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Todos soñamos con tener una casa en el Trastevere de Roma, que sea acogedora, que transmita calma e invite al recogimiento pero también a querer salir y explorar la ciudad. Y esto es lo que consiguió Studio Gorga en esta casa de huéspedes: que no pierda la esencia del increíble emplazamiento donde se encuentra pero que se sienta como un refugio que se abre a la ciudad mientras nos trata con mucho cariño. El secreto estaba en crear un diálogo de colores, materiales y texturas, que nos llevaran a las zonas comunes y a las privadas sin sobresaltos.
La reforma unió dos apartamentos independientes para transformarlos en un único alojamiento con seis habitaciones, cada una con baño privado. La intención no era replicar un hotel estándar, sino "crear un espacio donde los huéspedes se sintieran parte del barrio", cuenta el estudio, que planteó un proyecto que combinaba contemporaneidad y memoria: materiales nobles, texturas naturales, piezas a medida y una iluminación para acompañar los recorridos.
En el corazón de la casa, la zona de recepción y los espacios comunes se concibieron como lugares con identidad propia. Aquí se recibe a los viajeros, pero también se genera convivencia. El mostrador de ladrillo trabajado con relieve y retroiluminado marca la entrada y conecta con los techos originales de bovedilla vista, que el proyecto decidió conservar como un gesto de autenticidad. Frente a él, las áreas de estar con sofás, sillones de madera y tapizados en tonos terrosos invitan a leer, conversar o simplemente descansar tras recorrer la ciudad.
Los pasillos, normalmente reducidos a simples zonas de tránsito, se diseñaron como espacios con atmósfera. Los tonos cálidos de las paredes, en un naranja apagado combinado con blanco, generan un ritmo pausado y contribuyen a la continuidad de la experiencia. La idea era que incluso el desplazamiento dentro de la casa fuera una parte del recorrido.
Las habitaciones reflejan la misma filosofía: confort máximo y estética coherente con el resto de la intervención. Cada dormitorio combina paredes en tonos neutros con detalles de madera y textiles suaves. Los cabeceros tapizados, la ropa de cama en lino y algodón y los muebles de líneas sencillas se integran en una paleta que remite a la tierra y a la luz romana. Las cortinas ligeras permiten que entre la claridad natural, filtrada suavemente, para mantener la sensación de calma.
Los baños son otro de los grandes focos del proyecto. Se diseñaron amplios y luminosos, con un cuidado especial en las superficies. Los revestimientos juegan con azulejos cerámicos texturizados en tonos arcilla o gris piedra, combinados con lavabos sobre encimera de piedra natural. En algunos casos, las duchas se abren a la habitación a través de cristales esmerilados, una solución que aporta amplitud y continuidad visual sin perder privacidad. Detalles como la grifería o los espejos de geometrías irregulares, refuerzan el carácter artesanal y actual a la vez.
La distribución de las seis habitaciones se resolvió pensando en que cada huésped dispusiera de un espacio privado y completo, pero siempre vinculado al conjunto. Así, mientras los baños garantizan independencia, los espacios comunes fortalecen la experiencia de comunidad. Studio Gorga lo resume como un ejercicio de equilibrio: "ofrecer confort contemporáneo sin perder la referencia al contexto histórico de Trastevere".
Más información: studiogorga.com