Una casa familiar distribuida en altura
Actual y con notas singulares. Esta casa familiar, situada en la sierra de Guadarrama, goza de un interiorismo acogedor que traspasa los muros y se disfruta en los espacios exteriores. Su disposición en altura es imponente.

Es un placer contemplar sus acertadas combinaciones de estilos, con muebles de diversa procedencia, que van desde la tendencia oriental hasta iconos pop; percibir la originalidad de los acabados y objetos decorativos, que dan vida a las estancias, y perderse en el horizonte de la sierra de Guadarrama al mirar por la ventana. Esta casa satisface dentro y fuera. El mimo y la calidez que transmite su decoración se traslada a los ambientes creados en la terraza y alrededor de la piscina.
Chus Gil Pereda, del Estudio 41, partió de una magnífica arquitectura y acomodó los interiores a las necesidades y gustos de sus propietarios: una familia de cinco miembros con varias mascotas. Se actualizaron algunos revestimientos y la carpintería, tanto interior como exterior. A estos detalles se suma el sustancial cambio de la decoración: nuevas piezas de mobiliario, otras retapizadas, textiles coordinados, complementos actuales… La mezcla de estilos —pinceladas coloniales, orientales, pop y de diseño— atrapa y añade toques de carácter a cada ambiente. Maderas en varios acabados, fibras naturales, cuero y los matices que aportan los tejidos llenan las estancias, que cuentan con una paleta cromática con base neutra: blancos, beis, grises y tierras. Sobre ella, turquesas, aguamarinas, verdes y ráfagas de rojo intenso en un cóctel cromático que contagia optimismo y modernidad.
Con una superficie organizada en tres plantas, los espacios se muestran amplios y con zonas reservadas a usos diferentes. Por sus dimensiones, esta casa cuenta con dos salones, decorados en estilos muy diferentes. Uno de ellos comunica con una terraza techada, desde la que se accede a la piscina a través de una escalinata. Cuenta también con varios dormitorios, uno de ellos tipo suite, con baño y vestidor, y los juveniles. En definitiva esta casa derrocha encanto gracias a la belleza de la construcción y a un interiorismo que suma detalles.
LAS CLAVES DEL PROYECTO
Mezcla con gusto. Es la máxima que define este trabajo, con una base actual pero que se mueve cómodamente entre varias tendencias decorativas: étnico, colonial, pop… Con sencillez y un punto refinado al mismo tiempo, el interiorismo de esta casa atrapa, conquista y apetece.
La base es perfecta y el espacio, un lujo. Este es el éxito de la mayoría de las reformas. Se aprecia la calidad de los materiales de paredes y suelos y los matices que aportan pinturas y papeles. Nada empaña la presencia de los muebles y accesorios. Cada elemento cumple su función en equilibrio.


Cómo el interiorista Markham Roberts diseñó esta casa

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