La segunda acepción de la palabra reverdecer es, según la Real Academia Española, renovarse o tomar nuevo vigor. Ese término define muy bien la reforma llevada a cabo en este unifamiliar situado a las afueras de Madrid. La estructura se adaptó a los tiempos “sin conservar elementos originales relevantes y priorizando una nueva visión del conjunto”. Además, se abrió al jardín prolongando hacia este espacio natural los caducos interiores. De forma metafórica los hizo “reverdecer”, tal como recoge en este caso el primer significado de la RAE.
El proyecto partía de una rehabilitación integral pilotada por Adriana Arranz-Sobrini y Cristina Chaves Galán, del estudio Galán Sobrini Arquitectos, que en colaboración con la constructora Trazo llevaron a cabo una metamorfosis sorprendente: la transformación profunda de una casa tanto en funcionalidad como en estética. El compartimentado y oscuro trazado se rediseñó para optimizar las circulaciones y ganar luz. Se modificó la escalera principal y todas las instalaciones y acabados. También la arquitectura exterior sufrió notables cambios. Era muy rotunda y daba la espalda al paisaje, por lo que fue necesario un replanteamiento de los accesos abriendo grandes huecos para asomarla de manera orgánica al jardín, ideado por Gonzalo Martínez-Avial.
En cuanto a la distribución, la casa se organiza en varias entreplantas. En la baja, los espacios de día; la pieza estrella es el amplio vestíbulo a doble altura que articula la casa y genera vistas cruzadas. Las zonas privadas se encuentran en los niveles superiores y en el sótano están el gimnasio, las habitaciones de juegos infantiles y el garaje. En la intervención de Galán Sobrini Arquitectos “se ha seguido una línea sobria y elegante, pensada desde el equilibrio entre modernidad, tradición y atemporalidad”.
La paleta cromática cálida y la selección de materiales nobles, como la piedra caliza de los pavimentos, la piedra natural Taj Mahal en las encimeras y remates de cocinas y baños y la madera natural en el mobiliario y los panelados reafirma dicha estética refinada. La carpintería de madera ha sido estudiada al detalle para vestir los espacios: puertas, embocaduras, frentes de armario y mobiliario integrado. Muchas de estas piezas están firmadas por el propio estudio y han sido fabricadas exprofeso y artesanalmente para cada estancia.
La iluminación es clave. Ofrece diseño e intención. “Está concebida para acompañar a la arquitectura. Es cálida, indirecta y puntual, destacando materiales y volúmenes”, puntualizan Adriana y Cristina, y da protagonismo al arte contemporáneo. En definitiva, todo responde a una estética trabajada con un lenguaje actual que reinterpreta la elegancia clásica con sobriedad pero sin encorsetamiento. El look es impecable, de haute couture, pero muy ligero... Y extraordinariamente relajado.
ENTRADA
Montse GarrigaDos vasijas de barro, de Rue Vintage 74, y un jarrón de piedra sobre peana flanquean el acceso principal a la vivienda. La puerta, con carpintería en gris verdoso, destaca sobre el lienzo blanco de las paredes y los suelos de caliza. A los lados, apliques de Authentage.
JARDÍN
Montse GarrigaUn jardín mediterráneo rodea la vivienda colándose en los interiores a través de grandes vanos. El paisajismo ha corrido a cargo de Gonzalo Martínez-Avial.
RECIBIDOR
Montse GarrigaEn el recibidor, un banco circular, ideado por el estudio y con tapicería de Güell Lamadrid, añade carácter. El ramo de flores sobre el pedestal es de Búcaro.
SALÓN
Montse GarrigaDesde el salón, perspectiva del recibidor. Destaca una obra de Anke Blaue (galería Marita Segovia) sobre un panelado de madera y papel texturizado (Caselio) que oculta el aseo de invitados y un closet de abrigos.
Montse GarrigaUna daybed divide los ambientes del amplio salón. Es diseño de Galán Sobrini con tela de Pepe Peñalver. Los sofás, de Blasco, adornados con cojines de Rue Vintage 74. La zona del fondo se ha completado con dos aparadores del anticuario Gorgona, sobre el de la izquierda luce una obra de Joan Hernández Pijuan (Orellana Arte) y en el más alto, una colección de albarelos y un espejo, de Sine Nomine Deco.
Montse GarrigaSe han dispuesto dos zonas de estar en el salón unidas por una alfombra, de KP. El ambiente del fondo se articula en torno a la chimenea, que exhibe sobre su embocadura una obra de Jordi Alcaraz (Orellana Arte). La de la pared es de Antonio González (Alzueta Gallery). En primer término, dos mesitas del estudio. Las butacas, de Rue Vintage 74.
Montse GarrigaLos tejidos (algodón, lino y terciopelo) introducen textura y calidez sin perder sobriedad. Los suelos en piedra natural y las maderas nobles refuerzan la elegancia atemporal de la vivienda. Ponen un toque verde las ramas, de Búcaro, que lucen en dos jarroncitos y una cabeza de cerámica andaluza, de Sine Nomine Deco. Al fondo, el comedor, enmarcado por un gran vano.
Montse GarrigaMuchas de las piezas han sido realizadas a medida con diseño de Galán Sobrini Arquitectos, como la chimenea.
“El mobiliario, realizado ad hoc por el estudio, introduce texturas acogedoras que aportan escala humana, incluso en estancias muy amplias”.
COMEDOR
Montse GarrigaLa gran mesa del comedor es un diseño del estudio. La decora un espejo y un coral de Sine Nomine Deco y la acompañan sillas, de My Nordics.
COCINA
Montse GarrigaLa isla central de la cocina es la joya de la corona. Está respaldada por una pared forrada con un espejo envejecido que integra los apliques, éstos de Canica. Las lunas ahumadas multiplican la sensación de amplitud y añaden un sofisticado touch retro a un espacio eminentemente funcional, como la cocina. Sobre la encimera de piedra natural Taj Mahal, luce un conjunto de albarelos antiguos de farmacia, de Rue Vintage 74.
Montse GarrigaCon diseño de Vonna, la cocina cuenta con una gran zona de almacén amueblada con armarios en un cálido tono pastel.
Montse GarrigaEl cómodo office permite comer a diario junto a la ventana. La mesa es de Sklum, adornada con cerámicas de Búcaro; las sillas, de Singular Market, y la lámpara, de Zara Home.
DORMITORIO
Montse GarrigaDestaca el cabecero sobre la pared, pintada en un tono cálido. Es un diseño de Galán Sobrini, como el sofá del primer término. Los cojines gemelos, de Rue Vintage 74; las mesitas, de Zara Home, y las lámparas con pie cerámico y pantalla capuchina, de Betalguise, proporcionan simetría. Sobre una de las mesitas se exhibe una obra de Carola Morales.
Sutiles pinceladas en tonos tierra y un equilibrado juego de pares convierten el dormitorio en un espacio en calma.
Montse GarrigaEn el rincón de trabajo, mesa y sillas, de Rue Vintage 74.
BAÑO
Montse GarrigaEl baño ofrece soluciones distributivas y de amueblamiento sobresalientes. Las paredes, empapelada una y revestida de paneles de madera la otra, delimitan la zona del lavabo y la de la bañera. La primera se ha equipado con bajolavabo a medida con encimera de mármol y la bañera se ha revestido de los mismos materiales. Ambos, diseño del estudio. El taburete es de Rue Vintage 74 y los apliques, de Anita Le Grelle para Serax.
LAS INTERIORISTAS
Montse GarrigaLas arquitectas Adriana Arranz-Sobrini y Cristina Chaves Galán, del estudio Galán Sobrini Arquitectos firman este proyecto. Posan en el arranque de la escalera principal, cuyo diseño se ha redefinido por completo.
galansobrini.es

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