- La interiorista Eva S. García diseña una casa tipo ático con un estilo ecléctico y masculino
- Una pareja joven con hijos buscaba vivir un eterno verano, “queríamos una casa que conectara con el paisaje costero”
- El espectacular antes y después de esta casa pequeña de sólo 52 metros cuadrados en Barcelona que ahora está decorada con un guiño al estilo Bauhaus
“Casi todo en mi casa tiene una historia detrás”, dice diseñador y experto en color Patrick O’Donnell, conocido como Paddy entre su familia y amigos. Y amigos no le faltan: cuenta con más de 64.000 seguidores en Instagram, con quienes conversa habitualmente a través de vídeos, comentarios y mensajes directos. Patrick, embajador internacional de la marca Farrow & Ball, ha hecho carrera ofreciendo consejos sobre el color y respondiendo con seguridad a una de las preguntas más esquivas: “¿De qué color debería pintar esta habitación?”.
Debe parte de su popularidad a su simpatía y cercanía —características que, sin duda, le ayudan a establecer conexiones instantáneas con sus clientes, alrededor de la mitad de los cuales asesora a distancia mediante videollamadas. Estas breves consultas le exigen descifrar las preferencias cromáticas de cada persona en cuestión de minutos. “La mayoría de la gente confía muchísimo, especialmente mis clientes virtuales. No soy autoritario en absoluto; no obligo a nadie a hacer cambios drásticos. En lugar de eso, les animo a ir un poco más allá y a experimentar en un espacio pequeño, como un aseo”, explica Patrick.
Su propia casa es como un laboratorio donde pone a prueba mezclas con las antigüedades que encuentra y otras artes decorativas. “Soy un poco como una urraca: me encantan los objetos. Forman parte de la historia que cuenta quién eres y por dónde has pasado”. En su casa descubrimos ideas de decoración llenas de energía e inspiración, fruto de una reciente peregrinación en busca de antigüedades por Tetbury.
Un estudio del color
Fue el tono azul intenso de este jarrón italiano de los años 50, encontrado en Lorfords, lo que primero llamó la atención de Patrick. “Contra las paredes blancas de la tienda, se veía tan iridiscente y bonito… Perfecto para unas peonías magenta exuberantes o flores silvestres”, comenta.
Retrato de un coleccionista
Color de las paredes del dormitorio: Cane de Farrow & Ball.
Patrick desarrolló su conocimiento del color estudiando Bellas Artes. Compró este retrato al óleo (izquierda), que describe como “con un aire un poco Duncan Grant, con un marco eduardiano muy bonito”, en Trilogie Antiques en Tetbury (derecha), un colectivo de anticuarios independientes. “Es un lugar estupendo para curiosear y encontrar piezas complementarias como arte, butacas o mesitas auxiliares —como las sencillas mesas tipo cricket, casi de estilo shaker, que están muy de moda aquí”, comenta.
Asimetrías
Papel pintado del baño: Orleans Stripe en Green Ground y Pointing. Color de la pintura del mobiliario: Biscuit; todo de Farrow & Ball.
Patrick se llevó a casa varias cazuelas Lebrillo de Brownrigg, una tienda de antigüedades situada en una casa adosada de Tetbury. “Me gusta que queden un poco descentradas”, dice sobre cómo las colgó encima de la bañera (arriba, izquierda). “El vidriado azul de estas piezas cerámicas españolas quizá no sea tan popular como el verde, pero me encanta por la escala del dibujo. Y además, puedes conseguir quince pequeñas por el precio de una grande”.
Un acento morisco
“Me encantan las mesitas sirias y moriscas”, comenta Patrick, señalando que sus precios se han disparado a medida que las piezas de madera con incrustaciones —“que aportan interés y dramatismo, y pueden funcionar prácticamente en cualquier lugar y con cualquier estilo”— se han vuelto más populares. Encontró la mesa perfecta para su dormitorio de invitados (arriba, izquierda) en la tienda Lorfords (arriba, derecha) en Tetbury: “un aperitivo de sus dos enormes hangares, que albergan el inventario de cientos de anticuarios a las afueras del pueblo”.
Sigue a Patrick en Instagram @paddy_od_1 para rastrear sus aventuras.