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Arquitectos y clientes, (una familia de cuatro miembros y un gato), dedicaron tiempo a buscar la casa perfecta que se adecuara a las necesidades de estos últimos, y miraron de todo, desde solares disponibles hasta viviendas ya construidas. Y después de un tiempo encontraron la propiedad perfecta, de 180 metros cuadrados y que destacaba "por su buena distribución y su potencial de transformación". Fue durante la primera visita cuando surgió la idea cromática que transformaría el proyecto: tonos grises fríos combinados con el profundo burdeos de la piedra natural y acentos llamativos de mármol Calacatta Viola. Este mármol se convirtió en el eje compositivo de todo el interiorismo, empleado en la isla de cocina, un lavabo de baño y el minimalista revestimiento de la chimenea del salón. Detalles de cobre y acabados oscuros completaban la paleta.
"Fue un caso poco común en el que los clientes querían un entorno completamente nuevo, sin traer muebles ni obras de arte de su antigua casa. Al mismo tiempo, buscaban un interior con personalidad, cálido, vivido y emocionalmente estimulante. Las superficies de madera termotratada y un sillón italiano vintage ayudaron a lograrlo", explica la diseñadora Anastasia Vilchynska, fundadora de Vilchynska Design Bureau, el estudio al frente de la reforma.
Para conseguir la distribución perfecta, se tomaron varias mediadas. Y la planta baja fue la primera en sufrir una transformación significativa, tal y como explica la diseñadora: "Se reubicó el baño de invitados, ganando espacio para dos amplios vestidores. Además, el largo vestíbulo de entrada se cerró con una mampara de vidrio texturizado que mejora la privacidad y protege del aire frío en invierno. Su geometría se realza con una composición decorativa de cobre que combina acabados pulidos y oxidados. Las puertas de mayor altura aportan verticalidad y una sensación de escala al conjunto".
En la cocina, por su parte, se añadieron vigas en el techo para reforzar la zonificación visual. Inicialmente concebidas como elemento decorativo, se adaptaron más tarde para ocultar discretamente el sistema de ventilación, "una solución práctica y estética". También en la planta superior, un pequeño baño anexo al dormitorio principal se sustituyó por un amplio vestidor, mejorando la funcionalidad.
El proyecto se apoya en materiales naturales y táctiles: "piedra, microcemento, madera termotratada, latón oxidado y papeles murales naturales. En el dormitorio, los revestimientos con textura aportan intimidad, mientras una alfombra mullida enmarca la cama y añade calidez. La paleta, que abarca gris frío, vino profundo y cobre, unifica todo el conjunto". Uno de los mayores retos técnicos, en palabras de la diseñadora, fue "encontrar el tono adecuado para las paredes. Se probaron siete muestras hasta lograr un equilibrio que evitara los reflejos violáceos procedentes del exterior. Un proceso similar se repitió con el parquet, cuyo acabado final se definió tras siete pruebas de color".
Más información: vilchynska.com.ua
