- La cocina oculta tras un original panel móvil de piedra es la joya de esta luminosa casa recién reformada en Lorca (Murcia)
- La interiorista Alejandra Padilla, sobre la reforma de esta casa unifamiliar en Barcelona
- Esta casa con espectaculares vistas al lago se integra en el paisaje con un techo-jardín, muros acristalados y una estructura mínima para conectar con el bosque
Intenta no sonreír cuando veas la casa de una conocida autora de libros de cocina. En la casa de campo de Kim-Joy Hewlett, lo primero que llama la atención son los colores: unas escaleras color aguamarina con barrotes y pasamanos amarillos diente de león a la izquierda, y una escena rosa chicle a la derecha. Una alfombra con estampado de cebra te invita a subir, mientras una lámpara de pompas de jabón cuelga del techo. Y el suelo de terrazo recuerda a las virutas de confeti de sus pasteles.
“[La entrada] es el espacio más importante porque es lo primero que veo. Tiene que hacerme sentir: ‘¡Guau!’”, dice la pastelera profesional, que compró la casa junto a su marido, Nabil Homsi, en 2021. En busca de ese toque de efecto, sacrificó un dormitorio en la planta superior y trasladó un baño para crear un vestíbulo de doble altura que anticipa el alegre interior que esconde la casa. “Es un pasillo”, comenta Kim-Joy. “Tiene que ser divertido y lleno de energía”.
La popular repostera —que se convirtió en una de las favoritas del público durante la temporada de 2018 de The Great British Bake Off gracias a sus dulces con forma de animales— ha publicado desde entonces cinco libros de cocina dedicados a la alegría, incluido su último título: Bake Me a Cat.
Una casa llena de color, como una tarta
Los colores, la mezcla atrevida de estampados y las peculiares piezas y objetos que llenan su casa son una extensión de su estilo. La casa fue diseñada y reformada (y, en gran parte, hecha por ella misma) en torno a unas necesidades muy concretas y a su particular forma de ver el mundo, que podría resumirse en: ¿por qué no divertirse, si se puede?
Cuando tengo dudas, pienso: “Píntalo de rosa y ya está.”
Hicieron falta varias reuniones para encontrar al equipo de reformas adecuado, y finalmente Kim-Joy eligió a los profesionales de Studio J Architects porque “me dejaron coger las riendas” y “no intentaron imponerme ninguna idea”, cuenta. Entusiasmada por participar en todo el proceso, Kim-Joy además asumió gran parte del diseño de la casa, utilizando aplicaciones online gratuitas para crear planos y distribuciones en 3D que le ayudaran a transmitir sus necesidades específicas, como un grifo con agua hirviendo instantánea o una despensa con muchas estanterías, que le permitiera controlar fácilmente qué alimentos faltaban antes de hacer la compra.
Como no podía ser de otra manera, una batidora KitchenAid de color mantequilla ocupa un lugar protagonista en la isla de la cocina. “Sé que algunas personas la guardan en un armario, pero… no”, dice riendo.
Ella y su marido se encargaron de alicatar la cocina ellos mismos, siguiendo tutoriales de YouTube y utilizando una lechada epoxi negra que todos los profesionales les desaconsejaban por lo difícil que es de limpiar. Rompieron aún más reglas en la decoración de la cocina: en lugar de armarios superiores, colocaron una estrecha repisa donde exhiben plantas tropicales y láminas enmarcadas, como una obra de la ilustradora Tula Lotay.
Sé que ahora es una tendencia, pero tengo la sensación de que las curvas y las formas sinuosas han llegado para quedarse.
Separada por un elegante arco, se encuentra una despensa perfectamente rosa que Kim-Joy compara con una casa de muñecas. Pero son los estrechos cajones inferiores los que más atraen a las visitas, sobre todo a los hijos de sus amigos: dos de ellos guardan su increíble colección de virutas y decoraciones de repostería, con accesorios de todos los colores y estilos imaginables.
“Siempre me han atraído los colores muy vivos, ya sea en la moda, en la repostería o en casa. Mi ropa tiende a combinar bastante con la casa”, comenta. “Cada vez que tengo dudas, pienso: ‘Píntalo de rosa y ya está.’”
Otro de los rincones más sorprendentes de la casa se encuentra cerca: un mural de papel pintado con un jaguar deslizándose entre una selva frondosa, una imagen pintada originalmente en acuarela por su amiga, la artista Hazel Carruthers, de Avalana Designs. Sobre la mesa del comedor cuelga una llamativa lámpara compuesta por círculos entrelazados que Kim-Joy montó ella misma —aunque antes pintó muchos de ellos en tonos rosa y aguamarina.
La iluminación fue otro elemento clave en el proceso de diseño para Kim-Joy. Sufre migrañas crónicas y es muy sensible a los factores ambientales. La intensa luz matinal del jardín se suavizó con paneles de bambú claro en la cocina, y en toda la casa se instalaron bombillas de colores cálidos. Aunque en la mayoría de las casas la lavadora se coloca cerca de la cocina, ella decidió situarla en la planta superior para reducir el ruido ambiental.
Habitualmente, Kim-Joy —que se define a sí misma como una “duendecilla casera”— se acomoda en el sofá biplaza naranja neón de su salón, que también se ha convertido en el lugar favorito de sus gatos, Mochi y Blinky. Tanto el sillón como la mesa auxiliar fueron hallazgos de internet: a Kim-Joy le encanta buscar gangas de segunda mano. En cuanto a la mesita auxiliar, recuerda entre risas: “Fue como, ¡Dios mío, es rosa brillante y con forma ondulada! Sé que ahora está de moda, pero creo que las curvas y las formas sinuosas han llegado para quedarse.”
Siempre me han atraído los colores muy vivos, ya sea en la moda, en la repostería o en la decoración del hogar.
En la planta superior, los dormitorios no son menos llamativos y alegres. En lugar de un cabecero, la cama del cuarto de invitados se apoya sobre una pared con rayas marrones y rosas, de aire circense. “En todos los proyectos de bricolaje pienso: esto lo hago en una jornada. Luego pasan varios días… y entre medias, varios descansos para tomar té”, cuenta Kim-Joy. El trabajo fue tan intenso que decidió optar por papel pintado en su dormitorio principal, donde las paredes lucen un estampado de cuadros rosas y blancos.
Como cuando hornea una tarta, Kim-Joy diseñó su casa con las medidas exactas y fue ajustando hasta quedar satisfecha con el resultado. Ahora, al mirar a su alrededor, no puede evitar fijarse en los detalles que aún quiere retocar: pintar los radiadores, alicatar el frente de la despensa, cambiar los pomos de las puertas… “Todavía queda mucho por hacer”, dice sonriendo, “pero eso es lo que más me gusta. Siempre es divertido tener proyectos en los que trabajar”.
