Un antiguo almacén rehabilitado
¿Cómo es posible que esta casa de 58 m² aparente ser más grande? La distribución y la recuperación de sus techos fueron las claves de un cambio asombroso.

Mucho antes de que su actual propietario la adquiriera, esta vivienda fue un almacén. Su estado —un bajo con humedades y una evidente falta de mantenimiento—, la había deteriorado hasta extremos impensables. Sin embargo, su ubicación en Lavapiés, un barrio céntrico de Madrid, en un edificio levantado en 1916 sedujo a su dueño. Se imponía una reforma integral. Para ello, confió en el Estudio de Interiorismo de Paloma Angulo.
Los gruesos muros de carga y los forjados de viguetas metálicas garantizaban una estructura sólida, que admitiría cambios drásticos. El pavimento, destrozado por la humedad, se retiró. Se excavaron 30 cm de tierra y se realizó una solera que no entrara en contacto con el terreno húmedo. La siguiente reforma fue recuperar el nivel original de los techos, con una altura de 3,20 m. Las antiguas ventanas de la fachada mantuvieron sus vanos, pero se renovaron con perfiles de acero y cristales que proporcionan una iluminación natural a la vivienda. También las instalaciones de fontanería y electricidad se actualizaron, y la calefacción, nueva en la vivienda, logró una atmósfera confortable en el piso.
Una vez que se recuperó la altura de los techos y se sanearon paredes y suelos, solo quedaba añadir materiales que devolvieran a la casa la sensación de comodidad que había perdido. Madera, ladrillo y pintura blanca se combinan para crear ambientes acogedores. En ellos, una decoración de inspiración vintage con toques pop y notas de color añade vitalidad al conjunto. Sin renunciar a detalles, como la puerta del baño, que mantienen el encanto y la autenticidad de un tiempo ya pasado.


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