coqueto apartamento de estilo afrancesado. El equilibrio formal lo convierte en un ejemplo perfecto de elegancia bohemia.

Posee un encanto especial gracias a la armonía conseguida en su decoración, donde se mezclan los espacios de estilo afrancesado en el interior con las notas étnicas que predominan en la terraza. Tras una reforma exigente, de la que se encargó la decoradora Carmina Baygual, este apartamento barcelonés se convirtió en un refugio de evasión para sus dueños, que no residen habitualmente en la ciudad.
Tanto las ventanas del salón como las de la cocina no son las originales de la vivienda, sino que se compraron en una tienda de antigüedades y, en función de sus medidas, se realizaron los vanos en la fachada principal. Esta característica marcó el proyecto de interiorismo, orientado a conseguir espacios amplios y luminosos que elevasen el potencial decorativo de la vivienda. Fundamental fue la altura de los techos, con dos niveles en el salón y vigas vistas que, pintadas de blanco, contrastan con el suelo —una tarima de madera oscura— en un atractivo juego óptico. En el dormitorio, el objetivo fue la búsqueda de la sensación de equilibrio, al que contribuyen las gamas escogidas como tonalidades de fondo —tierras de diferente intensidad— cuya neutralidad se anima con escogidos toques en color rosa.
El matiz sofisticado lo aportan los reflejos metalizados del papel del cabecero y la pantalla de la lámpara de la mesita de noche. Para preservar la cama de las miradas desde la puerta de acceso al dormitorio, el vestidor se creó a la entrada en forma de L, en las mismas tonalidades que el resto de la estancia. ¿El resultado final? Un apartamento contemporáneo, sin estridencias, que presume de elegancia.


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