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Los veranos marcan para toda la vida. Especialmente si hemos veraneado desde pequeños en el mismo sitio; se crea un vínculo especial con el lugar que es imposible romper. Y esta es, precisamente, la historia de esta casa: la del deseo de volver al lugar donde uno ha sido feliz. Los clientes de este proyecto, una pareja, encontraron la vivienda por una razón muy personal, ya que el edificio se encuentra en el mismo lugar donde él, el marido, ha veraneado toda su vida. "Actualmente, los dueños viven en Estados Unidos, y tras adquirir este piso en Bakio (Vizcaya), paseando por Bilbao entraron en Arbe Decoración, mi tienda y estudio, una empresa familiar que ahora dirijo. Desde el primer momento se generó una conexión muy especial entre nosotros, y de esa casualidad surgió este proyecto tan bonito", dice el interiorista Jorge Laucirica.
En una ubicación privilegiada y llena de encanto a menos de 30 km de Bilbao, la casa, de 45 metros cuadrados, se encuentra en un edificio de los años setenta frente a la playa de Bakio (una de esas espectaculares playas del norte rodeada de vegetación y con acantilados que la limitan en los extremos), y está concebida como segunda residencia, un refugio costero donde romper completamente con la estética de su vivienda habitual en Estados Unidos. "Allí viven en una típica casa americana amplia, de tonos neutros y ambientes más sobrios. Aquí, en cambio, buscaban alegría, color y frescura, algo más desenfadado y vital", explica el interiorista.
"Fue un reto apasionante, ya que toda la reforma se desarrolló en tan sólo 4 meses y a distancia, con los clientes confiando plenamente en nuestro equipo sin ver el proceso en persona. Pero esa confianza fue también lo más bonito del proyecto", añade, dando cuenta de que la conexión fue algo verdaderamente destacable y que no siempre sucede con tal intensidad.
Antes de la intervención, la vivienda carecía de personalidad. Era una casa pequeña de dos habitaciones, que se había ido reformando por partes, sin un estilo definido. Aunque se mantuvo la distribución original, se realizó una reforma integral: instalaciones eléctricas y de fontanería, suelos, revestimientos… absolutamente todo se renovó. Uno de los puntos más importantes del proyecto es la zona de día, un espacio abierto en el que la cocina cobra protagonismo y se convierte casi en una pieza escultórica, una obra de arte dentro del conjunto.
En cuanto a materiales, el suelo es de un material porcelánico con efecto terracota, elegido para mantener la esencia de la época en la que se construyó el edificio. Es un guiño a los materiales originales del portal y las escaleras, buscando que parezca que siempre ha estado ahí. En el resto de la vivienda se optó por materiales neutros que permiten resaltar el mobiliario y las piezas artísticas.
La casa, situada frente al mar, cuenta con abundante luz natural, "algo que quisimos potenciar al máximo. El estilo general podría definirse como ecléctico, mezclando piezas vintage, arte contemporáneo y diseño moderno para crear un equilibrio armonioso y personal", comenta Jorge, que destaca que "entre las piezas más singulares destaca una serie de flotadores antiguos de los años 70 situados en el pasillo. No solo evocan la época del edificio, sino que también dialogan con el entorno costero, convirtiéndose en un guiño simbólico a la playa que se extiende justo enfrente de la vivienda". En parte, ellos fueron los culpables de que se produjera el hechizo cuando los vieron en Arbe Decoración, toda una institución desde hace 40 años en Bilbao.
"Trabajar con estos clientes fue un auténtico placer, ya que ambos son grandes amantes del arte y disfrutan del diseño. Uno de los momentos más divertidos del proceso fueron sus viajes a Bilbao, cuando recorríamos juntos tiendas y galerías en busca de mobiliario y obras para la casa", concluye el interiorista, que ha sabido crear un ambiente que es , a partes iguales tan serenos como energético y alegre. Tanto como unas vacaciones de verano, unas que parecían no tener fin.
Alejandra Manzano es redactora experta en arquitectura, arte y diseño. Antes de encontrar su trabajo favorito, ha concentrado 15 años de experiencia en el campo de la edición, la dirección de arte, la publicidad y la comunicación cultural.
Licenciada en Bellas Artes por la UCLM, siempre se ha sentido atraída por la belleza de los objetos y los espacios, y por las personas con espíritu creativo.
Empezó a trabajar en agencias de publicidad como copy, y, posteriormente, fue dircom de un laboratorio farmacéutico y Social Media Manager de Fundación Montemadrid, Alfaguara y Santillana, que le permitieron compaginar su trabajo con la literatura y el arte, sus otras grandes pasiones además del diseño.
Tras casi una década dedicada a la comunicación, dio un importante giro en su trayectoria profesional haciéndose un hueco como ilustradora de prensa, publicando regularmente en medios como ICON y El Mundo, y editoriales como Espasa o Periférica. Ha sido profesora de diseño gráfico en la Escuela Internacional de Protocolo y, tras completar su formación en edición y corrección, trabajó como coordinadora de libros de arte y fotografía en La Fábrica. También ha formado parte de festivales como Madrid Design Festival o PHotoEspaña.
Siempre a la búsqueda de casas y cosas bonitas (incluyendo hoteles, objetos de diseño o proyectos de interiorismo) ha sido redactora en numerosos medios especializados entre los que se cuentan AD, Arquitectura y Diseño y Diariodesign. Los que la conocen dicen que no hay nada que le haga más feliz que viajar, aprender historia antigua, la voz de Elvis Presley y ver pelis de Casavettes.
























