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Cuando la interiorista Ana Guillén, fundadora del estudio Etimoé Interiorismo, entró por primera vez en este piso de los años setenta, se encontró con una vivienda totalmente desfasada, con estancias compartimentadas que respondían a la distribución de la época. Aunque sabía que tenía un gran reto por delante, también era consciente de las posibilidades del inmueble, con 120 metros cuadrados útiles. Este es el antes y el después de la reforma. El asombro está asegurado...
Una reforma integral centrada en favorecer la luz y la conexión familiar
El objetivo principal de los clientes era ganar luz natural y hacer las zonas comunes de la casa mucho más conectadas para poder disfrutar en familia. ''Antiguamente, la vivienda tenía un recibidor oscuro, al igual que la cocina. Además, estaba demasiado compartimentada y era imposible juntar a muchas personas'', explica Ana Guillén, quien ha logrado transformar completamente la funcionalidad del espacio.
Aunque la nueva distribución respeta en gran medida la ubicación original de las estancias, el aspecto final es completamente diferente: más abierto y luminoso. Una de las mejoras más destacadas ha sido la incorporación de un aseo de cortesía para invitados, completando así un total de cuatro habitaciones, dos baños y un aseo.
En el nuevo diseño del salón-comedor, la televisión pasa a un segundo plano: ''El sofá mira más hacia el comedor que hacia la televisión'', detalla la interiorista. Y es que la intención de los propietarios era poder reunir a todos los miembros de la familia para una cena informal en casa, conectando las dos grandes mesas de centro de madera de roble frente el sofá –a modo de rincón para el aperitivo– con la zona de comedor, formada por una amplia mesa extensible, también en madera de roble.
Para el interiorismo, Ana Guillén ha optado por un estilo neutro pero fresco, desarrollando una paleta cromática muy armoniosa. ''En el salón, hemos trabajado con tonos azules y terracota, mientras que los dormitorios son un poco más atrevidos, incorporando verdes y amarillos'', comenta. Los revestimientos combinan paredes con pintura y papeles pintados con texturas, suelo de tarima y, en los baños, azulejos con texturas y dibujos que aportan carácter a estos espacios.
A modo de recibidor, la interiorista aprovechó el murete con cerramiento acristalado que da forma a la cocina. Por un lado, sirve como telón de fondo para una ligera consola de metal en color negro; por otro lado, se convierte en una barra de desayuno con taburetes.
La cocina de estilo moderno destaca por su diseño monocromático. ''Decidimos poner la encimera y las puertas en un tono casi idéntico. La encimera es un porcelánico de la marca Ascale de Tau Cerámica'', indica Ana Guillén. No obstante, para evitar un resultado demasiado uniforme, se incorporó el frente posterior en porcelánico imitación madera, también de la marca Ascale. Como colofón, ''la cortina veneciana de la cocina tamiza la luz de una forma espectacular y hace el conjunto con el mobiliario y encimera mucho más acogedor'', dice la interiorista.
El dormitorio principal, con baño en suite, destaca por el papel pintado con textura en color verde que viste la pared del cabecero, acompañado por iluminación LED sobre el cabecero de madera. Este recurso de iluminación se aplicó igualmente en el resto de los dormitorios.
La habitación infantil, con un marcado estilo nórdico, dispone de una cama nido y un armario blanco empotrado muy funcional.
''Esta casa, arquitectónicamente hablando, no tiene ningún elemento espectacular, no tiene grandes elementos de carpintería a medida, etc. Podríamos catalogarla como una casa 'normal' (tarima color madera, puertas lisas blancas, cortinas tipo lino...). Sin embargo, nos centramos un poco más en la decoración para que fuera muy bonita'', concluye la interiorista. Y a ti, ¿qué te ha parecido el antes y el después de la vivienda? Nosotros, desde luego, le ponemos un sobresaliente.
Reforma e interiorismo: Ana Guillén, de Etimoé Interiorismo. Ejecución de obra: Montecristo construcción (Murcia). Carpintería a medida: Iniesta Carpinteros (Murcia).
Aránzazu Díaz Huerta es experta en decoración en Nuevo Estilo, por eso ha convertido su hogar en una especie de pop up store de las últimas tendencias, y por eso disfruta tanto elaborando contenidos sobre interiorismo. Además, se lo pasa genial buscando los hoteles más originales del mundo para sorprender a sus lectores. Le apasiona todo lo que tiene que ver con el hogar, pero también la moda, la belleza, el lifestyle y las mascotas, y aunque no tiene cuenta en TikTok, no se pierde ni un solo trend.
Se graduó en Comunicación Audiovisual en 2016 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y continuó sus estudios con un máster en Periodismo Cultural por la Universidad San Pablo CEU. En el verano de 2017, hizo el curso de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid. Y cuando llegó la pandemia, se refugió en el Curso Online de Periodismo Especializado en Moda, Belleza y Estilo de Vida de la revista Vogue en Condé Nast College Spain. Además, como buena cinéfila que es, ha colaborado en el libro ''El clasicismo en el cine. Una mirada intergeneracional'', de D. Pedro Sangro Colón y D. Miguel Ángel Huerta Floriano.
Antes de comenzar su trayectoria en el mundo del periodismo freelance, pasó por la Cadena Ser de Oviedo y la revista cultural El Duende. También tuvo su propia columna de opinión en el periódico Salamanca RTV al día.
Desde el año 2017, colabora como redactora de contenidos online en Mi Casa, Nuevo Estilo y otras revistas del Grupo Hearst, incluyendo el departamento de Branded Content. En su tiempo libre, escribe relatos de ficción y no ficción, habiendo publicado en la revista literaria Fábula, y hace fotografías de paisajismo (especialmente, de lugares donde haya flores).