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Las ciudades están presenciando el auge de innumerables edificios de apartamentos con planos estandarizados, que se repiten independientemente del terreno, el barrio o la forma de vida de la gente. Muchos se diseñan con poca luz, escasa ventilación, su distribución original es estrecha y excesivamente compartimentada, con habitaciones estrechas y un espacio de circulación excesivo que no se siempre se corresponde con el tamaño total del apartamento. Ese era el caso de este proyecto: la pareja acababa de comprar su casa sobre plano, pero el apartamento modelo les parecía genérico y estrecho, lejos de lo que imaginaban para su vida diaria y su ritmo personal. Y en este contexto aparece el estudio Bruno Kim Arquitetura y su equipo de diseño formado por Nayara de Paula y Maithê Coutinho para "transformarlo en un hogar lleno de identidad, fluidez y un toque de humor", aseguran.
Ellos tenían la solución perfecta: "Propusimos integrar el balcón, la sala de estar y la cocina, además de abrir uno de los tres dormitorios. Esto creó una amplia zona social que permite una mejor interacción entre la pareja y sus perros, a la vez que mejora la entrada de luz natural y la ventilación cruzada. Dadas las dimensiones compactas, utilizamos un suelo monolítico continuo en toda la casa (excepto en los baños), lo que refuerza la continuidad espacial y crea una mayor sensación de amplitud. Los armarios empotrados se diseñaron para coexistir con los muebles sueltos existentes, combinando la textura del contrachapado visto con el suelo liso y uniforme para lograr un contraste equilibrado".
En la cocina y el lavadero, aplicaron el mismo material monolítico, pero en amarillo, en suelo y paredes. Esta audaz decisión define el espacio sin fragmentarlo visualmente. Y lo más destacado: los armarios superiores presentan puertas correderas amarillas con una composición de rectángulos y semicírculos. "A medida que los paneles se desplazan, la composición visual de la cocina cambia, como un divertido rompecabezas gráfico que aporta flexibilidad y un toque de alegría a la vida cotidiana".
El resto del proyecto sigue unas pautas similares para resolver el interiorismo. El resto del proyecto sigue unas pautas similares para resolver el interiorismo: materiales naturales, colores cálidos y piezas que mezclan funcionalidad y afecto. En la zona social, los muebles de madera clara y tapizados en tonos mostaza, teja y arena aportan una atmósfera acogedora y vital, potenciada por la luz que entra a raudales desde el balcón acristalado. Allí, un banco bajo con cojines geométricos y una moqueta de ratán conectan visualmente el interior con el exterior, creando una continuidad serena.
El mobiliario se compone de piezas sueltas, muchas de ellas de inspiración vintage, combinadas con soluciones a medida que optimizan el espacio. Las estanterías abiertas, repletas de libros, plantas y objetos personales, reflejan la vida cotidiana de los propietarios y refuerzan la idea de hogar vivido. En los dormitorios, los textiles neutros y las texturas suaves —como el punto o el lino— aportan calma, mientras que los baños introducen color mediante mosaicos en verde o terracota, prolongando el espíritu alegre del proyecto.
Más información: brunokim.arq.br
