Un piso en Madrid con una espectacular terraza con vistas a la ciudad
La intensa luminosidad de la que goza y la espectacular terraza que la rodea enamoraron al instante a los dueños de esta vivienda madrileña.

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Quien tiene una terraza, tiene un tesoro… ¡Y muchos amigos! Eso debieron pensar los dueños de este piso madrileño con magníficas vistas y espacio exterior suficiente para disfrutar, durante prácticamente todo el año, de estupendas veladas rodeados de buena compañía. Gracias a sus generosas dimensiones, la terraza se organiza en varios ambientes: salón, zona de relax, solarium y comedor. Todos ellos dan la sensación de estar muy alejados de la ciudad, aunque la casa se ubique en pleno centro financiero de la capital. No es de extrañar que, al primer rayo de sol, la vida doméstica se traslade al exterior.
La terraza, de aire boho chic, es muy práctica para guardar. Junto a la puerta corredera, un mueble de obra ocupa toda la pared.
Otra de las ventajas de la terraza es la luz que proyecta hacia la vivienda. Dos puertas correderas, a cada lado de la terraza, comunican exterior e interior: una de ellas conecta con la cocina mientras que por la otra, se accede al comedor. A estas dos estancias se les suma una zona de estar que completa el open space. La cocina está distribuida en L, en el frente más corto se ubicaron las zonas de cocción y aguas mientras que en la más amplia, se instalaron los electrodomésticos y una barra de desayunos pegada a la pared.
En lugar de un office, una pequeña mesa abatible y dos banquetas dan un uso similar.
Próxima al mueble del televisor, en el salón, una puerta conduce al amplio dormitorio en suite, equipado con una cama de matrimonio, un vestidor y cuarto de baño completo.
En cuanto a la decoración de la vivienda, se buscó un estilo acogedor y confortable, con piezas funcionales tanto fuera como dentro. En conjunto, priman los tonos neutros salpicados por pinceladas de color en los complementos textiles. Todo ello aderezado con complementos escogidos —como el simpático trofeo de mimbre que preside la cocina o los pececitos de madera que decoran la pared del cuarto de baño— y la pasión por las plantas naturales, presentes en todas las estancias, hacen de esta casa un paraíso verde en la ciudad, que a los amigos que la visitan les cuesta abandonar…
En el dormitorio se ha apostado por un gris apagado en la pared e intenso en el cabecero. La mezcla realza el ambiente sin saturar la decoración.
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