Esta casa era antes antes un garaje
Nadie diría que esta acogedora casa de dos pisos era antes un oscuro garaje. Altas dosis de imaginación y un presupuesto ajustado fueron los puntos de partida de una reforma original, con ideas sencillas y resultados geniales.

Cuando el presupuesto es ajustado, la imaginación se aviva. Esta máxima podría haber sido el leitmotiv de la reforma en esta vivienda. Su propietario decidió derrumbar el oscuro garaje original y levantar en el solar una casa de dos pisos. La ubicación, en el barrio barcelonés de Poble Nou, muy cerca de la playa, era un buen principio. Pero aún faltaba resolver el problema de una planta estrecha con escasa luz natural. José Luis Hausmann se enfrentó a las dificultades y las solucionó con ideas ingeniosas. Para empezar, asignó el espacio de la planta baja a una zona de estar, tres dormitorios y dos baños. Y en la primera planta ubicó un espacio diáfano con salón, comedor, cocina y terraza con jacuzzi.
El presupuesto ajustado se solventó al elegir maderas de andamio para elaborar el suelo y las puertas de la casa. Además, los sofás de las dos zonas de estar y de la terraza se realizaron de obra, y sobre ellos se colocaron colchonetas tapizadas que, cuando es necesario, sirven de cama extra. Para solucionar la posible falta de luz natural, José Luis Hausmann decidió pintar paredes y suelos en color blanco. Incluso los ladrillos de la planta baja y las vigas vistas del techo se revistieron en este tono. Con la estructura terminada, solo faltaba elegir los muebles y complementos adecuados, para evitar grandes desembolsos. Debían ser piezas escogidas —un aluvión de objetos innecesarios solo habría recargado el espacio—, funcionales y de diseño atractivo, que se ajustaran a un estilo común, para que el proyecto final resultara armónico.
Dado que la casa se encontraba cerca del mar, el propietario se decidió por una decoración que evocara la arquitectura típica del Mediterráneo, con pinceladas azules sobre paredes inmaculadas. De ahí que las puertas se pintaran en color celeste, los muebles recuperados se actualizaran en la misma gama y los complementos se eligieran en azul. Sin olvidar los detalles en fibra: las cestas de mimbre crean coquetos bodegones, mientras sombreros y bolsos de paja dan un aire rústico a los ambientes y recrean la esencia mediterránea.


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