Este apartamento de 75 metros cuadrados, diseñado por Ainur Akhmetova y el equipo de Forma Design Bureau, fue concebido para una mujer con un ritmo de vida intenso, gusto por el detalle y una clara voluntad de que estética y funcionalidad vayan de la mano. El proyecto responde también a la presencia de dos gatos, para quienes se diseñó un refugio específico integrado en el mobiliario del pasillo: una abertura circular en el armario conduce a su cama, incorporada de manera natural en la composición general. Esta atención a los pequeños habitantes de la casa refleja la filosofía de un diseño que entiende lo doméstico como un todo, donde cada miembro de la familia encuentra su lugar, incluso la hija que estudia en el extranjero y quiere "que sienta la calidez del hogar siempre que vuelva".

casa pensada para dos gatos que duermen en un armario, una mujer muy activa y el color azul en todas las estancias
Damir Otegen
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El reto principal era convertir una planta reducida en un hogar amplio y ergonómico. La solución pasaba por optimizar cada metro cuadrado, diseñando mobiliario a medida que ofrece gran capacidad de almacenaje sin sobrecargar los espacios. De esta manera, se liberan zonas de uso diario y se consigue una lectura visual ligera. La luz, uno de los objetivos fundamentales, se introduce a través de una paleta cromática clara y de la elección de acabados brillantes o satinados que ayudan a reflejarla.

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Pero si hay un elemento protagonista en este proyecto es sin duda el color azul, presente en cada estancia, y que actúa como hilo conductor y elemento de identidad. En la entrada, un mueble zapatero lacado en un azul brillante recibe al visitante, marcando desde el inicio la narrativa cromática de la vivienda. En el baño de invitados, este tono se repite en el mueble bajo lavabo y en el espejo ondulado que aporta dinamismo frente al mármol blanco y negro del pavimento y las paredes. La misma intensidad cromática aparece en pinceladas en la cocina, en las patas de la mesa de comedor o en obras de arte encargadas a artistas locales.

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El dormitorio principal recurre a los textiles como soporte de la gama cromática. El cabecero tapizado en tonos neutros se combina con cojines de terciopelo azul y detalles en oro viejo. Frente a la cama, un armario de gran formato resuelve las necesidades de almacenamiento, mientras que la elección del pavimento en madera en espiga añade calidez.

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El salón combina piezas contemporáneas con obras artísticas de clara identidad nacional. Un gran lienzo en azul intenso firmado por un artista kazajo preside el espacio y dialoga con un sofá neutro y cojines en tonos oscuros y burdeos. Este elemento conecta la dimensión estética del proyecto con la cultural, ya que varios de los objetos decorativos han sido seleccionados por su referencia a la tradición local. Entre ellos, una obra textil de lana con motivos de yurta, encargada expresamente para esta vivienda, refuerza la relación con el contexto. La cocina, abierta hacia el área social, mantiene la misma coherencia de materiales y tonalidades. Las superficies en madera y piedra natural garantizan resistencia y continuidad, mientras que el mobiliario a medida, diseñado por el estudio, incorpora soluciones ocultas para maximizar el orden. Una mesa de comedor con patas en azul metálico y sobre oscuro añade carácter y se convierte en otro de los puntos donde el color protagonista marca la escena.

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En cuanto a los baños, la combinación de materiales subraya la voluntad de experimentación. El mármol con vetas negras se combina con cerámica blanca y mobiliario azul, generando un efecto gráfico que convierte a estos espacios en protagonistas inesperados. La iluminación indirecta, cuidadosamente pensada, evita deslumbramientos y favorece una atmósfera íntima. El proyecto refleja un estilo híbrido, con elementos modernos y clásicos reinterpretados. Lámparas escultóricas, espejos de líneas curvas y carpinterías con molduras sencillas conviven con piezas de diseño contemporáneo, logrando un resultado ecléctico pero equilibrado. La colaboración con la firma Divine para los textiles permitió experimentar con texturas, mezclando lino, terciopelo y algodón en cortinas, cojines y tapicerías.

Más información: @forma.bureau


Headshot of Gala Mora
Gala Mora está especializada en arquitectura, diseño, interiorismo y lifestyle. Todo lo que tiene que ver con el concepto “casa” es santo de su devoción, y hasta su círculo más cercano le pide consejos para reformar, comprar, decorar o hacer algún cambio. Le encanta escribir y le parece una suerte poder hacerlo sobre los temas que más le apasionan. Por eso cuando pasea por cualquier lugar del mundo, siempre está pendiente de las exposiciones, de los estilos de los edificios, del urbanismo y si le dejan, se asoma por las ventanas para ver cómo tiene la gente sus casas puestas. Una verdadera home voyeur. Ha escrito dos libros de interiorismo, Barcelona Interiors e Ibiza Interiors, ambos de la editorial Lannoo. Con más de 20 años de experiencia, se licenció en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid, y tiene un Máster en Comunicación Integral y otro en Comunicación y gestión política. Ha sido redactora jefe de la revista Glamour, directora de MMModa, Jefa de Prensa de la firma de ropa Desigual y desde hace varios años es freelance, colaborando con medios como AD, Manera, Arquitectura y diseño, al frente de las redes de inmobiliarias y escribiendo el blog de firmas de automóvil. Su vínculo con el Grupo Hearst empezó con Runner’s y Men’s Health, cabeceras con las que sigue colaborando y a las que ha sumado Elle Decor y Nuevo Estilo, con quien ha iniciado una historia que espera que, como diría Humphrey Bogart, sea solo el principio de una bonita amistad.